Cianobacterias

Este tipo de microorganismos (uní o multicelulares) habitan en aguas estancadas o reservorios ricos en nutrientes. Normalmente se dicen algas (azules o verdes) pero son en realidad bacterias que producen muy mal olor y sabor junto con la producción de toxinas, potencialmente mortales, por ingestión o contacto con aguas contaminadas.

La razón por la que algunas aguas producen algas marrones o verdes, no tóxicas y otras de color verde-azuladas (cianobacterias), tóxica, es desconocida (Figura 1).

Figura 1: Algas azules y verdes, comunes en aguas contaminadas

1) Técnico de la EEA INTA Bordenave (CERBAS) (Bs As). Master Sc, y Doctor en Cs Veterinarias, (Univ. Agraria La Habana, CUBA). Especializado en Nutrición de bovinos. Correo: afmayer56@yahoo.com.ar; fernandez.anibal@inta.gob.ar
Cuando el agua contiene alta concentración de nutrientes favorece al desarrollo de algas y cianobacterias, en especial durante el verano y en regiones templadas y templadas-cálidas con temperaturas medias entre 18 y 25°C.

Las cianobacterias producen cianotoxinas. El género Microcystis es el que más abunda en aguas dulces contaminadas y genera la microcistinas (toxina), cuyos niveles se elevan cuando existe una alta concentración de fósforo y nitrógeno disuelto en el agua (Figura 2).

Figura 2: Microcystis aureginosa

La forma de acción de estas toxinas se agrupa en dos tipos: las neurotoxinas, que causan la muerte rápida, y las hepatotoxinas, que provocan la muerte a las pocas horas o después de dos días de su consumo, aunque los signos clínicos de hepatotoxicosis aparecen 15 minutos después del contacto o consumo de un agua contaminada. La microcistina-LR es la más tóxica (hepatotoxina). En la mayoría de los casos, el agua de los pozos contiene esta toxina

Los síntomas que presentan son de tipo nervioso, temblores, inestabilidad, diarreas sanguinolentas y muerte en casos extremos (consumo de agua con alta concentración de ácido cianhídrico). Para impedir su crecimiento se recomienda realizar una limpieza periódica de los lugares de abastecimiento de agua (bebederos, tanques, etc.).

Las algas son plantas de organización sencilla, debido a que presentan clorofila son fotosintéticas. Existen en formas unicelulares, coloniales y pluricelulares. Se clasifican como: algas azul-verdes, algas verdes, diatomeas y algas flageladas. El incremento anormal de las algas se produce por el exceso de nutrientes y cambios en la temperatura. Este fenómeno se conoce como eutrofización o eutroficación y tiene como consecuencia múltiples dificultades en el tratamiento y la desinfección del agua por la producción de triahalometanos y otras sustancias químicas que alteran el sabor y el olor del agua tratada.
Sabor y olor: Algunas algas producen olor a pescado, tierra o pasto, entre otros.

Color: Las algas clorófitas producen un color verde-azulado en el agua y la Oscilatoria rubens un color rojo.

Toxicidad: Algunos tipos de algas verde-azuladas, actualmente denominadas cyanobacterias, causan disturbios gastrointestinales muy serios en los seres vivos (humanos y animales) por la producción de ácido cianhídrico.

Corrosión: Las algas del género Oscilatoria producen corrosión en las piezas o tubos de concreto armado, en los tubos de acero expuestos a la luz y obstrucción de filtros.

Las diatomeas constituyen el grupo de algas que causa mayores problemas para su eliminación por poseer cubiertas de sílice que no se destruyen después de su muerte.

Alteración del pH: Debido al consumo de CO2 precipita el CaCO3, “aumentado el pH”.

Como productos alguicidas se recomiendan el sulfato de cobre, el cloro o una combinación de ambos, entre otros.

Bacterias y Protozoarios

Son seres de organización simple, unicelulares. La mayor parte de bacterias y protozoarios son beneficiosas para el ecosistema acuático. De ellas depende la mayor parte de las transformaciones orgánicas. Favorecen la autodepuración de los cuerpos de agua.
El incremento anormal del zooplancton causa un desequilibrio en el sistema y trae consecuencias negativas como la disminución del oxígeno disuelto, alteraciones en el pH, en el olor y el color del agua, entre otras.

COBRE COMO ALGUICIDA Y BATERICIDA

El COBRE tiene acción bactericida, fungicida y alguicida (Tabla 1).
Al igual que otros minerales, el cobre no puede ser producido por los organismos vivos, de allí su esencialidad como nutriente. Por lo tanto, los animales deben incorporarlo a su cuerpo desde los alimentos y el agua de bebida.

Tabla 1: Resumen de diferentes fuentes ricas en cobre activo que cumplen actividad alguicida

Fuente: Extraído de International Copper Association1

Los laboratorios de referencia están en condiciones de identificar las bacterias y las toxinas. Aunque algunas toxinas se relacionan con el crecimiento de los microorganismos, la mayoría se producen cuando éstos mueren. Esta muerte se produce por una pérdida de nutrientes del agua o por una aplicación química, como por ejemplo algún tipo de sulfatos o de herbicidas.

El viento puede hacer que las cianobacterias y sus toxinas se concentren en la superficie del agua.

1) https://www.umanda.cl/docs/Cobre_Salud_Medio_Ambiente_Nuevas_Tecnologias.pdf

La identificación positiva de las cianobacterias no es sencilla y requiere un entrenamiento en el microscopio. Sin embargo, hay algunos signos que hacen sospechar su presencia como la presencia de una capa de limo en la superficie, similar a una capa de pintura verdeazulada o amarronada.

Las cianobacterias se componen de finas células que, a diferencia de las algas verdes, no se pueden recoger del agua con la mano. El mejor modo de evitar los problemas de las cianobacterias es prevenir su crecimiento exponencial. Para ello, se debería limitar o evitar que caigan al agua diferentes tipos de nutrientes y desperdicios. Otra forma de reducir el desarrollo de ellas es airear el agua a través de un sistema de bombeo.

Para reducir la presencia de estos microorganismos en el agua de consumo, se debe situar la “toma de agua” a un metro por debajo de la superficie, para evitar las zonas de mayor concentración de toxinas.

Entre los diferentes controles químicos, se destaca la aplicación del sulfato de cobre pentahidratado que se debe aplicar a los pozos de agua a razón de 1 g/m3. Este producto se debería usar con cuidado porque también mata al zooplancton que consumen a las algas y, además, es tóxico para los peces. Para reducir los efectos dañinos recién citados se puede disminuir la dosis a la mitad (0.5 g/m3).

Posterior al tratamiento químico, el agua no se puede consumir hasta dos semanas de realizado el mismo.

En resumen, las algas y cianobacterias son normales en la mayoría de los tanques australianos u otros sitios de reserva de agua que están en contacto con el sol y el aire y que, por un motivo u otro, no tienen la limpieza periódica que se recomienda. De los cuidados que se realicen en estos reservorios de agua dependerá la salud y producción, tanto de los animales como de los seres humanos.

Por Aníbal Fernández Mayer