En su nuevo informe mensual de oferta y demanda de granos en el nivel mundial, el USDA redujo ayer sus previsiones sobre los volúmenes de soja importados por China durante las campañas 2015/2016 y 2016/2017. Si bien los recortes en sí mismos no agravan el escenario actual de valores deprimidos para la oleaginosa, quiebran una lógica instalada en el mercado, donde las compras chinas "sólo son revisadas hacia arriba" por la sostenida mejora del poder adquisitivo de sus ciudadanos, que incorporan en sus dietas la proteína animal.

Según las nuevas cifras del organismo estadounidense, las compras chinas de soja 2015/2016 totalizaron 82,50 millones de toneladas, 500.000 toneladas por debajo del volumen previsto en el informe del mes pasado. La producción de la oleaginosa en China fue sostenida en 11,60 millones de toneladas.

En cuanto a las proyecciones para el ciclo comercial 2016/2017, el USDA redujo de 87 a 86 millones de toneladas las importaciones del principal comprador global de la soja. Además, incrementó levemente, de 12,20 a 12,50 millones del volumen de la cosecha de China.

Estos recortes llegaron una semana después de que la provincia china de Heilongjiang confirmó que subsidiará la producción de soja, en detrimento de la siembra de maíz dadas las abundantes reservas del cereal. Según los cálculos oficiales esa medida implicará el cambio de cultivos sobre unas 433.000 hectáreas. Además, el gobierno de China expuso un programa para elevar la producción de soja hasta los 19 millones de toneladas hacia 2020. Ninguna de estas medidas implicará el derrumbe de las importaciones chinas de soja, pero posiblemente limiten la tasa de crecimiento de esas compras, que hasta ahora vinieron asumiendo el peso del crecimiento sostenido de la oferta global.