CÓRDOBA.- La lechería y la ganadería fueron las actividades en las que más se deterioró la relación insumo-producto en medio de los cambios en el contexto macroeconómico del país, según se desprende de un informe de CREA. En cambio, la agricultura parece sortear mejor el mal momento de la economía.

En el caso de la agricultura, en el cultivo de soja con las condiciones actuales de precio se necesita 31% menos de producto que el promedio del último año para cubrir un sueldo de empleado rural, un 36% menos que el promedio de los últimos dos años y 33% menos que el de los últimos cinco años.
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Para la compra de una pickup, la relación actual es favorable respecto del promedio de los tres años. En tanto, en el caso de la urea, se necesita un 10% más que la media del último año y 12% y 1% más que en los últimos dos y cinco años, respectivamente. El reporte advierte que si bien la situación en general pareciera más favorable para el agricultor, es importante seguir la evolución de la inflación sobre los costos pesificados debido a que, tras una devaluación del peso tan fuerte, los insumos que no están dolarizados tienden a recuperar valor en un ritmo más lento por el pase a precios vía inflación.

Impacto inflacionario

La lupa sobre la ganadería revela que el contexto es desfavorable. En la mayoría de los insumos, tanto para la actividad de cría como para el engorde, se requiere más producto para comprarlos.

En el caso de los salarios, que todavía no se actualizaron respecto de la inflación, se necesitan menos kilos de ternero que el promedio del último año y de los últimos dos (-8 y -6%, respectivamente).

En el caso de la relación novillo-ternero, se necesitan menos kilos de novillo para comprar un kilo de ternero, que el promedio del último año (-6%) y los últimos dos y cinco (-7 y -8%, respectivamente). Es así porque si bien el precio de ambos viene en alza durante el último mes, el del novillo se incrementó más; mientras que de septiembre de 2017 al mismo mes de este año el valor del ternero en términos corrientes creció 29%, y el del novillo lo hizo 44%.

La relación novillo-maíz es la más afectada. Hoy se necesita un 17% más de novillo que el promedio del último año para comprar una tonelada de maíz, 26% más que el promedio de los últimos dos años y 42% más que en la última década.

Durante los últimos meses, el precio de la carne recuperó valor respecto de la inflación. Si bien el poder adquisitivo del mercado interno cayó, las exportaciones absorbieron una posible sobreoferta que hubiera empujado a la baja, según el trabajo.

En el caso de la lechería, las relaciones insumo-producto reflejan una desmejora en el negocio aún mayor que en la ganadería. Aunque se necesita menos producto para cubrir el salario de un empleado (-6% menos respecto del promedio del último año), el estudio advierte que habrá que analizar en el corto plazo cómo se ajusta esta variable.

Si bien hay una mejora en la relación de compra con la vaquillona preñada (se necesita 16% menos respecto del promedio del último año), se explica por la merma en la expectativa del negocio, que afectan al precio de esta categoría.

Por otro lado, se necesita un 25% más de leche que el promedio del último año para comprar una tonelada de maíz y 31% y 41% más que el promedio de los últimos dos y cinco años.

En el caso del pellet de soja, la situación es aún peor: hace falta 36% más que la media del último año y 53% y 48% que la de los últimos dos y cinco, respectivamente. El informe recuerda que el costo de alimentación representa aproximadamente un 50% del total.

El sector lechero atraviesa una situación "compleja, marcada por una crisis económica, la cual no le permite despegar luego de los problemas climáticos de 2016". La devaluación y las condiciones climáticas de inicios de año serían "las dos principales causas del aumento de los costos de producción".

Si bien los precios pagados al productor durante los últimos meses aumentaron por encima de la inflación, no alcanzarían para cubrir la suba de costos, consigna.

Según el radar lechero del movimiento CREA, para la cuenca lechera oeste de Buenos Aires, si bien el precio cobrado por el litro de leche es de 7,64 pesos, el costo para producir ese litro de leche es de 9,57 pesos. "El precio cubre apenas el 80% del costo de producción, sin contemplar impuestos", indica el reporte.

Por: Gabriela Origlia