Así, bien contabilizado el “rojo” fiscal supera los $ 320.000 millones, y aún
puede ser mayor si durante diciembre hay nuevas ampliaciones.
La Auditoria General de la Nación (AGN) lo calcula en 7% del PBI, el más alto
desde 1982.
Este enorme gasto tiene lugar con una presión tributaria récord. Buena parte
de la mayor recaudación proviene de impuestos que recaen sobre el consumo (IVA,
Ingresos Brutos) y que en mayor medida perjudica a los sectores de menores
ingresos.
También, y a diferencia del pasado, Ganancias carcome una parte del salario
de trabajadores y empleados de sueldos medios.
Una tercera parte de este enorme déficit (casi $ 110.000 millones)
corresponde a “intereses y comisiones de la deuda”, un monto más que
significativo para un Gobierno que está finalizando e insiste en el
“desendeudamiento” y que “Argentina no tiene problemas de deuda”.
Este déficit, que viene creciendo sin pausa desde hace 4 años, se fue
cubriendo en forma creciente a través de la colocación de bonos (más deuda)
porque el Banco Central más que agotó su capacidad de financiar, en pesos y en
dólares, al Tesoro Nacional. Por esa razón, entre otras, crece la partida de
“servicios de la deuda pública”.
El Gobierno Nacional le debe al Banco Central, en pesos y dólares, el
equivalente a más de 100.000 millones de dólares que no está en condiciones de
devolver y que se usaron para ir pagando deuda con acreedores privados,
organismos financieros, como el FMI, y los déficits fiscales de los últimos
años. Además, sin reservas, el BCRA debe más de $ 380.000 millones a bancos y
fondos a través de LEBAC.
Otra parte del mayor gasto, difícil de calcular, se compone de “sobreprecios”
sobre los contratos de obra pública que beneficiaron a amigos y no amigos del
oficialismo. Y de subsidios económicos a “sectores privilegiados”.
También hay subsidios sociales muy amplios en favor de los usuarios, en
especial, de la región metropolitana que, sin embargo, no evitaron que la
pobreza golpee a 8 millones de personas, según las consultoras oficiales como
CIFRA de la CTA oficialista, o 12 millones de acuerdo al Observatorio de la UCA.
Aún con los subsidios al gas, la luz, agua y transporte, la Dirección de
Estadísticas porteña, calculó que una familia tipo necesita entre $ 12.000 y $
15.000 por mes para llegar a fin de semana, algo que no consigue el 30% de los
porteños (casi un millón de personas).
A la hora de revisar los subsidios sociales, habrá que tomar en cuenta que la
mitad de la gente ocupada gana menos de $ 6.500 mensuales y que más de la mitad
de los jubilados gana $ 4.200 y el 1,5 millón de pensiones sociales menos de $
3.000 por mes.
Esta realidad económica y social deberá ser tenida en cuenta en la revisión del Presupuesto 2016 sabiendo, además, que la carga impositiva está al límite.


