Conversamos con Aiello en un escenario muy complejo de lluvias, estando ya a días de comenzar la definición del rinde de la oleaginosa en Argentina. Las tormentas siguen siendo muy intensas, no dan casi tregua; se suceden en apenas días, retornando en grandes volúmenes. El deterioro de las condiciones del cultivo no se detiene, y suben las hectáreas afectadas por los excesos hídricos.

Hay una enorme preocupación en el sector. Las napas altas encienden la alarma, ya en enero, por la gran vulnerabilidad a las lluvias de marzo y abril en cosecha. Aiello explica que es muy probable que el alivio llegue cuando nos adentremos en febrero en forma de pulsos secos y calientes. Se espera que den un respiro de las lluvias y contribuyan a bajar la gran presión hídrica que domina a todas las provincias de la región pampeana y al norte del país.

El Dr. José Luis Aiello tambien destaca que los mecanismos que favorecen a las lluvias están muy activos. Del Pacífico, se prevé que El Niño siga acompañándonos hasta el fin de la campaña. El Atlántico tambien se suma con ingresos de aire húmedo desde el este. De todas maneras, insiste en la gran inestabilidad que tiene la atmósfera y en que se presentarán pulsos secos durante febrero.

Las lluvias seguirán en los próximos días. Empezarán por el sur de Buenos Aires en la madrugada de hoy (28/01), y pasarán sobre Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Estarían en el rango de los 40 a 60 mm. En la primera semana de febrero tambien seguiría la presencia de intensas lluvias, sobre todo en la porción norte del país.

—José Luis, estamos en un momento fundamental de la campaña. ¿Se puede saber a qué nivel está actuando “El Niño” y cómo seguirá afectándonos?

—El ONI es un excelente índice que "pesa" varios procesos físicos que definen el estado del pacífico, más allá del calentamiento superficial. Sufrió un nuevo incremento su valor, el calentamiento se sigue sosteniendo. Se ha intensificado esta tendencia que se mantuvo a lo largo del 2018. “El Niño” persistirá hasta fines de la actual campaña. O sea, este gran mecanismo que incrementa los flujos de humedad atmosférica desde el norte, va a seguir haciendo su efecto.

—¿Qué más está determinado la dinámica de las lluvias en este momento?

—Al aporte adicional de humedad de “El Niño” se suma otro efecto adicional que es el océano Atlántico. Al estar más caliente que lo normal en nuestras latitudes, son más frecuentes e intensas las entradas de aire marítimo con altos contenidos de humedad. Hay que tener muy en cuenta que cada perturbación atmosférica encuentra más vapor de agua que pasa a estado líquido y a lluvia.

—¿Por qué aparte estamos teniendo frentes fríos tan importantes en enero?

—Es cierto, hay mayor frecuencia de frentes y otros fenómenos parecidos que se llaman líneas de inestabilidad. No hay una dependencia directa con la estación del año. El origen lo da el tipo de ondas atmosféricas que penetran. En este caso son de periodos cortos y producen los efectos que estamos viendo, lluvias más frecuentes.

—Entonces, el noreste argentino y el litoral van a seguir en el centro de las mayores lluvias?

—Sí. Lamentablemente, los flujos de humedad extras que caracterizan esta campaña,
“El Niño” desde el norte y el Atlántico, convergen en el NEA.

—¿Y en el centro del país que se puede esperar?

—En el centro del país hay que pensar en efectos convectivos que darán una oferta de agua sobredimensionada hasta la primera semana.

— ¿Febrero va a seguir así?

—Hasta que no cambien los periodos de las ondas cortas, sí. Pero te advierto que cuando nos adentremos en febrero es muy factible que esto se modifique.

— ¿Estás viendo señales de que baje la carga pluvial?

—Hasta la primera semana de febrero seguirán las lluvias por encima de lo normal. Después, por una menor actividad de sistemas frontales veremos pulsos secos y calientes que serán favorables para bajar la problemática de excesos hídricos.