Como sabemos China es la gran aspiradora mundial de soja.

Es un mercado de importación que no ha parado de crecer a lo largo de los últimos quince años.

El problema ahora es que el proceso de aumento de esta economía ha empezado a dar muestras de agotamiento.

El cuadro que sigue muestra cómo el crecimiento anual tiende a caer

Donde se nota el ciclo de menor actividad es en el comportamiento de su comercio exterior y de su demanda interna cuya tasa de aumento tiende a declinar. A ello se suma la producción industrial que también muestra signos preocupantes. Hoy lunes, 27 de julio, por ejemplo, las acciones en el mercado chino de Shangai tuvieron una baja de alrededor de un 8%. Es la mayor caída en 8 años.

Es obvio que China da muestras de cierta “debilidad”. Tal debilidad no es característica de cualquier país; se trata de la segunda mayor economía global, que compra y procesa materias primas para convertirlas en productos que luego vende.

La industria manufacturera reveló en julio su mayor contracción en lo que va del último año y medio.

La evolución reciente de las exportaciones de EE.UU. brinda una imagen clara de la baja en la demanda. Los compromisos acumulados en lo que va del año apenas superan los 7 millones de toneladas. Para el mismo período del año pasado, estos llegaban a casi 15 millones de toneladas. Y el promedio de los últimos cinco años se aproxima a 12 millones.

¿Donde está la madre del borrego de esta reducción? Si duda, en la menor importación de China. El año pasado, el volumen destinado en ese período a este país superaba el nivel de 8 millones de toneladas. Pero este año, sólo llega a 2,5 millones de toneladas.

Por supuesto, tal reducción no es sólo porque China esté importando tanto menos. Lo es porque, también, está comprando en América del Sur.

Por el lado de la oferta, EE.UU. es el que tiene la pelota.

En los últimos días, el clima seco ha traído expectativas alentadoras para la productividad. Por eso los precios recomenzaron su senda negativa.

Los mercados tienen una evolución errante pues los pronósticos se modifican sin grandes certezas.

Las reservas de humedad a consecuencia de las precipitaciones excesivas aseguran cierta “tranquilidad” para el caso de que sobrevenga un período de seca. Pero simultáneamente, pone en riesgo a los cultivos si comenzara a llover nuevamente, tal como lo habían pronosticado diversos organismos.

Con este cuadro, los precios se ven debilitados.

Hoy, lunes 27 de julio, por soja disponible, las fábricas de la zona de Rosario ofrecieron $ 2.000. Se trata de $ 50 por debajo del día viernes.