Daniel Scioli sigue jurando lealtad a la Casa Rosada. Apuesta a que su jefa se siga deteriorando para heredarla sin conflictos. Pero Scioli tiene un inconveniente: Sergio Massa. El intendente de Tigre se reúne con colegas y va a comidas con independientes en las que promete abrir un frente contra el gobierno nacional. Florencio Randazzo ya le declaró la guerra. También él entró en carrera.

Massa tiene una piedra en el zapato: Mauricio Macri. El alcalde deshoja la margarita. ¿Será o no, como propuso Jorge Triaca, candidato a diputado bonaerense? Francisco de Narváez ya lo postuló. Si acepta y hace un buen papel, Macri será un problema para cualquier candidato peronista en 2015. Sobre todo, para Scioli. ¿Habrán hablado de este dominó Scioli, Massa y Horacio Rodríguez Larreta, encerrados en el hotel Citi, el miércoles por la tarde? Los cacerolazos aceleran la política.