Los traders financieros, que para hacer una diferencia se entusiasman con poco, están enamorados de sus medidas: devaluación, blanqueo del Indec, rebaja de salarios, tarifazo, suba de tasas. Ahora quiere levantar el cepo.

El problema de Kicillof es explicar a Cristina Kirchner que sus viejas ideas eran incorrectas. El último domingo ella le ordenó desmentir que se endeudaría en dólares.

La Presidenta pasará a la historia de la tozudez. En abril de 2008, Martín Lousteau le presentó un plan contra la inflación: sinceramiento del Indec, aumento de tasas, contención salarial, devaluación, negociación con el Club de París. La inflación era la mitad que la actual. Los subsidios, la décima parte. Ella prefirió que todo empeorara: más atraso cambiario, caída de reservas, cepo y dólar blue. Ahora el ajuste debe ser cruel. Lo enseñó Borges: si hay un problema que requiere ser pensado es el del tiempo.