El pastizal natural Respuestas al régimen de lluvia
Alejandra Casal, Daniel Coria, Julia Pettinari
Se realizó inicialmente una descripción de ambientes separando lomas agrícolas (110 has.) de bajos, tendidos y medias lomas (136 has.). Esto permitió ordenar el manejo siguiendo un criterio de usos y descansos para lograr producciones anuales de forraje superiores a los 10000 kg MS/ha sin afectar la supervivencia del pastizal y evitando reemplazos por otro tipo de recursos forrajeros. Una de las grandes limitaciones que tienen los sistemas pastoriles es la variabilidad climática. Las precipitaciones son el principal determinante de la producción y provocan una alta variabilidad. (Figura 1)

Figura 1.
Podemos ver que las precipitaciones hacen variar las producciones de forraje pasando de 1000 kg en otoño de 2011 y 600 kg en primavera 2010 a 2100 kg en otoño 2013 y cerca de 2800 kg en primavera 2012. Pretender sostener la misma carga y productividad ante semejante variabilidad es imposible. Debemos ajustar la alimentación a través de reservas o bajar la carga si queremos sostener el sistema. (Figura 2). En este caso en particular, se opta por bajar la carga o utilizar rastrojos.

Figura 2.
En la figura 2 se grafica producción de pasto por estación, y carga animal. Se observa que la forma de las curvas es similar y, claramente, se ve como se disminuyó la carga cuando la oferta de pasto fue menor.
Del correcto ajuste de estas dos curvas, mediante ventas de animales, uso de rastrojos, o suplementación, en situaciones de estrés ambiental, dependerá la continuidad del recurso pastizal, y la posibilidad de contar con forraje de buena calidad una vez superada la limitación climática.
La cobertura de malezas fue variable principalmente por el régimen de precipitaciones. Así como las inundaciones controlan naturalmente las poblaciones de malezas, las sequías producen claros en la vegetación que podrán ser colonizados por malezas o especies rastreras de baja calidad forrajera. El nivel de enmalezamiento registrado en un momento dado tiene que ver con situaciones ambientales y de manejo (sobrepastoreos). Nada se puede hacer ante los eventos climáticos, pero sí se debe pensar que el pastizal se recuperará de manera favorable si el manejo previo a la situación de estrés fue el correcto, si se dejó el remanente adecuado para que las especies de interés rebroten, o se manejó de manera que en el suelo sean más las semillas de especies forrajeras que de malezas. Esto se logra descansando a fines de primavera los potreros destinados a forraje de invierno y en otoño los destinados a forraje de verano, para permitir la semillazón de las especies (Figura 3; diciembre 2008 y octubre 2009, en un mismo sitio de pastizal) .

Figura 3.
Esto se puede ver en los cuadros siguientes (Figura 4), donde después de una primavera seca, al permitirse la semillazón, en el otoño y primavera siguientes se produce un aumento de forrajeras anuales y disminución de las malezas.

Figura 4, A. Potrero de invierno

Figura 4, B. Potrero de verano
El pastizal natural es un recurso que, ante eventos límites para la producción, aunque en menor cantidad, ¨permanece vivo¨, con altos potenciales de aporte de forraje de muy buena calidad suficientes para la actividad ganadera en la zona.


