Las causas son múltiples, las culpas también, y la sociedad civil en su conjunto no es ajena a este deterioro.

¿Con qué Estado enfrentaremos los desafíos del siglo XXI? Hay, vale la pena recordarlo, mucha y valiosa experiencia acumulada en las distintas áreas del Estado. Puede encontrarse también capacidad e idoneidad en una enorme cantidad de funcionarios públicos de carrera en todos los ámbitos estatales, que dentro de sus limitaciones son receptivos a las demandas de los ciudadanos, y aplican sus saberes.

Este año habrá elecciones presidenciales. La fragmentación que hoy se avizora puede significar una oportunidad. Un gobierno de coalición necesitará garantizar la gobernabilidad. El funcionamiento eficaz del Estado, que lo saque de su hipertrofia, requerirá de una sólida concertación que implica que quienes piensan distinto pacten un funcionamiento constitucional eficaz, a pesar de las disidencias.

Los ciudadanos, en quienes reside la soberanía de acuerdo con nuestra Carta Magna, tendrán la última palabra.