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Aunque la soja alcanzó el viernes otra vez su menor valor en 13 meses en Chicago, con una cotización de 406 dólares, los analistas privados siguen más preocupados por el impacto de la fuga de capitales y la desaceleración del crecimiento mundial –y, en especial de nuestro principal socio comercial, Brasil– en la economía local, que por el precio del “yuyito”.

En cuanto a la fuga, desde diciembre de 2007 salieron US$ 68.000 millones de la economía local, es decir, un monto que supera en 47% las actuales reservas, que son US$ 46.008 millones, según el último dato del BCRA, y que podrían haberse volcado al financiamiento interno.

Este jueves, el BCRA difundirá los datos oficiales de salida de capitales del tercer trimestre.

Con respecto al principal socio comercial de la Argentina, mientras el gobierno brasileño prevé que su economía crecerá 3,5% este año, gracias a una reactivación en el cuarto trimestre, el mercado cree que sólo será de 3 por ciento. Para el año próximo, el gobierno de Dilma Rousseff prevé que el PBI brasileño se expanda entre 4% y 5%, pero los pronósticos privados esperan que sea sólo de 3,5 por ciento.

Sojadependencia. El precio de la soja dependerá de la crisis europea porque está asociado al valor del dólar, que se aprecia respecto de otros activos cuando se deterioran las perspectivas en Europa. Así, si se profundiza la crisis europea, se profundizaría la caída del precio de la soja. Sin embargo, por ahora, las proyecciones privadas prevén para 2012 un precio promedio de la soja de US$ 400 por tonelada, es decir, un nivel similar al del último viernes y al promedio de 2010 (US$ 405 por tonelada) pero inferior al de este año (que fue de unos US$ 500 por tonelada).

Así, según cifras de Fiel, la pérdida de ingresos de exportación para el año próximo será de unos US$ 4.000 millones y el fisco dejará de recaudar unos US$ 1.200 millones. Pero como además se prevé que caigan los precios de otros productos agropecuarios (el precio promedio del trigo estaría unos US$ 90 por debajo del de este año), aun cuando las principales cosechas crezcan en volumen (excepto el trigo), habrá una pérdida de unos US$ 6.000 millones de ingresos por exportaciones de cereales y oleaginosas, con un costo fiscal cercano a US$ 2.000 millones, estimó Juan Luis Bour, de Fiel.

“Si el Gobierno no compensa esta pérdida de ingresos con financiamiento externo, habrá un impacto contractivo”, según Bour. Las consultoras prevén que la economía local pase de crecer al 6% este año a hacerlo entre 3 y 4,5% en 2012. “La economía local crecerá en 2012 menos que este año, pero no tanto por la soja, sino por la desaceleración del crecimiento internacional y la fuga de capitales que son más contractivas que la soja”, agregó.