CÓRDOBA.- En la segunda quincena de octubre, en el sudeste cordobés las lluvias acumularon unos 95 milímetros y recompusieron el contenido de humedad del suelo. En tanto, entre el 10 y el 12 de este mes cayeron 157 milímetros. En este escenario, el INTA Grupo Napas de Marcos Juárez analizó el comportamiento de las napas freáticas, donde la altura más complicada se registró para la soja de primera.

Si bien todos los sistemas de cultivos sufrieron un ascenso importante, la posición final de la napa marca diferentes escenarios productivos. En el caso de la soja, la napa quedó a 72 centímetros "lo cual la hace muy riesgosa para el normal desarrollo del cultivo en un año Niño, pero podría ser una excelente oportunidad para un año donde escaseen las precipitaciones".

En cambio, para los lotes de trigo y maíz la posición final de la napa fue de 1,62 y 1,96 metros, respectivamente. En ambos lotes las profundidades de napa son óptimas para la producción y tienen menores riesgos que en soja.Por el consumo de agua, el trigo durante el invierno y en la primavera y el maíz en esa última estación generaron un mayor espacio para almacenar agua que en el caso de un lote de soja.

El trabajo, del técnico Pablo Bollatti, en tanto indica que la dinámica freática en la pastura de alfalfa no se vio modificada por las lluvias abundantes, por lo que "esta estrategia (por la inclusión de la pastura) puede ser de utilidad a la hora de buscar herramientas de mitigación de los eventos climáticos extremos".

Según el informe, el mayor impacto fue en el lote destinado a soja, recién sembrado y aún no emergido, por lo cual la única descarga de agua se debe a la evaporación directa que es muy baja.

El lote de trigo, en tanto, estaba finalizando su ciclo ante el fenómeno de las abundantes lluvias. Aquí el flujo de descarga de agua se debe a la evaporación directa del suelo, reducida por la presencia de cobertura en superficie.

El trabajo destaca que la recarga de humedad en octubre se dio cuando el trigo ya no consumía agua, por lo que no se logró reducir el contenido de humedad posterior a las primeras lluvias y hubo un aumento del nivel freático muy importante.

El maíz también experimentó un ascenso de la napa, pero en menor medida que los otros porque el flujo de descarga de agua del suelo se debió no sólo a la evaporación directa del suelo sino también a la transpiración del cultivo en el estadio fenológico.