El economista, que supo ser asesor de Jorge Capitanich en el Senado antes del estallido de la convertibilidad, asumirá con su equipo íntimo y heterodoxo que lo acompaña desde la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
Entre los pocos economistas con los que dialoga la presidenta Cristina Kirchner, es, sin duda, un privilegiado, porque ella siempre lo recibió sin intermediarios. Cercano a La Cámpora, construyó su propio poder manejando a los directores representantes del Estado en las empresas privadas. Habrá que ver si le dan vía libre para avanzar en su idea de desdoblar formalmente el tipo de cambio, algo en lo que, hasta ahora, lo había frenado la Presidenta. Esta mañana, Kicillof se reunirá con sus subsecretarios, que hasta ahora lo acompañaron como viceministro y secretario de Política Económica, Emanuel Aggis, Mercedes González y Fabio Rodríguez. Otra duda es si volverá a llevar al Palacio de Hacienda a otros dos funcionarios cercanos: Augusto Costa (hasta ahora en Cancillería) y Nicolás Arceo (en YPF), todos partidarios de una mayor intervención del Estado en la economía.
El principal interrogante que surgía anoche entre algunos analistas es cuál será el futuro del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. En función de eso, se definirá el poder del futuro ministro, en una cartera que, desde la salida de Roberto Lavagna, quedó muy debilitada. De hecho, el área de deuda quedaría, en una curiosa situación, dentro de la órbita del futuro ex ministro Hernán Lorenzino, mientras que Hacienda podría seguir en manos de Juan Carlos Pezoa. Habrá que ver qué ocurre también con la AFIP, dirigida por Ricardo Echegaray, designado hasta 2016.


