El International Grain Council (IGC), hace escasos días, dio a conocer sus proyecciones de producción.

En lo referente a soja, el cuadro productivo sigue siendo limitado.

Es cierto que, con relación al informe anterior a éste,  ahora la proyección sobre la producción mundial fue aumentada en 700 mil toneladas.  Quedó en 341,90 millones de toneladas.

Pero este aumento en la estimación es apenas uno o dos granos de arena en la playa. Pues, así todo, la producción global sería la más reducida desde la campaña 2016/17, a pesar de la cosecho récord que tendría Brasil en breve.

¿Cuál es la razón de la baja? La reducida cosecha estadounidense, la peor de los últimos 6 años.

Para esta campaña, para EE.UU. se proyecta volumen muy  inferior a 100 millones de toneladas. La estimación habla de tan solo 96,6 millones.

Es un 20% menos de producción respecto a la campaña anterior. El golpe sobre la oferta es duro.

Los stocks finales en el mundo se proyectan en 36,2 millones de tonelada. En la campaña anterior, el volumen llegaba a 52,6 millones. Flor de baja… ¿no?

Como se ve en el cuadro de más arriba, es  el registro más reducido, desde la campaña 2015/16.

La incógnita, con esta situación, se basa en el volumen de importación de China. No se advierte con claridad cuál será la capacidad de compra de este gigante país, en lo que resta del año.

Los traders del complejo sojero continúan al aguardo de mejoras por parte de las importaciones chinas procedentes de EE.UU. habiéndose firmado la Fase 1 del acuerdo comercial. Pero, la realidad es que, contra todo lo esperado, no se nota síntomas de actividad fuera de lo común.

Es muy cierto que la cosecha de Brasil camina sobre ruedas. Sin embargo, existe algo de preocupación respecto a la trilla viene demasiado lenta.

Sea lo que fuere, la realidad es que será una cosecha récord.  Distintas estimaciones la ubican entre 123 millones y 125 millones de toneladas. Quizás esta proyección opera en contra de una mejora en los precios de Chicago, en vista de que la mercadería brasileña profundizaría su rivalidad con la estadounidense, para el mercado asiático.

¿Y qué podemos comentar sobre el mercado interno?

Como sabemos, la expectativa anterior al 10 de diciembre pasado sobre un aumento general en las alícuotas por derechos de exportación alentó la venta de soja, tanto física como a nivel de negocios forward.

En tanto, la demanda interna se acentúa por negocios a mayo de este año.

También la demanda doméstica presiona en el mercado para hacerse de mercadería con destino a la industrialización o la exportación de poroto. El spot cotiza con un plus de casi 30 dólares (por arriba de los valores con entrega en mayo).

El volumen de mercadería en existencia en poder de la gente del campo está en un nivel inusitadamente bajo.

 

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