En 1994 los gobiernos de Mendoza y San Juan, con muy buen acierto acordaron trabajar en conjunto para evitar una guerra de precios que podría distorsionar el mercado del vino.
La idea era firmar un convenio para que todos los años pudieran destinar un porcentaje de la producción de uvas comunes a la elaboración de mostos o jugos de uvas con destino a la exportación, según dio a conocer el Diario de Cuyo.
De esta manera se sacaba uva del mercado para producir un equilibrio entre la oferta y la demanda de vino y distribuir un precio justo en la cadena de producción, elaboración y comercialización. Así los viñateros y bodegueros estaban obligados a cumplir este convenio caso contrario recibirían una multa económica.
Ésta era la única salida para evitar acumulaciones de vino y de a poco el convenio se fue consolidando a tal punto que sigue en vigencia hasta nuestros días.
Pero en los últimos cinco años Mendoza no cumplió con el pacto y la uva que no destinó a mosto se fue a vino generando los actuales excedentes y los bajos precios actuales.
El nuevo gobierno de Mendoza, a cargo de Francisco Pérez, firmó con San Juan elaborar un 30% de la producción a mosto o jugo de uva convencido de que esta es la salida. Pero hasta el momento sólo han elaborado 21 millones de litros de mosto, un 5% de lo cosechado hasta el momento contra el 39% de San Juan.
Criollas y Cerezas
Mendoza produce entre uvas Criollas y Cereza casi 600 millones de kilos, en su mayoría producida en la zona de San Martín, Santa Rosa y Junín. Esto es el 31% del total de la producción de la provincia.
La provincia de San Juan elaboró con estas uvas en la vendimia 2011 unos 271 millones de kilos, o sea el 39%. A su vez acá se destinan en promedio unos 30 millones de kilos de uvas del descarte de variedades de uvas de mesa y pasas, con lo cual se aumenta este porcentaje de uvas de baja calidad enológica.
Así las cosas se ven claramente que hay uva de sobra de estas variedades para destinar a la producción de mosto y potenciar otras de mayor calidad para la elaboración de vinos. Esta fue la base del planteo para firmar un acuerdo.
Desgraciadamente, desde 2007, Mendoza no cumple con los porcentajes y en cinco años unos 580 millones de kilos de uva no se destinaron a la producción de unos 461 millones de litros de mosto sulfitado, para el cual existen diversos mercados internacionales como mosto concentrado. En todos estos años Mendoza produjo 805 millones de litros de vino provenientes de uvas Cereza y Criollas. Toda una barbaridad.
La otra cara de la moneda es San Juan que en ese lapso logró producir un excedente por encima del convenio por 590 millones de litros de mosto sulfitado. Es decir que hizo un esfuerzo enorme por diversificar los destinos de la uva, produciendo para la exportación mosto concentrado y a lo que se le suma otros destinos como uvas de mesa y pasa por lo que más del 60% de su producción no se destina para elaborar vino, no contribuyendo al aumento de stocks vínicos.


