El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) informa que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil notificó a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) la confirmación de un equino enfermo con virus del Oeste del Nilo (VON), en el noreste brasileño, el pasado 6 de junio.

La presencia del virus fue confirmada por los análisis de laboratorio realizados a las muestras tomadas de un equino con sintomatología nerviosa. Por las características del caso, el modo de transmisión de la enfermedad y la distancia geográfica, este caso no representa un riesgo importante para nuestro país hasta el momento.

¿DÓNDE SE ENCUENTRA LA ENFERMEDAD?

El VON tiene un ámbito geográfico de distribución amplia, que incluye partes de Europa, Asia, África, América del Norte, Central y del Sur. Se cree que las aves migratorias son las responsables de la dispersión del virus.

En la Argentina, se reportó un caso de la enfermedad en un equino de Córdoba en 2010 y dos casos en equinos de Buenos Aires en 2006.

¿Cómo se transmite?

Las aves son el reservorio del virus. Cuando un mosquito pica un ave infectada, el virus es ingerido a través de la sangre. Luego, el mosquito actúa como portador (vector) y puede propagar el virus de un ave a otra o a otros animales (entre ellos el caballo) e incluso a las personas.

La transmisión de la infección a otros animales está relacionada con el ciclo del virus en las aves, ya que la mayoría de los mamíferos no desarrolla suficiente carga de virus en la sangre como para propagar la enfermedad. Es decir, los equinos infectados no transmiten la enfermedad.

¿Cuáles son los signos clínicos?

En los equinos, los signos clínicos de la enfermedad neurológica causada por el virus del Nilo Occidental pueden incluir la pérdida de apetito, depresión, tropezones, contracción muscular, parálisis parcial, visión disminuida, presión de la cabeza, rechino de dientes, marcha confusa, convulsiones, vueltas en círculos e incapacidad para ingerir. La debilidad, usualmente en los miembros posteriores, a veces va seguida de parálisis. Puede ocurrir coma y muerte. Se ha observado también fiebre, pero no en todos los casos.

Varias especies de aves son resistentes a la enfermedad. Las aves sensibles, como los gansos, presentan varios grados de implicación neurológica, desde una posición tumbada hasta la parálisis de patas y alas. Si se les molesta no se mueven o no pueden hacerlo, carecen de coordinación. Se han registrado tasas de mortalidad de entre el 20 al 60% en los gansos.

¿Cómo afecta a la salud pública?

Aunque la fiebre del Nilo Occidental es una zoonosis (una enfermedad animal que se transmite a las personas), alrededor del 20% de los enfermos no presenta síntomas o estos son leves, similares a los de una gripe: fiebre, dolor de cabeza o eritemas. La mayoría de los animales o las personas afectadas se recuperan espontáneamente. Puede causar encefalitis en raros casos.

Se recuerda a la población que, ante la presencia de signos neurológicos en equinos, debe avisar de inmediato a la oficina del Senasa más cercana.