En la elegante jornada del viernes 16/09 del Observatorio de la ANSeS sobre seguridad social -sin jubilados presentes- el presentador pidió que "los periodistas amigos" se ubicaran en un lugar que les indicó, dentro del salón Montserrat 1, en el hotel InterContinental porteño.
 
El comentario permitió una nueva clasificación del universo periodístico, de parte del Frente para la Victoria.
 
> Periodistas militantes (Martín García, presidente de la agencia estatal de noticias Telam),
 
> Periodistas independientes (hasta ahora, todo el resto menos los del Grupo Clarín, "el monopolio". Recordar los famosos afiches que preguntaban "¿Se puede ser Periodistas Independientes y servir a la dueña de un multimedio... ?"), y
 
> Periodistas amigos (la nueva categoría).
 
Respondieron al presentador de la ANSeS, acomodándose en el lugar establecido, periodistas de Telam (esto provocó una duda: ¿amigos quiere ser militantes? ¿O a García se le han mezclado las categorías?) y del diario Página/12.
 
Con la conducción política de Horacio Verbitsky, el matutino que fundó Jorge Lanata ha logrado convertirse en un engranaje del Frente para la Victoria. No es de circulación masiva y ni siquiera el éxito electoral de Cristina Fernández le ha permitido un crecimiento equivalente en su venta neta de ejemplares. Pero en el universo Cristinista tiene su espacio como difusor de ideas y tribuna de doctrina, diría Bartolomé Mitre (¿no definió así a su La Nación?).
 
Por lo tanto, Página/12 es uno de los medios de comunicación que deben leerse con atención para conocer qué ocurre dentro del Frente para la Victoria (aunque no basta con leer solamente Página/12. Al menos también hay que leer la revista Debate, el semanario Miradas Al Sur y la versión dominical de Tiempo Argentino, por lo menos).
 
En el suplemento Cash, que es el espacio que Página/12 le dedica a los temas de Economía, el domingo 11/09 se publicó una importante nota de opinión firmada por CENDA (Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino), un centro de estudios económicos y sociales constituido por un grupo de jóvenes posuniversitarios adherentes a Cristina Fernández
 
Es falso lo que sostiene CENDA en su página web ("El CENDA se propone contribuir al desarrollo de la sociedad argentina a través de la producción académica crítica e independiente, integrando la discusión teórica con el análisis de la economía nacional").
 
La mayoría de sus integrantes reciben estipendios gubernamentales y varios de ellos son simpatizantes fervorosos de Cristina Fernández, ¿cuál es el concepto de "independiente"?
 
El eje de CENDA es el economista Axel Kicillof, muy vinculado a Eduardo De Pedro, alias Wado, vicepresidente de Aerolíneas Argentinas y uno de los líderes de La Cámpora, quien lo designó gerente general de esa empresa y también lo empujó hacia el directorio de Siderar (Techint) en nombre de la ANSeS.
 
Kicillof fue tema controversial entre Techint y el Ejecutivo Nacional, hasta que Paolo Rocca privilegió la facturación y aceptó la decisión de Cristina Fernández.
 
Entonces, podría considerarse el trabajo de CENDA una opinión calificada acerca de una cuestión que planteó el viceministro de Economía y diputado nacional electo Roberto Felletti: "la profundización del modelo".
 
Es evidente que todavía no hay una conclusión acerca de qué significa "profundizar el modelo", y más bien pareciera que la frase con cierta mística electoral doméstica de parte de Felletti fue el inicio de un debate interno en el Frente para la Victoria acerca de la definición del concepto.
 
Ni Cristina Fernández ni el ministro de Economía y vicepresidenciable Amado Boudou participan del debate: ella porque decide de modo imperativo, y él porque intenta influenciar discretamente en la decisión de ella.
 
En cuanto a Kicillof, él no es peronista. Tampoco es un integrante de La Cámpora. Es una suerte de "aliado estratégico" que proviene del marxismo aunque en el claustro afirma haberse apasionado con Lord John Maynard Keynes.

Kicillof ha sido conocido por muchos luego de sus participaciones como panelista invitado en el programa 6 7 8, de Canal 7, donde nunca deslumbró y pareció bastante adicto a las frases estandarizadas, pero sus amigos dicen que esa es una falsa impresión.
 
Vamos al punto: CENDA promueve una redefinición de los derechos de exportación para "profundizar el modelo". Probablemente sus motivos son diferentes a los de Néstor Kirchner cuando le ordenó a Alberto Fernández que Martín Lousteau imaginara algún mecanismo para recaudar más dinero en el corto plazo y así nació la controvertida Resolución 125.
 
Es obvio que el escenario político es diferente. Hoy día los productores agropecuarios han limado muchas de sus diferencias con el Frente para la Victoria, decisión individual pero colectiva que ha desconcertado a los líderes opositores, y si Cristina Fernández insistiera con un mecanismo de retenciones novedoso dificilmente los productores agropecuarios lograrían el apoyo del pasado. "Que se arreglen solos", es la racional respuesta prevaleciente. 
 
Luego, a los de CENDA les molesta que se hable de "incipiente atraso cambiario" (frase de Martín Redrado, ex presidente del Banco Central de Néstor y Cristina pero hoy opositor), y menos que se propicie una depreciación sostenida del peso (un tema no menor si Brasil mantuviese una suerte de deslizamiento del real que amenaza con ocurrir). Esa cuestión parece haber resultado otro disparador del trabajo de Kicillof y amigos:
 
Entonces, aqui va un fragmento del trabajo de CENDA que pasó desapercibido para la mayoría pero que ha sido muy comentado entre los cuadros del Frente para la Victoria, lectores de Página/12:
 
 
"(...) Bien visto, lo que se ha extenuado no es el modelo. Lo que está absolutamente agotado es la matriz de pensamiento de estos economistas, matriz que ha demostrado su absoluta esterilidad para comprender los determinantes del nuevo patrón de crecimiento inaugurado después del estallido de la convertibilidad.
 
Ni el viento de cola ni un único “macro-precio”, el tipo de cambio, alcanzan para dar cuenta de la dinámica económica del nuevo patrón, basado en realidad en un sistema de tipos de cambio múltiples para los diversos sectores (explicado no sólo por las retenciones sino por el manejo de las tarifas, los acuerdos de precios, los subsidios y las compensaciones, entre otros), que logró combinar de manera virtuosa un esquema de protección cambiaria con una paulatina recuperación de la demanda doméstica, asegurando así la creación de empleo y la recuperación del poder adquisitivo de los asalariados. Esta fue además acicateada por la recuperación de herramientas como el salario mínimo, las negociaciones paritarias y la Asignación Universal por Hijo.
 
En definitiva, entonces, lo que está agotado son los argumentos de la ortodoxia; y de una tímida y supuesta heterodoxia.

Profundizar

Cuando se adopta, en cambio, una perspectiva crítica, la idea de profundizar el modelo cobra otra significación: consiste en avanzar con prisa y sin pausa hacia la consolidación del proceso de industrialización que comenzó a asomar en la Argentina desde 2003. Y no se trata de elegir entre un proceso de endeudamiento que sostenga la apreciación de la moneda o una maxidevaluación que la revierta. Significa emplear todos los medios e instrumentos de la política económica e industrial para consolidar el proceso de industrialización, de sustitución de importaciones y de avance en la diversificación y crecimiento de las exportaciones, con el objetivo irrenunciable de sostener elevados niveles de empleo y una mejora en las condiciones de vida de los trabajadores que resulte sostenible en el tiempo.
 
¿Cómo lograrlo? A partir de aquí debe articularse una nueva forma de la diferenciación cambiaria que no sólo sostenga la protección a la industria sustitutiva sino que además establezca un tipo de cambio exportador más alto para ciertos sectores de la industria, para así escapar de la trampa de la autarquía del proceso industrializador. De hecho, la modificación del actual sistema de tipos de cambio múltiples probablemente sea la única forma de encauzar la heterogeneidad estructural que afecta al entramado productivo local, evitando incentivar las exportaciones con herramientas horizontales como el Tcrce (N. de la R.: tipo de cambio real competitivo y estable, término utilizado por el llamado Nuevo Desarrollismo).
 
Los tipos de cambio múltiples deben entonces diseñarse sobre la base de dos ejes:

> un tipo de cambio “bajo” para los bienes de capital y los bienes que componen la canasta de consumo de la clase trabajadora; y

> un tipo de cambio “alto” para proteger la industria sustitutiva e incentivar las exportaciones no tradicionales.


Así, la protección cambiaria favorecería a la industrialización (tanto sustitutiva como exportadora), sin alimentar un proceso inflacionario.
 
Profundizar el modelo implica entonces repensar un esquema de retenciones que no sólo garantice la desvinculación de la inflación doméstica de la importada sino que además contribuya a redefinir el patrón de producción primaria.

Significa también avanzar decididamente en la creación de una banca de desarrollo que elimine la restricción crediticia para proyectos de inversión que resultan clave para el desarrollo nacional.

Significa articular los actuales esquemas de incentivos, de subsidios, de medidas paraarancelarias sobre la base de un plan de desarrollo que contribuya a generar un cambio estructural en la matriz productiva local.

A esta altura hay que reconocer que un sistema de tipo de cambio único no puede bajo ningún punto de vista convertir la heterogeneidad productiva en un proceso integrado de crecimiento y desarrollo. (...").