Por las provincias

El gobernador caminaba un barrio -como se dice en la jerga política- bajo el cálido sol de invierno de su provincia. Cuando le avisaron del llamado de un estrecho colaborador suyo desde Buenos Aires, se alejó de los vecinos y atendió el celular: “No puedo creer lo que me decís”, soltó el mandatario peronista, desolado ante la noticia de que Daniel Scioli había avisado por un canal de noticias que Carlos Alberto Zannini sería finalmente su compañero de fórmula. El gobernador peronista guardaba un resto de esperanza en que ese rol le tocaría a él, en lo que sería un gesto de independencia del postulante a la Presidencia. Este último viernes, ese cacique provincial se mezcló entre sus colegas que -bajo el paraguas de GESTAR- rodearon a Daniel Osvaldo en el predio de Parque Norte para arroparlo de peronismo. Allí, se conocieron otros pasillos en medio del reacomodamiento de la fuerza oficialista; uno de ellos, decisivo para el rumbo que desean varios pejotistas históricos y que es la definición de quién conducirá la Cámara de Diputados en un eventual gobierno sciolista. Mientras el kirchnerismo ya da como un hecho que Eduardo “Wado” De Pedro será el reemplazante en la silla de Julián Andrés Domínguez, varios gobernadores dan como lógico que esa tarea recaiga en el veterano José Luis Gioja. El sanjuanino llegará a la Cámara Baja y muchos ya aseguran que no lo ven obedeciendo órdenes que no sean las que vengan directo del Presidente.

Amor, amor, amor

Otro peronista que no obedece con gusto las directivas del Poder Ejecutivo aceitó su relación con el gobernador bonaerense a tal punto que se animó a preguntarle por su relación con la Presidenta: “¿Cómo estás con Cristina, Daniel?”. El candidato presidencial del oficialismo lo miró y se largó con su acostumbrado estilo optimista: “Estamos bárbaro, con diálogo, charlando sobre todos los temas, muy bien en los viajes”, detalló Scioli. El hombre del interior, que tendrá un rol clave en la Cámara Alta y otros no lo descartan para ocupar un lugar en el Gabinete, puso el gesto adusto y mientras se reclinaba sobre la mesa, casi que le susurró: “Daniel, te odia. Cristina te odia ...”. Un manto de silencio se impuso entre los hombres por un rato, hasta que surgió otro motivo de charla que hizo olvidar por un rato, la honestidad brutal del compañero peronista.

Nickname

Las palabras duras -y a veces soeces- se escuchan con habitualidad en la política y los sobrenombres no escapan a la regla de la maldad. Desde el “Anibalfernandismo” (si vale el término) ya bautizaron a su competidor por la gobernación Julián Domínguez como “Enrique El Antiguo”, personaje que supo hacer Guillermo Francella y que salía en tele pero en blanco y negro. A su compañero de fórmula, Fernando Espinoza, lo denominan como “la versión Laferrere de Benicio Del Toro”. Hay otros sobrenombres que rondan y que son demasiado fuertes, por lo que dejamos al albedrío del lector la adivinanza sobre Comanche, Cachito Rubio y Rexona. Pero el último que salió es uno para el bigote mayor del peronismo; a Aníbal Domingo Fernández le dicen “parrillada completa”, porque tiene de todo menos corazón.