El término agroecológico supone una producción sustentable, llevando a cabo un manejo racional de los recursos naturales, protegiendo de esta manera la diversidad natural, sin la utilización de fertilizantes. Uno de los beneficios de contar con una huerta agroecológica es la obtención de alimentos saludables, otorgándole fertilidad a los suelos a partir de residuos orgánicos.
“Es de suma importancia la práctica humana de la huerta, ya que la misma provee de alimentos naturales ricos en minerales, proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y fibras, que son nutrientes esenciales para la alimentación diaria” sostuvola Ing. Ramona Palmieri de INTA Balcarce.
En este sentido a la hora de realizar una huerta, recomienda prestarle atención a la asociación de cultivos, la rotación de los mismos, la asociación con plantas aromáticas y/o con flores, y al compostaje.
Un trabajo diario
En relación a la asociación de cultivos, Palmieri explica que debemos saber qué cultivo es buen compañero de otro. Por ejemplo, los cultivos de hoja extraen nitrógeno del suelo; los de raíz extraen potasio. “Si en una huerta colocamos dos cultivos iguales de manera contigua empobrecemos el suelo, haciéndolo cada vez menos fértil” agrega la profesional.
Colocando un cultivo de hoja y, limítrofe a éste, uno de raíz estamos aprovechando mejor el espacio. Uno crece hacia fuera –cultivo de hoja-, y otra hacia adentro-cultivo de raíz-. Ambos no compiten por los mismos nutrientes y aprovechan mejor el agua y la luz.
Otro factor a tener en cuenta es la rotación de cultivos, y en este sentido la especialista de INTA Balcarce añadió “no debemos repetir un cultivo en el mismo cantero que utilizamos el año anterior, porque si no estaríamos haciendo monocultivo y provocaríamos la degradación del suelo”. Y agregó que al colocar igual cultivo todos los años, éste va a tomar los mismos nutrientes. Además, si acostumbras a un insecto a un ambiente con un mismo cultivo siempre, pasa a ser una plaga provocando un menor rendimiento. Por eso es importante, según señala Palmieri, desorientarlos, es decir, sembrar un cultivo diferente todos los años en distintos canteros.
Siguiendo la misma línea, explicó que en caso de cultivar un año un cultivo de hoja, es importante saberlo para el próximo, y colocar en ese mismo cantero una leguminosa (arvejas, porotos), que aportan el nitrógeno del suelo absorbido por el cultivo de hoja.


