Por Federico Chávez Manjarrez
TRIBUNA

El garbanzo (Cicer arietinum L.) es la tercera leguminosa de grano que más abarca por superficie, después del frijol común (Phaseolus vulgaris L.) y el chícharo (Pisum sativum L.).

Se produce en más de 50 países (89.7% del área se localiza en Asia, 4.3% en África, 2.6% en Oceanía, 2.9% en América y 0.4% en Europa). La India es el mayor productor de garbanzo con el 64% de la producción global. También sobresalen Pakistán, Turquía, Irán, Myanmar, Australia, Etiopia, Canadá, México e Irak, dijo Isidoro Padilla Valenzuela.

Se cultivan 11 millones de Has.

El investigador de la red de frijol y otras leguminosas del Campo Experimental Norman Ernest Borlaug, comentó que durante el trienio 2004 a 2007 el área global cultivada con garbanzo fue de 11 millones de hectáreas con una producción de 8.8 millones de toneladas y un rendimiento medio de 800 kilogramos por hectárea.

Rico en fibras y minerales

El garbanzo es una fuente importante de proteínas para millones de personas en países en desarrollo y para los vegetarianos en todo el mundo; además de su alto contenido de proteínas, el garbanzo es rico en fibra, minerales (fósforo, calcio, magnesio, hierro y zinc) y ß-caroteno. Su fracción de lípidos es rica en ácidos grasos no saturados.
Por otro lado, el garbanzo es mejorador importante de la fertilidad del suelo porque fija el nitrógeno atmosférico. Esta leguminosa se autoabastece de nitrógeno (80%) que necesita ya que fija hasta 140 kilogramos de nitrógeno del aire.
En la rotación de cultivos el garbanzo deja en el suelo a los cultivos subsecuentes una cantidad residual importante de nitrógeno y agrega materia orgánica para mantener y mejorar la salud del mismo. Debido a su profunda raíz, el garbanzo puede resistir condiciones de sequía al extraer agua de capas profundas del perfil del suelo.
En México la superficie sembrada con garbanzo sigue una tendencia contraria a la global, donde la siembra de garbanzo forrajero ocupa mayor superficie, en México el garbanzo blanco ocupa la mayor superficie.

Tipos de garbanzo

Garbanzo forrajero: Al garbanzo de color con testa gruesa en el extranjero se conoce como ‘desi’ y en México como garbanzo porquero o forrajero. Los colores más comunes incluyen varias intensidades y combinaciones de café, amarillo, verde y negro. Las semillas son pequeñas, angulosas y con una superficie irregular.
Las flores por lo general son de color rosa y las plantas muestran pigmentación por antocianinas. Algunos garbanzos forrajeros son de flor blanca y sin pigmentación en el tallo. Los garbanzos tipo ‘desi’ comprenden del 80 al 85% del área global con garbanzo.

Garbanzo blanco: El garbanzo blanco, conocido en el extranjero como tipo ‘kabuli’ se caracteriza por semillas blancas de forma redonda, testa uniforme y delgada, flores blancas y sin coloración por antocianinas en el tallo. En comparación con el forrajero, el garbanzo blanco tiene mayor concentración de azúcares y menor contenido de fibra. El garbanzo blanco por lo general tiene semillas de mayor tamaño que el forrajero y recibe un mayor precio en el mercado.
Por lo general el precio extra se incrementa con el tamaño de la semilla. La mayor parte del garbanzo blanco que se produce en el Noroeste del País se exporta a países como España e Israel, donde tiene gran demanda por el tamaño y calidad del grano.

Tecnología de producción

Tipo de suelo: El garbanzo puede crecer con éxito en una amplia variedad de suelos, incluyendo los de textura arenosa hasta fina, negros y profundos, los mejores son francos profundos o franco arcillosos con un pH de 6.0 a 8.0. Los suelos salinos y con manto freáticos somero, no son adecuados.
Preparación del terreno: El garbanzo es muy sensible a una pobre aireación en el suelo. La emergencia de las semillas y el crecimiento de las plantas son reducidas en suelo compacto. Por lo tanto, el suelo debe ser desagregado y con buen drenaje. Los restos de cultivos anteriores deben retirarse del terreno ya que pueden acarrear enfermedades.

Siembra

La siembra debe ser en húmedo. El garbanzo blanco nunca se debe regar inmediatamente después de la siembra, particularmente en suelos negros profundos, porque las semillas tienen una testa delgada que se deteriora rápido en comparación con semillas de garbanzo forrajero, y son más susceptibles a pudriciones de raíz y a la secadera o ‘damping off’.
Profundidad de siembra: La semilla debe depositarse a la profundidad necesaria para que haga buen contacto con el suelo húmedo (5 a 8 centímetros es ideal).

Espaciamiento: La separación de los surcos es importante porque facilita las labores culturales. Para garbanzo blanco la separación es de 80 centímetros. Los surcos y camas anchas facilitan el riego, el drenaje y las labores culturales.

Cantidad de semilla: Sembrar de 16 a 18 semillas por metro. Se requieren alrededor de 90 a 100 kilogramos de semilla por hectárea.

Tratamiento a la semilla: La semilla se debe tratar con fungicida antes de la siembra 250 a 350 mililitros de Vitavax 200 por 100 kilogramos de semilla, para reducir las enfermedades acarreadas por la misma semilla y las que causan los hongos del suelo. Para promover la fijación biológica de nitrógeno las semillas también se pueden tratar con inoculantes que promuevan siguiendo las recomendaciones contenidas en la etiqueta del producto, o de los asesores técnicos.

Fertilización

En riego la dosis es 120 y 50 kilogramos de nitrógeno y fósforo, respectivamente. Se puede fraccionar la fertilización nitrogenada en 50% en presiembra y 50% antes o al inicio de la floración, lo cual ha resultado benéfica. La cantidad exacta de fertilizante a utilizar puede definirse después de un análisis de suelo.

Riegos

Por lo general existe temor del productor a la aplicación de riegos de auxilio, pero dos riegos de auxilio, uno en pre-floración y otro durante el llenado de grano, son recomendados para la obtención de altos rendimientos.
En suelos de aluvión la planta completa el ciclo con un riego en pre-floración. Un mayor número de riegos puede conducir a un crecimiento excesivo de las plantas en suelos pesados.

Control de maleza

El garbanzo es un pobre competidor contra malezas durante todo el ciclo del cultivo. Se recomiendan los herbicidas pre-emergentes como Trifuralina® entre tres y cinco días después de la siembra, postemergentes como Fomesafen® 25% con una dosis de 1-1.5 L/Ha y prometrina® 20% a una dosis de 1.25 a 1.75 litros por hectárea.
En siembras con surcos amplios el control mecánico y manual puede llevarse a cabo sin dificultad.

Protección

El cultivo de garbanzo es susceptible al daño por insectos y enfermedades. En general las pudriciones de raíz (rabia) causadas por un complejo de hongos del suelo son comunes en todas las áreas de productoras de garbanzo.
La mejor alternativa es utilizar variedades resistentes y el tratamiento a la semilla. Las enfermedades fungosas Moho gris y Mildiu velloso pueden dañar el follaje en algunas áreas. De los insectos, el gusano de la vaina de la vaina (Heliothis spp.) y minadores de la hoja pueden causar daños severos si no se les controla oportunamente.

Cosecha y trilla

Dependiendo de las condiciones ambientales y de manejo, las variedades de garbanzo maduran para cosecha entre 115 a 130 días después de la siembra. El hábito de crecimiento erecto y semi erecto de estas variedades permite la trilla directa.

Variedades recomendadas

En el Sur de Sonora, en la última década se han obtenido excelentes resultados con la variedad Blanco Sinaloa-92 (grano grande); pero también se tienen disponibles otras variedades como Costa 2004.
Se tienen en proceso de multiplicación de semilla de las nuevas variedades Jumbo 2010 de grano extra grande, planta de hábito semi-erecto y Blanco Noroeste, con tipo de grano y planta semejante a Blanco Sinaloa.

Garbanzo para exportación

Gran parte de la producción de garbanzo blanco de la región Noroeste se destina a la exportación, con requisitos específicos sobre el tamaño del grano, mientras más grande, mayor precio.