Articulo publicado en la Revista CREA - Julio 2012, si desea suscribirse a la Revista CREA INGRESE ACÁ |
1. ¿Podemos usar todo el maíz que se produce para transformarlo en carne? Cada 100 kilogramos de alimento que demanda el ciclo ganadero argentino –considerando que todos los novillos y las vacas de descarte se terminan a corral–, 92 kilos son aportados por el forraje y sólo 6 por el grano. La relación es de 15 a 1. Por lo tanto, si queremos usar un millón de toneladas del excedente exportable de maíz para destinarlo al sector pecuario, tendríamos que tener, como contrapartida, 15 millones de toneladas de pasto, equivalentes a unos dos millones de hectáreas de pasturas.
2. ¿El pasto es el alimento más barato? Muchos dicen que el pasto es el alimento más barato. Sin embargo, la cuestión central es preguntarse cuál es la eficiencia de conversión del pasto en kilos de terneros o de ración en kilos de animal recriado. En la Cuenca del Salado –por ejemplo–, la eficiencia de conversión de la cría es de 42 kg de MS/kg de ternero en un sistema con un 60% de destete y un peso promedio de destete de 140 kilos. Pero esa eficiencia en un planteo con un 95% de destete y un peso promedio de destete de 160 kilos (como el que registran muchas empresas CREA de la zona) es de 23 kg de MS/kg. Es decir: en muchos casos, con una mejora sustancial del manejo del pasto es posible incrementar la eficiencia de conversión en niveles cercanos al 100%. Y si la eficiencia de la cría pasase de 42 a 23 kg de MS/kg producido, el excedente de forraje podría ser utilizado para desarrollar la recría en esa misma zona. La eficiencia de conversión de un feed lot es muy superior: puede estar entre 6 y 9 kg de MS/kg de carne (según la eficiencia de cada sistema). Por lo tanto, si tenemos un planteo de cría con una eficiencia de conversión de 42 kg de MS/kg y queremos competir con un corral que tiene una eficiencia de 6 kg de MS/kg, entonces el pasto ofrecido en el planteo de cría debería ser siete veces más barato que la ración ofrecida en el corral. Entonces, hay que calcular el costo del kilo producido en cada establecimiento.
3. ¿Cómo serán las raciones que usarán los corrales de engorde en los próximos años? Este año se instalarán en la Argentina las primeras plantas elaboradoras de etanol a base de maíz (hasta el momento el etanol es producido a base de caña de azúcar). Cuando esa industria se consolide, los feed lots, en lugar de consumir grano, pasarán a integrar la ración con paja de trigo molida y granos destilados generados como subproducto de las plantas de etanol. Es decir: no vamos a necesitar tanto grano para el feed lot. Es más; algunos van a venderles maíz a las plantas de etanol a cambio de granos destilados.
4. ¿Cuán importante es la superficie de pasturas que hay en el país? Casi el 90% del área argentina de recursos forrajeros está integrada por pastizales, monte, islas o rastrojos. El resto corresponde a pasturas y reservas. La cuestión es que el 45% del rodeo argentino se sustenta con pasturas y silo. Es decir: perder una hectárea de pastura no se compensa ganando una hectárea de campo natural. Por cada hectárea que perdemos de pasturas, necesitamos sumar un equivalente de siete hectáreas de promoción.
5. ¿Por qué la productividad de los rodeos de cría crece tan lentamente? La producción de carne en los rodeos de cría de la región pampeana ha venido aumentando a una tasa muy baja en los últimos 10 años. Los sistemas CREA tienen, en general, muy buenos indicadores en lo que respecta a análisis de toros, servicios estacionados y uso de calendarios sanitarios. Estos factores, si bien son importantes, deberían ser considerados procedimientos de rutina en todas las empresas de cría. Un aspecto relevante, vinculado con la eficiencia de transformación del pasto en carne, es el entore de 15 meses, el cual no registra un nivel de adopción tan elevado. Debemos tener en cuenta que, si no entoramos temprano, en las actuales circunstancias probablemente estemos atentando contra la eficiencia integral del proceso productivo.
6. ¿Es correcto que los animales coman a voluntad? Una cuestión central es el manejo del estado corporal. ¿Es inevitable tener vacas más gordas de lo necesario? A partir de eso tenemos que preguntarnos: ¿es necesario que las vacas coman a voluntad silos de autoconsumo, por ejemplo? El uso de este último recurso plantea algunos inconvenientes: no podemos determinar cuántos terneros comen por bolsa ni tampoco cuál es el costo ni la eficiencia de conversión.
7. ¿Es posible hacer silos sin pérdidas? En las regiones ganaderas de EE. UU., se observan silos de grano húmedo altísimos con pérdidas casi nulas a partir del empleo de tapas de doble manta. En la Argentina, los silos suelen presentar pérdidas importantes, tanto en cantidad como en calidad. El concepto es el mismo. Pero el proceso es diferente y los resultados, por ende, también lo son.
8. ¿Cuáles son los criterios básicos que deben regir en todo corral de terminación? En los corrales de terminación de hacienda existen ciertos criterios básicos de eficiencia que todos deberían tener presentes: distribución uniforme de la comida, la hacienda debe comer toda junta, no debe haber desperdicio, etcétera. Desestimar algunos de esos criterios implica trabajar con una enorme desventaja. Estimo que en los próximos diez años no va a quedar nadie que no los respete, a menos, claro, que quiera perder dinero.
9. ¿Comercializamos de la mejor manera posible? Profesionalizar la comercialización de hacienda debe ser una obligación para todo empresario ganadero. Es triste observar que se aceptan ofertas de venta de “aproximadamente tantos animales de invernada”, de características muy generales, con pesos promedio poco especificados. Las empresas profesionales trabajan con protocolos de compra de terneros en los cuales, por ejemplo, se determinan los precios máximos por pagar a partir de rangos de pesos bien definidos (precios máximos que se establecen a partir del margen bruto proyectado del negocio). También se determina que la hacienda debe ser despachada con las correspondientes caravanas de cría; en caso contrario, no serán recibidas o bien se cobrarán 20 pesos por animal para colocarlas. En otras ocasiones, se establece, por ejemplo, que “los terneros machos enteros serán castigados con un descuento del 20% del precio pactado, porque, al castrarlo, el animal sufre, retrasa su engorde y, además, genera un trabajo operativo extra”. Todos en la cadena de la carne tenemos que implementar y exigir calidad. No podemos trabajar con ineficiencia.
10. ¿Pagamos sueldos y honorarios adecuados? La falta de una remuneración adecuada no sólo suele presentarse respecto del personal de campo, sino también respecto de los profesionales que brindan sus servicios al sector ganadero. En este sentido, debemos preguntarnos: ¿los asesores ganaderos están bien pagos? ¿Y los veterinarios? El nivel de formación, experiencia y conocimiento de un profesional, ¿se corresponde con lo que cobra? Si el sector carece de gente joven, ¿por qué creen que será? ¿Por qué la mayor parte de los profesionales del sector nos ubicamos por encima de la media en lo que respecta a la edad? ¿Cuánto valor generan los profesionales? Ese valor, ¿es reconocido por los empresarios ganaderos?
11. ¿Cuáles son los paradigmas sobre los cuales se sustenta la actividad ganadera? Los viejos paradigmas de la ganadería argentina murieron. “Tenemos que exportar a Japón”. “La ganadería es un gigante dormido”. “Tiene un potencial extraordinario”. “Nos tenemos que hacer amigos de los frigoríficos para integrarnos con el resto de la cadena cárnica”. En las actuales circunstancias, lo mejor que podemos hacer es buscar la excelencia en nuestras propias empresas. Para eso debemos tener un objetivo bien definido. Todo lo que hagamos debe estar debidamente mensurado y evaluado. Debemos hacer evaluaciones de riesgos. El secreto de trabajar en grupo o en el marco de una red es, precisamente, generar información, compartirla y compararla. Debemos profesionalizar la comercialización. No podemos seguir haciendo cosas a oscuras. Hoy la hacienda aquí vale más que en cualquiera de los países ganaderos competidores de la Argentina. Y eso ocurrió a partir de la liquidación masiva del stock promovida, entre otros factores, por las restricciones a las exportaciones de carne bovina. El día que se habilite la exportación sin ninguna restricción, la hacienda va a valer menos y no más.
12. ¿Cuál es el peligro que representa el hecho de trabajar sin objetivos claros? De todos los problemas que pueden presentarse en una empresa ganadera, el mayor de todos, quizás, es la falta de objetivos. Porque al que no tiene metas definidas, cualquier viento lo lleva a cualquier lugar. Una señal clara de la falta de objetivos se advierte cuando alguien me pregunta: ¿qué hacen los empresarios a los que usted asesora? ¿Y el resto, qué hace? Los empresarios con metas bien definidas jamás se plantean ese tipo de cuestiones, porque están ocupados en hacer todo lo necesario para alcanzar su meta. Hacer las cosas de una manera porque siempre se hicieron así no es una buena idea. Debemos tener en cuenta que no somos imprescindibles: si la carne argentina desaparece del mercado internacional, alguien va a ocupar nuestro lugar sin mayores inconvenientes. Si no nos profesionalizamos, corremos el riesgo de transformar a la ganadería argentina en un “elefante blanco”, es decir, en una actividad pauperizada que genere cada vez menos riqueza y fuentes de empleo. Depende de nosotros.
El presente texto es el resumen de una conferencia ofrecida por el consultor ganadero Juan Elizalde en una jornada técnica organizada por los CREA de la zona Sudeste en la Sociedad Rural de Las Flores.


