Lo decía en respuesta a quienes reclamaban seguridad jurídica, evitar los vaivenes regulatorios, entre otras cosas, para atraer y estimular justamente las inversiones. Pero la propia Presidenta acaba de resaltar que, pese a que en varios sectores hubo importantes rentabilidades, no hay suficiente aplicación de esas ganancias en la ampliación de la capacidad productiva.

De sus palabras se deduce que, finalmente, no es sólo la oportunidad de ganancias lo que asegura que las empresas se agranden y aumenten su oferta de bienes o servicios. La Presidenta no ha reconocido que se equivocó, pero no es fácil. Como escribió Ernesto Sabato, "hasta en los genios es más difícil combatir los prejuicios propios que los ajenos". Y lo dice refiriéndose a Galileo.

Desde el Gobierno han conseguido otros efectos contradictorios. Mientras se proponen pesificar la economía, con los controles lanzados sobre la compra y venta de moneda extranjera lograron no sólo una fuga de depósitos en dólares, sino además la duplicación de la tasa en pesos, que quieren bajar. Cristina Kirchner tiene objetivos muy interesantes, pero sus ejecutores equivocan tanto los métodos que logran el efecto contrario.

La velocidad de la fuga decreció a un quinto de la inicial en los últimos días, dicen lo banqueros. Los primeros en escapar, aseguran, son los más ricos, que suelen ser, además, los mejor informados o asesorados.

No sólo aumentaron las tasas de depósitos en pesos. La fuga de dólares del sistema también hizo multiplicar por más de tres la tasa que pagan los exportadores (de 1% anual a 3,5%). No es razonable exigir reducciones en el costo del financiamiento bancario cuando las colocaciones caen. Con un escenario internacional menos demandante de exportaciones argentinas es dañino encarecer el financiamiento.

La suba de las tasas en pesos hará difícil que vuelvan las financiaciones sin interés a 24 y 36 meses que hubo hasta hace poco. La mayoría de las promociones compartidas entre bancos e hipermercados o cadenas de electrodomésticos vencen a fin de mes. No hay expectativas, en el actual escenario, de que vuelvan los plazos más largos cuando se firmen los planes para 2012.

En un mundo en el que es más difícil exportar, la Presidenta busca sostener el crecimiento con el mercado interno. Pero allí también las medidas de sus colaboradores complicaron el escenario.