La cosecha de uvas volvería a disminuir este año, por diversos accidentes climáticos, que afectaron sobre todo a las criollas, utilizadas para vinos básicos y mosto, en San Juan y el este de Mendoza. Pero, ésta vez, no se teme que se generen problemas de stock como en 2009 sino, por lo contrario, serviría para que los productores reciban mejores precios.

Según el pronóstico del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la producción en el país ascendería a 25,13 millones de quintales de uvas, un 10% menos que la cosecha de 2011, provocada por una disminución de 23% en San Juan y de 4,7% en Mendoza. Hubo accidentes climáticos en el este de Mendoza y en San Juan, donde también se registraron problemas de floración y cuaje, que generarán un menor rendimiento, sobre todo en uvas criollas y en algunas blancas como Moscatel, Pedro Giménez, Torrontés, que se utilizan para vinos en tetra o en envase de litro y para mosto sulfitado o para hacer jugo concentrado, explicó Guillermo García, presidente del INV, a El Cronista.

El funcionario agregó que las uvas varietales finas fueron menos afectadas, por lo cual la menor cosecha no generaría escasez para vinos de calidad. Pero tampoco habría faltante de vinos básicos, como sucedió en 2009, cuando la vendimia fue 23% menor. Sin embargo, aún hay que esperar dos meses para ver si no suceden accidentes climáticos, como granizo, o cómo impactaría la disponibilidad de agua ante una eventual ola de calor o altas temperaturas, ya que la cosecha se inicia a mediados de febrero o marzo, según la zona y tipo de uva.

Aún hay que esperar al próximo pronóstico, que haremos en febrero, para ver si resulta aún menor la cosecha. Pero no afectaría, por el momento, a los vinos varietales de mayor calidad y no sería necesario importar vino de Chile, como en 2009; sólo habría un reacomodamiento de stock, aclaró García.

Ese año, para paliar la escasez y el consiguiente alto precio, algunas bodegas enfocadas en vinos de mesa tuvieron que comprar vino chileno para dar abasto; en total, se importaron 42 millones de litros, que equivalen a apenas el 3% de la producción local.

En Mendoza, la baja se produjo en Junín, Maipú, Rivadavia, San Martín y San Rafael por granizo, mientras que en la zona este se verificó un menor rinde por heladas tardías y vientos cálidos. La disminución no fue mayor gracias a una mejora registrada en otras zonas de Mendoza, como Luján de Cuyo, Valle de Uco y General Alvear.

En tanto, en San Juan las heladas tardías afectaron a vides de Caucete, Sarmiento, 9 de Julio y 25 de Mayo, donde también se registraron problemas de floración y cuaje por vientos cálidos. Pero esto no generaría escasez, sino que serviría para mejorar los precios que reciben productores de uvas para vino básico. Va a ayudar a mejorar el stock, que hoy es alto; en la medida en que la disminución se mantenga en 10% sería favorable para los productores, cuyos precios están bajos, destacó García. Los valores del litro de vino básico blanco oscilan de $ 0,90 a $ 1,20, y compiten con precios de mosto de $ 1,20 a $ 1,25; y los del básico tinto van de $ 1,60 a $ 2,20. La disminución quizás ayude a que el precio del vino blanco llegue a
$ 1,25, explicó.

En el caso de las uvas varietales finas, los precios están por el momento estabilizados tras fuertes subas en 2009 y 2010, porque la cosecha 2011 fue normal. Pero aún hay que esperar unos días para saber los nuevos valores de este año.

Si bien la cosecha es menor, los 25,13 millones de quintales previstos para este año superan a la magra vendimia de 2009, la peor en más de una década, con 21,84 millones. En 2007, se había alcanzado el máximo, con 31 millones de quintales.