Los productores tamberos del noroeste bonaerense se movilizaron masivamente esta semana frente a la plantas de la empresa La Serenísima en General Rodríguez y Trenque Lauquen bajo el lema "Por el futuro de los productores lácteos", en lo que se mostró como la punta de lanza de un reclamo generalizado del sector que viene jaqueado por los efectos de más duros de la devaluación: precios de la leche en pesos y costos dolarizados.

Según datos oficiales, los tamberos cobraron en agosto un precio promedio de 7,41 pesos el litro de leche, con una mejora del 4 por ciento respecto de julio y tienen el 80 por ciento de sus costos valuados en dólares, con lo cual, sostienen que con ese valor pierden más de un peso por litro producido.

La masiva movilización fue acompañada por todas las entidades agropecuarias como Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación Agraria Argentina (FAA), Coninagro, Carbap, Carsfe y las mesas productoras de las principales cuencas lecheras como la de Santa Fe (Meprolsafe).

La movida tambera busca una respuesta inmediata del sector industrial, ya que los datos estadísticos muestran la peor relación de precio de los últimos 14 años. "Hoy los únicos que pueden parar la sangría que está sucediendo en los tambos son los industriales pagando lo que corresponde", señaló en un comunicado previo a la movilización la Rural de Trenque Lauquen. Aseguró que "los tambos están retaceando el alimento, aspirando a una primavera con pasto y evaluando plazos para seguir achicándose y especulando con el endeudamiento, pensando en cómo van a encarar la siembra de los cultivos que darán de comer el año que viene a sus vacas con un dólar a 40 pesos".

La Mesa de Productores de Leche de Santa Fe (Meprolsafe) dejó en claro que la crisis tambera no discrimina regiones y por tanto, la movida que organizaron los tamberos bonaerenses es sólo un anticipo de lo que podría replicarse en todas las cuencas lecheras si no hay respuestas concretas a esta crisis, que según planteó Carsfe se plasma en una "situación de agobio desde 2015".

Coninagro propuso ante la coyuntura la "refinanciación de deudas y políticas diferenciales a través de instrumentos financieros para recomposición de capital de trabajo" y también consideró analizar la aplicación de "beneficios impositivos y financieros para rescatar al productor, y a largo plazo, promocionar el asociativismo, para lograr mejor precio al productor y mejor precio al consumidor".

Según Coninagro, la crisis del sector tiene "muchas causas y aún más diversas consecuencias" que van desde la falta de transparencia en la formación de los precios, la presión fiscal, las altas tasas para financiarse hasta los problemas climáticos, entre otros factores.

"Entre el sector público y privado debemos rescatar con medidas impositivas y financieras la difícil situación de los pequeños y medianos tamberos", dijo Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro.

En este escenario, la industria queda en el foco de las protestas, ya que los tamberos consideran que son el eslabón de la cadena más cercana a la producción que maneja mejores márgenes. También, que frente a situaciones críticas trasladan las pérdidas hacia abajo, haciéndole pagar al productor la caída de rentabilidad.

Ante esta situación, las industrias ensayaron una primera reacción para frenar la protesta, anunciando un aumento del litro de leche para el mes próximo, pero la oferta no fue suficiente para calmar los ánimos y frenar la movilización.

Por otra parte, también echaron mano de una estrategia utilizada en otros momentos de crisis que tensa aún más la cuerda en el conflicto. Las industrias ante el inminente recrudecimiento del reclamo, en los últimos días comenzó a manejar la posibilidad de importar leche cruda para su posterior industrialización.

Miguel Paulón, presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL), rechazó de plano esta posibilidad: "No conocemos la palabra amenazar y de ninguna manera se va a importar. Al menos en nuestra cámara no hay alguna señal de ese tipo", dijo en declaraciones al diario La Nación.

Por otra parte, consultado sobre el precio que recibe el productor, Paulón señaló que los mismos "siguen aumentando. Ya en octubre vamos a estar pasando los $ 8,5 el litro".

Este número que plantea la industria es, en esta coyuntura, insuficiente para la sustentabilidad del tambero. Según detalló el vicepresidente de CRA, Jorge Chemes, actualmente se necesitarían aproximadamente $ 10 por litro".

Diálogo infructuoso

La movilización no nació de un repollo sino que fue producto de una sucesión de desaciertos y ausencia de respuestas por parte de la industria y del gobierno. La Federación Agraria Argentina, entidad que respaldó la medida, señaló que es momento de que "las mesas de diálogo de las cuales siempre hemos participado puedan pasar a la definición de medidas concretas, de un Plan Lácteo Nacional que permita por fin recuperar el sueño de una lechería fuerte".

Según la entidad federada la lechería nacional viene padeciendo problemas hace tiempo. "Mientras países como Uruguay mejoraron en volúmenes y cantidad de productores, la producción nacional viene estancada, perdiendo además numerosos tamberos", indicó FAA.

Detalló que en la Argentina "son unas pocas grandes cadenas las que concentran la comercialización, un puñado de firmas que dominan la elaboración industrial y una cantidad de tambos que se reduce año a año. En este contexto, en las últimas dos décadas, hemos reiterado propuestas a los gobiernos y legisladores, con respuesta nula", denunció la entidad federada.

Como consecuencia de "la inacción de las autoridades a la hora de diseñar una política lechera nacional" hay una "falta de perspectivas para muchos de los productores primarios, que deciden liquidar sus planteles y cerrar sus tambos, perdiéndose mano de obra ocupada y el trabajo de varias generaciones", agregó FAA.

Desde la provincia de Santa Fe, con Meprolsafe a la cabeza, los tamberos dijeron presente para acompañar el reclamo de sus pares. "Es difícil movilizar gente a pesar de la situación que estamos pasando, el productor está dormido. Pero debemos mostrarle a la sociedad y al gobierno lo que está pasando a ver si despierta", explicó Marcelo Aimaro, de Meprolsafe.