Desde mediados de diciembre a mediados de enero, las lluvias han generado un alivio contundente para la zona núcleo. El centro sur de CB, centro sur de SF gran parte de ER, el norte de BA y el noreste de LP, se han llevado los mejores milimetrajes, en forma alternada, pero al cabo de un mes con acumulados satisfactorios, justo en momentos en que muchos cultivares de soja van a comenzar a demandar mayor humedad.

 

Este oportunismo pluvial compensa las deficiencias previas y los cultivos han respondido en muy buena forma, mejorando notoriamente su estado y quedando con un nivel de reserva que permite tener cierto margen durante las próximas dos semanas.  Hacia el sur de la región pampeana, las lluvias también se han hecho presentes pero en general con un volumen bastante menos generoso. Igualmente las lluvias representan un alivio, pero los cultivares del sur evidentemente quedan más vulnerables, dado que el nivel de reservas no ha experimentado una recuperación tan marcada.

 

En otras oportunidades hemos

 

El mapa es sustancialmente diferente al que se mostraba a finales de noviembre  o mediados de diciembre, cuando para un periodo similar de tiempo, la demanda de lluvias en la zona núcleo superaba incluso lo normal del mes. En este sentido y más allá de las simplificaciones del modelo, el mismo evidencia un cambio positivo en la principal zona central de la región pampean, manteniéndose una presión significativa sobre el sur de la región pampeana, al tiempo que el norte santafesino también presenta un nivel más elevado de demanda, con la salvedad de que el corto plazo tiene mejores chances de satisfacer con buen volumen a esta zona que al sur de la región pampeana.

 

La campaña tiene un paso muy diverso en las distintas zonas agrícolas del país. La mejora no ha sido pareja. En este sentido la zona más importante en el volumen de producción para la gruesa se ha llevado la mejor parte e incluso tiene posibilidades de transitar el resto de enero con una oferta de agua menor a la que se ha observado en la primera quincena. Entendemos que con las áreas del centro de la región pampeana que lograron incorporar entre treinta y cuarenta milímetros en estos últimos días, quedarán muy bien posicionadas para el arranque del crucial mes de febrero.

 

Sobre las zonas agrícolas del norte del país, y el norte de SF,  las precipitaciones de comienzo de semana también han sido interesantes y bajen el nivel de demanda que hoy domina la región. Igualmente hay que decir que esta demanda presenta ciertos matices. Se han dado tormentas puntuales con milimetrajes elevados que no definen la condición de gran escala en el norte pero que si definen bolsones con mejor nivel de reservas. Además gran parte de las áreas agrícolas de Chaco, este de Santiago y del norte de SF, vienen de un año donde la napa freática se mantuvo elevada.

 

Sobre el sur de la región pampeana, se perfila la situación con mayor incerteza. Como decíamos, la recuperación pluvial ni ha estado a la altura de lo que se observó en la franja central y si bien los cultivos han respondido a la parcial recuperación de las reservas, las mismas no son suficientes como para transitar el resto de enero sólo con otros sesenta milímetros de lluvia acopiados. Si no mejora  la oferta de agua para finales de mes, obviamente veremos cultivos exigidos sobre el sur de BA y con mucho más razón sobre el sur de LP y el sudoeste de BA.

 

La continuidad de las lluvias sobre la franja central no está garantizada, pero el comportamiento atmosférico observado entre mediados de diciembre y mediados de enero ha sido tanto mejor respecto de lo visto en la primavera, que es difícil pensar en un retorno a un estado deficitario generalizado durante el mes de febrero. La diferencia entre el sur de la región pampeana y la franja central, claramente son los enfriamientos que recibe la primera, lo cual impide la indispensable recirculación del aire húmedo. Esto está generando el gradiente pluvial a favor del centro norte del país, el cual posiblemente quede instalado durante el resto de la campaña. Este es el patrón que se ha podido reconocer con mayor persistencia en lo que va del semestre cálido, solo con excepciones reducidas en algunas zonas del sur de BA.