Una leve y despareja mejora de las expectativas económicas se registró en agosto último. El indicador parece clave en el resultado electoral, pues su baja coincidió con la derrota del Gobierno, y su aumento récord con el 54% de votos para Cristina Kirchner, en octubre de 2011. La medición fue afectada sólo en sus últimos días por el anuncio del alivio en el impuesto a las ganancias.
Los resultados son curiosos porque la evaluación sobre la situación presente y futura está prácticamente estancada o empeora. En tanto, el ligero repunte se debe a que sobre todo la clase media y alta consideraron que es un muy buen momento para comprar electrodomésticos, una vía usada frecuentemente en esos estratos como escape de la inflación.
En tanto, casi dos de cada tres argentinos dicen que su familia apenas llega a fin de mes con lo que gana; mientras que 16 de cada 100 dicen que para vivir deben endeudarse o consumir los ahorros. Apenas el 13% dice tener capacidad de ahorro.
Así surge del último relevamiento del Índice General de Expectativas Económicas (IGEE) que realizan la Universidad Católica Argentina (UCA) y TNS-Gallup. En agosto las expectativas mejoraron 0,8% respecto de julio y quedaron 2,4% por encima de las de un año atrás; 16,3% debajo del récord de optimismo de octubre de 2011, cuando Cristina Kirchner fue reelecta, y 35,4% arriba del récord de pesimismo de abril de 2009.
La medición se realizó entre el 15 y el 30 de agosto último y el anuncio del alivio en ganancias sólo para un sector de los asalariados y jubilados se hizo el martes 27 de ese mes.
La evaluación de la situación actual empeoró 0,8%, mientras que la de la situación futura creció apenas 0,3%. Pero la valoración del momento para comprar electrodomésticos mejoró 3,2%. Pero ese subíndice está 10,1% debajo de octubre de 2011. El 26% cree que es un buen momento para adquirir bienes durables, mientras que el 38% dice que la oportunidad no es ni buena ni mala, mientras que el 32% cree que es mal momento.
El pesimismo es mayor en las clases bajas (37%) y en los de menor nivel educativo (35%). Con lo que pareciera que, en todo caso, los sectores medios y altos pueden valorar las compras en cuotas como un medio de "salvarse" de la inflación. Si en octubre de 2011 hubo un "voto cuota" fue porque 35% creía que era oportuno comprar electrodomésticos y sólo 21% era pesimista al respecto.
El dato de la disponibilidad de recursos de los hogares también parece interesante. Desde 2007 los que dicen que los ingresos familiares apenas alcanzan para llegar a fin de mes oscila entre el 64 y el 67%. En agosto último, contestó así el 65 por ciento. Sólo el 13% dice que puede ahorrar. El 9% consume sus reservas y el 7% dice estar endeudándose.
Este relevamiento no se hace todos los meses, sino una vez por año. En 2011 no había mucha variación respecto de los que dicen apenas llegar a fin de mes: 66%. Pero 17% decía ahorrar. Y sólo el 13% decía desahorrar o endeudarse.
En tanto, en 2009, el año del récord de pesimismo y de la derrota electoral del kirchnerismo, 66% decía llegar con lo justo. Pero sólo 10% decía ahorrar, mientras que 19% desahorraba o se endeudaba.
Las mayores dificultades para sostener los gastos del hogar se registran en los estratos sociales bajos (67%), los que sólo tienen educación primaria (71%), las mujeres (67%) y en el interior del país (69%).
Lo que es claro es que respecto de los dos años anteriores cae la proporción de los que pueden ahorrar y aumenta la de quienes consumen sus reservas o se endeudan. Se acercan así a los niveles en los que el oficialismo obtuvo sus peores resultados en 2009.
La encuesta abarcó 1016 entrevistas con personas de 18 y más años, con alcance nacional.



