Según expreso su autor Juan Pablo Ioele, que es técnico del INTA Corral de Bustos, la cosecha de trigo en el sudeste cordobés está marcada por la gran heterogeneidad de los rendimientos obtenidos y por estar muy por debajo de las expectativas al inicio de la campaña.

El ciclo agrícola había comenzado con una excelente recarga de los perfiles en toda la región por las intensas lluvias ocurridas entre abril y mayo, permitiendo una excelente implantación y posterior macollaje de la mayoría de los lotes.

Pero la campaña se empezó a enrarecer cuando las precipitaciones no aparecían y la intensidad de las heladas se incrementaba en temperaturas y en duración.

Para cuando llegó el momento de encañar, la mayoría de los perfiles de los suelos mostraban una situación en la cual los primeros 40 centímetros estaban secos.

Durante encañazón los trigos son altamente demandantes de agua y nitrógeno y es justamente durante este período donde esos primeros centímetros del suelo se encontraban muy secos no pudiendo abastecer a las plantas.

La situación empeoró con los intensos fríos sufridos a partir de esta etapa de sequía. Por ejemplo, la helada del 2 de octubre pasado ocurrió después de dos semanas de gran amplitud térmica y coincidiendo con un período de alta sensibilidad del cultivo entre espiga embuchada y antesis, dependiendo del material y la fecha de siembra.

Las bajas temperaturas se concentraron en el centro y el norte del departamento Marcos Juárez, con valores obtenidos en Corral de Bustos de -2°, Monte Buey -1,3°, Cruz Alta -1,2° y General Baldissera -1,1°.

Las consecuencias de este evento se vieron potenciadas por la escasez de agua en ese momento (helada en seco), afectando lotes enteros en algunos casos.

Si bien los lotes de bajos o con abundante cobertura fueron los más castigados, todos los lotes sufrieron en mayor o menor medida el golpe.

El impacto de las heladas fue muy variable dependiendo de la tolerancia al frío del material utilizado, estado fenológico del cultivo, del nivel de cobertura del campo, de la ubicación en el terreno (loma o bajo) y de la humedad en el lote.

Algunas regiones al sur del departamento Marcos Juárez recibieron precipitaciones en septiembre que rondaron entre 9 y 20 mm, al sur de la ruta 11, pero no se dieron en el resto del departamento. Ahí está parte de la diferencia de rendimiento entre lotes.

La heterogeneidad de los rendimientos obedece a una distribución decreciente de sur a norte en el departamento Marcos Juárez, con algunos rendimientos al sur, entre Isla Verde y Arias, por ejemplo de 5000 kg/ha, la zona menos afectada por las heladas y la sequía. Pero al norte los rendimientos caen abruptamente, con rendimientos de hasta 500 kg/ha entre Villa Elisa y Noetinger.