El duro trajín que las condiciones climáticas del mes de diciembre y de este comienzo de enero han impuesto a los cultivos ya se va midiendo en retrocesos de la producción, fundamentalmente de maíz. Las estimaciones ya mencionan pérdidas del orden de 5 millones de tonelada en maíz y soja, aunque es el primer cultivo el que viene padeciendo con mayor rigor la falta de agua. Este fenómeno encuentra al maíz en su estado más vulnerable y solo en zonas del sudoeste de ER, el mismo cuenta con reservas para esperar nuevas lluvias.
La situación sin duda nos remonta a la seca 08/09, sin embargo en esta ocasión la zona núcleo de la producción granaría de Argentina, se ha constituido en el epicentro de las deficiencias hídricas. Esto aumenta la gravedad de un fenómeno que en los últimos cuarenta días no ha encontrado fronteras en la mayor parte de la región pampeana y el NEA, solo con excepciones en el norte entrerriano, el sur correntino y los partidos costeros del sur de BA.
La salida del mes de noviembre ya definía al corredor Venado Tuerto-Pergamino como un eje donde las deficiencias hídricas ponían mucha presión sobre el andar de diciembre, justamente de cara a la floración del maíz. Pues bien durante el pasado mes se ha concretado un escenario muy riguroso, fundamentalmente en lo que lluvias se refiere, ubicándose los acumulados pluviales de muchas de las localidades ubicadas sobre el eje antes mencionado y su vasta zona de influencia, en valores record por su escasez en los últimos 40 años. Solo a modo de ejemplo mencionaremos que en Junín llovió apenas un milímetro. Contrastando la oferta de agua con la demanda del maíz, es lógico constatar a campo el triste panorama que muestran las sementeras.
En el mapa que muestra la demanda de lluvias necesarias para recuperar el perfil y cargarlo hasta lograr valores adecuados de humedad, resalta la zona núcleo como el corazón de la zona deficitaria. Las lluvias necesarias se ubican por encima de los 150 milímetros. Es decir se requiere un evento anómalo para revertir el estado actual o al menos un evento que entregue en forma generalizada 50 milímetros. De concretarse esta hipótesis se pondría temporariamente un freno al deterioro del maíz y se evitarían mayores pérdidas, las cuales por zonas ya son irreversibles. De más está decir que para las sojas sería la salvación.
¿Cuál es entonces la perspectiva de corto plazo?
Los próximos días se presentarán secos y con un modesto cambio ambiental. Sin tanta presión térmica arribaremos a lunes 9, donde hacia la tarde se espera que comience a desplazarse un sistema frontal dejando lluvias en el sudoeste. Para la madrugada del martes 10, las lluvias comenzarían a generalizarse en la provincia de BA, perfilándose una diagonal húmeda que desde el centro se proyectará hacia el sudeste de BA y el norte de LP. Si se valida esta configuración, el frente estará ¨armado¨ y la zona núcleo tendrá una esperanza. Si el frente se dispersa la oferta de agua será heterogénea y discrecional, redundando en lotes muy beneficiados y otros que ahondarán su crisis hídrica. Por lo que vienen mostrando los modelos de pronóstico, es razonable esperar un evento, generoso, homogéneo y generalizado para gran parte de la región pampeana, que se prolongue hasta el 12 inclusive. Este evento puede ser una bisagra para definir favorablemente la campaña sojera.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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