En materia ferroviaria sí que se aplica el lema kirchnerista "Vamos por todo". Ayer, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, anunció una estatización que se esperaba y dos de las que no se tenía demasiado registro .

La que no despertó mayores sorpresas fue la de los dos ramales de carga -uno de Buenos Aires a Mendoza y el otro, a Posadas y Brasil- que explotaba América Latina Logística (ALL), una compañía brasileña que los compró en 1998. Todo esto se esperaba en los pasillos de la compañía y del Ministerio.

Pero eso no fue todo. Randazzo comunicó ayer también que el decreto que firmó la presidenta Cristina Kirchner incluye la estatización del Tren de la Costa y de parte de los terrenos sobre los que se levanta el Parque de la Costa, ambos emprendimientos del grupo Sociedad Comercial del Plata (SCP), una firma que aún controla el grupo Soldati. Justamente, la sorpresa llegó porque hasta hace días los ejecutivos de la empresa negociaban con el equipo de la Secretaría de Transporte la entrega voluntaria de la concesión del tren. Nada se hablaba sobre el Parque de la Costa.

Como ya es costumbre en las estatizaciones o rescisiones del kirchnerismo, no se habló nunca de compensación o dinero. Más aun, según la óptica del ministro, la reestatización de los ramales de cargas no tendrá ningún costo para la Argentina, pues los contratos contemplan cláusulas "muy claras" de rescisión en caso de incumplimientos. "Si quieren reclamar que vayan a la vía judicial (...) No cumplieron con los objetivos propuestos (...) Aquellos que no cumplen se tienen que ir", dijo Randazzo ).

La rescisión del Tren de la Costa sí dejó muchos interrogantes. La empresa viene de un largo derrotero financiero después de que el proyecto integral -ferrocarril, parque de diversiones y casino- nunca lograse ser rentable. Justamente, en Sociedad Comercial del Plata no son pocos los que miran aquel proyecto como el inicio de la caída que terminó con la venta de sus principales activos -Compañía General de Combustibles- y con el concurso preventivo de la firma de Soldati.

Los interrogantes sobre cómo operará la rescisión se multiplicaron ayer. Respecto del tren, no hay mayores dudas: las partes ya negociaban la entrega voluntaria y, además, el Estado ya pagaba el sueldo de los 160 empleados del ramal que recorre la ribera del norte del Gran Buenos Aires. Randazzo aclaró que la medida incluye todas las estaciones y, claro está, los inmuebles comerciales que originariamente poblaban las paradas del tren. Desde la empresa se preguntaban ayer si se les reconocerá algún activo, como por ejemplo el material rodante, que no es de la concesión sino de Nuevo Tren de la Costa, la sociedad que opera el ramal y que alumbró después del concurso de SCP.

En el Gobierno comentaban ayer que desde 2001 que no se pagaba el canon, argumento que era rebatido en los escritorios del concesionario. Recordaban que fue el Estado el que prohibió aumentar las tarifas durante años mientras los costos subían. Pasaron años, cuando hubo un amago de cerrar, hasta que el Estado empezó a financiar la nómina salarial.

El notable deterioro de las estaciones del ramal fue una de las principales quejas que oyeron los funcionarios de Randazzo. A los intendentes del corredor les preocupaba la falta de mantención de la infraestructura ferroviaria. Desde el Municipio de Tigre se mostraron de acuerdo con la medida de revertir el ramal, ya que "no funcionaba y se pagaban millones de pesos en sueldos".

En lo que se refiere al Parque de la Costa sí que hay interrogantes. En principio nada hace suponer que el Estado opere los juegos del lugar. Sucede que Randazzo sabe que la concesión se entregó en los 90 para hacer todo el proyecto. Por lo tanto, no es posible escindir el parque del tren. Pero en el concurso sí se separaron las operadoras. De ahí que ahora el ministro dijo que se expropia todo. Él conoce que no se pueden separar tan fácil.
Según fuentes del municipio y de la propia empresa, 85% del predio es un terreno de propiedad privada fuera de la concesión, y sólo 15% está en terreno concesionado. Sin embargo, mas allá de soñar con armar otra Tecnópolis en pleno territorio del intendente Sergio Massa, el Gobierno sabe que no será tan fácil quedarse con el Parque. Salvo que lo expropie.

UN PROYECTO PENSADO PARA EL PRIMER MUNDO

En 1995, el entonces presidente Carlos Menem y Santiago Soldati tocaron una campana que anunciaba la inauguración del Tren de la Costa, un recorrido de 15,5 kilómetros que va de Vicente López a Tigre y culmina en el Parque de la Costa. Era una alegoría de la época: un proyecto de US$ 350 millones para prestar un servicio público de lujo que nada tendría que envidiarles a las prestaciones del Primer Mundo. Pero el tren siguió la misma línea que los negocios de Soldati, que tardó 12 años en acordar con los acreedores de SCP, su nave insignia y animador del mundo empresario en los 90. Hoy la frecuencia del servicio es relativamente aleatoria, nadie controla los boletos, las instalaciones están sucias y falta mantenimiento. Aunque la figura elegida por el Gobierno fue la estatización del servicio, en el entorno de Soldati hacía tiempo que pedían dejar el control del proyecto.