CÓRDOBA.- De esta provincia sale la mitad de las exportaciones de garbanzo, unas 82.000 toneladas anuales. La reimposición de las retenciones este año (con el esquema de $4 por dólar exportado) golpeó fuerte los márgenes, que directamente pasaron a negativos en la producción en secano y apenas positivos bajo riego. Según un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba, esta situación de márgenes negativos está ocurriendo en zonas productoras por primera vez en cuatro años.

El margen bruto promedio del garbanzo en Córdoba está fuertemente relacionado al valor de venta de la legumbre y el rendimiento obtenido, alcanzando resultados máximos durante la campaña 2016/17 con valores de US$1245 por hectárea en secano y US$1570 por hectárea bajo riego. Este año, a la caída en el precio se le agregó la vuelta de las retenciones.

Por lo general, el resultado económico para la legumbre fue significativamente más propicio que para el trigo. Sin embargo, por la caída en el precio durante la última campaña, el cereal tendría un mejor desempeño que la legumbre.

A nivel agregado, el valor bruto de la producción del garbanzo en Córdoba alcanza, en promedio, los US$51 millones por campaña. En las últimas, a la par de los incrementos en la producción y los precios, los ingresos generados fueron aumentando con un máximo de US$ 147,1 millones en 2016/17.

Sin embargo, en la campaña 2018/19, el aumento en la producción no compensaría la caída en el precio, generando un valor bruto de la producción por debajo del promedio (US$51 millones). Encima, los márgenes quedaron afectados por las nuevas retenciones.

De hecho, en 2018/2019, los márgenes brutos en secano serían negativos para los departamentos de Río Primero, Río Seco, Río Segundo, Santa María y Totoral. Esta situación se daría por primera vez en cuatros años.

Costos

El valor de la semilla, uno de los principales ítems dentro de la estructura de costos del cultivo, presenta un alto grado de variabilidad dependiendo de la oferta y demanda de cada año, del precio en el mercado internacional y de la intención de siembra. Se intenta usar calibres más chicos debido a que son más baratos, lo cual permite diluir el costo de este insumo por hectárea y, además, son más fáciles de manipular con las sembradoras neumáticas.

La Bolsa de Cereales de Córdoba -con la colaboración de diferentes entidades agropecuarias- presentó el libro "La cadena de valor del garbanzo en Córdoba" y, en el desagregado por departamentos de los márgenes en secano, se marca la existencia de fuertes oscilaciones en las campañas.

En la campaña 2016/17, las condiciones climáticas durante el desarrollo del cultivo permitieron que la productividad por hectárea achicara la brecha con lotes bajo riego. Mientras en secano el promedio provincial fue de 24 quintales por hectárea, bajo riego se logró un promedio de 30 quintales por hectárea.

Los técnicos que elaboraron el trabajo advierten que, si bien el garbanzo no es sustituto del trigo, aporta a la diversificación de la empresa agrícola, por lo que es importante tener precaución con la escala que se le va a otorgar al cultivo para "no comprometer económica y financieramente" al establecimiento, debido a que la dinámica comercial se encuentra condicionada por dos factores: calidad (visual y calibre) y condiciones del mercado, que varían según el año o factores climáticos, dificultando su presupuestación.