Adecoagro, empresa de la que participa el magnate George Soros, encontró un comprador para su firma láctea, que puso en venta a fines del año pasado tras la salida de su principal socio, la cooperativa canadiense Agropur.
El empresario cordobés Luis Bonaldi, dueño de la láctea Windy, del grupo Templac, junto con el empresario Raúl Filippi, ex Sancor, que también trabajó para La Lácteo, habrían cerrado la compra de la empresa, según pudo saber El Cronista.
Adecoagro no confirmó ni desmintió la información, al tiempo que pese a sus repetidos intentos, este diario no fue atendido por Bonaldi. Pero fuentes inobjetables de la industria aseguraron que la operación está cerrada desde el viernes de la semana pasada, aunque algunos de los consultados pusieron en duda que la transacción se haya logrado con recursos propios de los empresarios.
Windy fue la primera láctea cordobesa en entrar en el programa Lácteos para Todos, impulsado por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y fuentes de la industria aseguran que mantiene buenas relaciones con el gobierno nacional.
La firma láctea fue fundada por la familia Bonaldi a principios de 1940 y vendida a Milkaut en 1997. En el año 2000, volvió a manos de la familia fundadora. Una década después, Milkaut entró en crisis y también cambió su participación accionaria.
Por su parte, La Lácteo fue fundada en 1931 por inversores cordobeses, pasó a manos de Sociedad Macri (Socma), que la vendió en 2002 a un grupo de la provincia de Buenos Aires. Luego pasó a ser propiedad de Adecoagro y Agropur. Actualmente, La Lácteo posee dos plantas en Córdoba: la principal se encuentra en Ferreyra y otra en Villa del Rosario, dedicada a la producción de quesos.
Según fuentes del sector, la empresa trabaja al 65% de su capacidad instalada.
Hace ocho meses, sigilosamente, Adecoagro puso en venta la empresa, y la ofertó a potenciales compradores que no quisieron hacerse cargo.
En la nómina apareció la empresa santafesina La Ramada, de Carlos Gonella, pero también grupos internacionales, como el peruano Gloria y un inversor español, según contaron las fuentes a este diario.
Parte del problema de la empresa reside en que no tiene plantas de última generación y que la dotación de personal es mayor a la deseable. Según una fuente cercana a las negociaciones, La Lácteo tiene pérdidas millonarias y una deuda con Adecoagro, que le provee leche a través de su tambo.
Como elemento a favor de La Lácteo, la empresa posee un saldo impositivo del que puede hacer uso el comprador.
Cuando entró en el negocio, Adecoagro pensó en sumar un eslabón a la cadena de producción que se inicia con un tambo modelo que posee cerca de Venado Tuerto, Santa Fe, en el que produce 200.000 litros de leche por día. En 2010, Adecoagro y Agropur proyectaban levantar una nueva fábrica de leche en polvo pero la situación económica del país y después, la crisis internacional, impidió ese crecimiento.
Complicaciones
En el comunicado a través del cual Agropur informó su salida de La Lácteo, en noviembre pasado, culpa a las condiciones económicas prevalecientes en la Argentina y al significativo requerimiento de capital.
Casi simultáneamente, un informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) alertara de la necesidad de atraer inversiones. El organismo sostuvo que si la producción local de leche continúa creciendo en los próximos años tal como se estima y no se registran inversiones orientadas a expandir la capacidad de procesamiento de dicho producto, la industria láctea encontrará dificultades para gestionar los volúmenes de leche.


