Leonardo J. Sarquís
Director General de la consultora CONFIAgro
A partir del verano que pasó, comenzamos a sentir nuestras propias crisis
internas que mucho tienen que ver con la situación de incertidumbre que estamos
viviendo hoy y que impactan en todas las actividades económicas de nuestro país.
Pareciera que gran parte de estas crisis fueran creadas por nosotros mismos,
dejando de aprovechar las oportunidades inmejorables que tenemos, entre otras
cosas, como proveedores de alimentos para el mundo.
Hace poco un amigo, además de ser uno de los más influyentes economistas argentinos, me volvió a hacer ver que cuando empiezan a decrecer o afectarse el normal desarrollo de actividades como
I) la construcción
II) la industria automotriz y
III) la actividad agroindustrial o agropecuaria, la economía general se comienza a resentir en forma importante.
Y eso no es más ni menos que lo está pasando hoy en nuestra economía. Estas industrias son las que mueven la economía, las que generan empleo en forma masiva -la Agroindustria, la más importante- y están con problemas. Si estas actividades se detienen por alguna razón, se afectan mucho las economías provinciales, y por ende, la economía nacional en su conjunto.
¿Cómo vemos nuestro sector en este 2012?
I) Menores cosechas en maíz (19,3 millones de toneladas) y soja (no llegamos a 40 millones de toneladas, el precio sigue alto), producto de la sequía del verano
II) Menor calidad de lo cosechado, producto del exceso de lluvia que siguió a la sequía, en las principales provincias productoras, afectando principalmente a la provincia de Buenos Aires III) Menor cantidad de hectáreas a sembrar (principalmente trigo, por más que aumenten otros cultivos) en esta campaña de fina que está ya en un 28% avanzada
IV) Altos costos de producción, con insumos caros y con importaciones cerradas
V) Perspectivas inciertas en el mercado ganadero
VI) Falta de apertura real al mundo que mejor y más pagaría nuestros productos primarios y alimentos elaborados.
Obviamente omití a propósito el tema de la inflación que está destruyendo cualquier ingreso y rentabilidad, la falta de una política cambiaria adecuada, las restricciones a la comercialización de los productos primarios, la falta de previsibilidad.
El Gobierno acaba de liberar 6 millones de toneladas de trigo para la exportación, como una medida de motivación justamente cuando está promediando la siembra de ese cultivo. Esto es algo que ya vimos varias veces y no tuvo ningún efecto beneficiario.
Vemos que entre principios de 2003 y el año 2011, los aumentos de precios fueron exponenciales. La carne en general, aumentó 830%, El pan -no se exportaba trigo para proteger que el precio del pan no afecte la mesa de los argentinos- aumentó más del 500%.
En todos los países del mundo que piensan en crecer, cuando se desatan crisis las partes que intervienen se sientan a dialogar y planificar las acciones para poder acceder a caminos de solución.
Hace rato que nos preguntamos porque no podemos hacer esto en Argentina. ¿Por qué siempre buscamos confrontar, y mostrarle a la otra parte quien tiene el poder mayor...?
¿Tan difícil es escucharnos sin querer imponer posiciones? Las acciones autoritarias, sin distinción, no conducen a nada, por el contrario, conducen a más conflicto.
A nivel empresarial, cuando se analizan temas de negociación, se dice que la mejor forma de negociar es apuntando al ganar/ganar, es decir que las partes en cuestión, sientan la sensación real de que ganaron las dos.
Tenemos que tratar de ganar todos. Venimos de años de hacer lo contrario. Las confrontaciones deportivas son una cosa, y el crecimiento y la estabilidad de la economía de un país es otra. Debe primar la organización, la planificación, las acciones a largo plazo, la previsibilidad, las reglas claras, la certidumbre.
¿Por qué se van en forma continua los dólares del país? ¿Por qué la gente sigue comprando dólares, por más que pongan cepos cambiarios para que eso no pase? Eso es por desconfianza...
Esto hace también que los productores no siembren más trigo este año. Los problemas en la comercialización de granos, datan de más de 6 años, y no se solucionan los problemas con acciones puntuales, que apuntan más a obtener dólares para el fisco, que para mejorar la rentabilidad de los productores. El sector necesita diálogo, la economía necesita diálogo, los argentinos necesitamos diálogo... Parece algo tan simple, pero tan difícil de lograr para nosotros que da bronca que no podramos lograrlo
Si vamos directamente y en forma profunda a los números del sector, las cosas seguramente mejorarían mucho si existiera el dialogo fluido y constructivo entre todas las partes. ¿Cómo no vamos a mejorar si se destraba la comercialización de los granos, carnes y lácteos? ¿Cómo no vamos a mejorar si le vendemos lo que producimos a los países que más necesitan y también a los que mejor nos pagarían?
¿Cómo no vamos mejorar si hubiera políticas con reglas claras, estables, motivantes, que alejen la incertidumbre permanente? ¿Cómo no vamos a mejorar si pudiéramos negociar pensando en ganar/ganar para todos?
Creo absolutamente en el diálogo, y que dialogando, las cosas se encausan y obviamente mejoran. Independientemente de los problemas coyunturales, invito a los que tienen y deben hacerlo, principalmente en nuestro sector Agroindustrial a dialogar de verdad y a buscar el ganar/ganar, estoy seguro que así, todos ganaremos.


