El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, no sólo se quedará en su cargo sino que tendrá mucha más injerencia en la definición de las políticas que afectan a las empresas. Tal como anticipó el jueves este diario, la presidenta Cristina Kirchner está dispuesta a reconocerle formalmente varias de las responsabilidades que venía ejerciendo de hecho. Por eso le tiene preparada una supersecretaría en la que el funcionario sumará, a las tareas que ejerce hoy en Comercio Interior, atribuciones que hoy estaban asignadas al área de comercio exterior de la Cancillería, cuya titularidad dejó vacante Luis María Kreckler cuando pasó a ser embajador argentino en Brasil.

Altas fuentes oficiales confirmaron a El Cronista que los abogados del Ministerio de Economía ya está preparando la norma y que el objetivo de esta superestructura será la de hacer más eficientes la toma de decisiones y favorecer el real equilibrio de la competitividad. Con este cambio, Moreno tendrá especial injerencia en la autorización de las licencias de importación, que hasta el momento eran de estricta competencia del Ministerio de Industria.

El funcionario será quien autorice o no las compras al exterior, algo que ya venía haciendo de manera informal con el objetivo de cuidar la balanza comercial, que blanquea cada vez más la ausencia de dólares. En un escenario internacional complicado de cara al 2012, la meta de Moreno será fomentar las exportaciones y reducir al mínimo posible las importaciones, fomentando su sustitución por bienes producidos localmente.

Su cartera seguirá dependiendo del Ministerio de Economía, pero tendrá varias subsecretarías a su cargo. El área de Cancillería que pasará a su órbita es la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales, que dirigía Kreckler, y sus subsecretarías. Su tarea es la promoción del comercio exterior y las negociaciones comerciales multilaterales y bilaterales, por ejemplo con la Unión Europea.

También tendría a su cargo las discusiones intramercosur, que también llevaba el área de Cancillería. A Timerman no le gusta ni le interesa el comercio, se lo quería sacar de encima, precisó una fuente vinculada con el comercio exterior.

En la Cancillería ya se veían venir la medida, ya que no sólo el puesto de Kreckler estaba vacante y no había rumores de quién lo reemplazaría, sino que se percibía la voluntad política de tener una acción coordinada con otras áreas del Gobierno, por ejemplo con la de Moreno o la cartera industrial. Pero la especulación era que quien ganaría esa tajada sería la ministra de Industria, Débora Giorgi. Finalmente, quedó para Moreno, quien logra cada vez más poder dentro del kirchnerismo.

Su permanencia dentro del nuevo gobierno quedó clara esta semana, cuando la Presidenta lo defendió y valoró su acción en los últimos años.

El ascenso político de Moreno dentro del equipo de Hernán Lorenzino se combinará con el probable desembarco de Axel Kicillof, el actual número dos de Aerolíneas Argentinas, en la Secretaría de Política Económica.