Mientras en la actividad productiva de nuestro país, la atención está centrada, bajo fuerte preocupación, sobre el clima y la baja cantidad de agua acumulada en los suelos, la vida comercial gira en torno, fundamentalmente, sobre las estimaciones de producción en EE.UU. y sobre el conflicto entre éste y China.

Las recientes precipitaciones recargaron parcialmente los perfiles hídricos. Pero sólo eso: la humedad para sembrar el maíz, en líneas generales, está en el límite. Y, empieza a preocupar este problema para la implantación de soja.

En el sur de Santa Fe, y el oeste de la zona núcleo pampeana las condiciones de los suelos son más bien deficitarias. En La Pampa y en Córdoba, sucede algo similar.

En el centro y sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires ya se habría sembrado el 90% de los lotes destinados al cereal con una parte que fue cambiada para soja, en lugar de maíz.

Es como si las lluvias se hubiesen enamorado de la Capital Federal y sus alrededores. Porque las precipitaciones abundantes no han salido de este área.

Así el cuadro productivo, las expectativas de precios en suba parece que vienen de EE.UU.

Como sabemos el reporte del USDA de este mes recortó fuertemente la estimación productiva de soja para EE.UU.

La estimación de oferta gira en torno a 96.5 millones de toneladas, con rindes de 31.5 QQ/ha. Además, ha reducido su cálculo sobre en el área cosechable, que ha bajado de 33.9 millones de has. a tan solo 30.6 millones. De confirmarse, esta será la superficie más reducida, desde la campaña 11/12.

En el cuadro que sigue, podemos apreciar las estimaciones del USDA respecto a lo sucedido en los últimos años. Vemos los datos de producción y de rendimientos unitarios.

Claro que hay un nubarrón en el horizonte. ¿A que nos referimos?

Pues que, a partir del 10 de diciembre, podría haber una desagradable novedad en cuanto a derechos de exportación o tipos de cambio diferenciables. En tal caso, el cuadro no será alentador.