Este tipo de señales acopladas océano-atmósfera son las más apreciadas por su alto grado de teleconexión con el comportamiento pluvial de vastas áreas del planeta, en particular (por nuestro interés), con el sudeste de Sudamérica.

Teniendo en cuenta esto, debemos considerar para el desarrollo de la campaña, que la misma se llevará adelante sin la contención de la presencia del fenómeno de El Niño, que siempre fortalece la posibilidad de buenas lluvias en grandes áreas agrícolas del país. Al mismo tiempo el Indicador ENSO, no anticipa enfriamientos, es decir, el lado B de El Niño, tampoco desplegará su impacto negativo. Por lo tanto, la campaña será fuertemente dependiente de la escala regional y a su dinámica mucho más volátil, fuertemente vinculada al buen funcionamiento del sistema de alta presión del Atlántico y a las posibles anomalías cálidas que puedan observarse en el litoral marítimo brasileño y uruguayo.


En el mapa se observa la línea del Pacífico Ecuatorial central, dominada por aguas superficiales que no presentan anomalías o muestran un ligero enfriamiento, posible influenia de la potenciada corriente fría de Humboldt, que recorre la costa occidental de Sudamérica. Sobre el litoral Atlántico es apenas incipiente un calentamiento, poco representativo a la hora de posicionarlo como argumento decisivo para que se desplieguen lluvias abundantes a gran escala. De todas maneras estas anomalías del Atlántico cercano tienen una dinámica significativa y por cierto este incipiente calentamiento puede potenciarse en lo que resta del mes y durante noviembre. Es algo importante de monitorear, dado que esta es una de las principales fuentes de humedad para gran parte de la región pampeana.

El marcado enfriamiento de comienzos de octubre nuevamente encendió todas las alarmas acerca de la recuperación pluvial del mes de octubre. Estos pulsos fríos impiden que la circulación del noreste se defina con eficiencia y en forma sostenida. No es que no se puedan observar entradas de aire frío en la primera quincena de octubre, el punto más grave es que las mismas tienden a instalar masas de aire frío y seco en forma persistente, lo cual termina generado una atmósfera muy estable.

Estos enfriamientos, solo están generando despliegue de nubes bajas, con lloviznas o lluvias débiles, magros aportes a la hora de resolver la alta demanda de precipitaciones de gran parte de la región pampeana. Sin una fuerte entrada de humedad y un marcado calentamiento no se iniciara la dinámica que potencie los movimientos verticales capaces de generar tormentas con buen volumen pluvial.

Entendemos que esta condición diferenciada en la oferta de agua, con mejores aportes en áreas del litoral y más modestos sobre el resto de la región pampeana, aun presentará dificultades para su resolución en el mes de octubre.

La secuencia de días que tenemos hasta el cierre de esta primera decena de días parece trabajar en un sentido positivo para el retorno de las precipitaciones. Sin embargo este retorno no parece ser generalizado. En principio habría buenas lluvias para el este de BA, gran parte de la Mesopotamia y buena parte de SF y el NEA. El noroeste de BA, LP y CB, también recibirán lluvias, pero no se perfilan eventos que puedan sacar esta vasta zona del estado de sequía. Es natural esperar otro ingreso de aire frío, luego de las lluvias, posiblemente menos intenso, pero todavía con influencia desfavorable. Con lo cual la segunda década no se perfila para sostener la mejora pluvial.

En este arranque de octubre, se proyecta un afianzamiento de los principales eventos pluviales sobre el litoral, incluyendo gran parte del centro norte de SF, el este del NEA y Uruguay. En cuanto al resto de la región pampeana, estimamos que habrá mejoras sobre el sur de BA, suficientes para acompañar el desarrollo del trigo pero no holgadas. La mayor parte de CB, LP, sudoeste de SF, buena parte del oeste bonaerense y el oeste del NEA, tienen alta probabilidad de seguir sufriendo deficiencias en las precipitaciones.

Eventualmente podría haber cambios positivos en el oeste, pero el seguimiento de los pronósticos de mediano plazo muestran soluciones deficitarias en forma recurrente, lo cual no nos permite ser demasiado optimistas para el mes de octubre. La campaña deberá ser seguida en periodos no mayores a veinte días, y por lo pronto no encontramos argumentos que permitan proyectar un cambio efectivo en el patrón pluvial sobre el oeste.