“Las relaciones de precio insumo-producto son mejores que las promedio y la estabilidad de rendimientos de las últimas campañas apuntan a que el maíz sea hoy un cultivo de alta rentabilidad, superando aún a la soja de primera en zona núcleo”, dijo Pablo Pussetto, Presidente de Fertilizar. “Pero el maíz además tiene un efecto positivo sobre la calidad del suelo que repercute en el rendimiento de los cultivos subsiguientes”, agregó el directivo.
A modo de introducción, los directivos de Fertilizar se refirieron al consumo de fertilizantes en Argentina, estimando para 2011 un crecimiento de la demanda que oscilará entre el 5 y 10% respecto de 2010, superando posiblemente los 3,6 MM de toneladas. Parte del aumento del consumo de fertilizantes es explicado por un aumento en la siembra de maíz. Desde la entidad remarcaron que, según estudios realizados, existe una intención de aumento de la superficie de siembra de un 6 %.
Continuando con la descripción del escenario para la campaña venidera, se hizo hincapié en la relación Insumo/Producto, medida como cantidad de tn de maíz necesarias para comprar una tn de urea o MAP. En este sentido, se destacó que es favorable, ya que se encuentra por debajo de la del año pasado y fundamentalmente respecto del promedio de los últimos cuatro años. Esto significa que la inversión en tecnología de fertilización, proporcionará una rentabilidad muy atractiva y además que es una oportunidad para pensar en reponer nutrientes de baja movilidad en el suelo como son el fósforo y el azufre. Este análisis se desprende de los precios que el cereal viene tomando sostenidamente desde finales del 2010 y superiores a los de los últimos tiempos.
Para completar la ecuación favorable para este cultivo, el Ing. Pussetto mostró la evolución del Margen Bruto para Maíz, el cual se presenta similar al de finales de 2010 y está por encima del promedio de los últimos cuatro años. Luego compartió cuál es el margen bruto de maíz más 4 quintales de soja – estos 4 qq representan el rendimiento incremental que la soja ha demostrado en numerosos ensayos cuando su cultivo antecesor fue maíz – en comparación con el de una soja sobre soja, siendo el primero significativamente favorable. “Tenemos que hacer bien los números del margen de maíz, esto significa ponderar el rendimiento incremental en los cultivos sucesores y tomar para el cálculo de rendimiento, los valores que hoy el paquete tecnológico permite alcanzar y no cifras históricas”.
Por otra parte, se refirió a las lecciones aprendidas en los años secos:
demorar la siembra si no se cuenta con un perfil cargado con la humedad adecuada
en la fecha de siembra óptima es una estrategia que permite estabilizar
rendimiento y tener en cuenta que la respuesta a fósforo y azufre se mantiene en
porcentaje aún en las campañas de mayor déficit hídrico.
Efecto del maíz sobre el recurso suelo
Desde el INTA Casilda, Graciela Cordone recalcó el efecto que tiene el maíz sobre el recurso suelo con ejemplos contundentes. Esto se debe al importante aporte de carbono al sistema; a la generación de macroporos y estructuración producidos por el sistema radicular hasta los 2 metros de profundidad; por el rastrojo perdurable en superficie - aspecto clave en siembra directa; la mejora en el balance de nutrientes (el 90 % de los productores fertilizan en alguna medida el cultivo de maíz) que, en promedio, mejora el equilibrio de los aportes de nitrógeno, fósforo y azufre con las extracciones, y por el incremento del rendimiento en cultivos sucesores.
“Los cultivos antecesores se ven por el rastrojo que queda en superficie tanto como por el estado físico del suelo en los primeros 20 cm”, argumentó la extensionista. Está claramente demostrado que en suelos que no tienen gramíneas en la secuencia de cultivos, aumenta la proporción de bloques con estructura masiva y que en estos bloques se imposibilita el crecimiento de las raíces. Esto se evidencia sobretodo en años secos, como la campaña anterior.
Por último habló de la pérdida de materia orgánica por el monocultivo que,
según la Ingeniera,
tiene una magnitud mayor a la que la que normalmente se percibe. En este
sentido, comentó que elaboraron un trabajo de tesis en el que la disminución de
materia orgánica (MO) se muestra a través de los datos obtenidos mediante un
modelo de simulación de la disminución de MO de 2010 a 2020, tomando como insumo
las proyecciones de la Fundación Producir Conservando en lo que hace a
rendimientos y superficie de los cultivos, y luego simulando el rendimiento de
la soja para esos próximos 10 años. "Si bien la disminución parece POCA y
DESPRECIABLE, cuando se habla de un acumulado al 2020 y se la multiplica por la
superficie de los 4 departamentos del Centro Sur de Santa Fe, surge que la baja
en la producción por la pérdida de MO debida al monucultivo de soja NO ES PARA
NADA DESPRECIABLE", argumentó. El ingreso que dejarían de percibir productores,
industria y Estado (retenciones) sería aproximadamente de 254 mill de U$S.
Como conclusión de su presentación, sostuvo que: "existe un costo social y uno privado por no rotar. Para continuar produciendo soja y conservar el suelo se necesita rotar con cultivos que fijen carbono y lo incorporen arriba y adentro del suelo. Será clave también pensar en alternativas para agregar Nitrógeno en secuencias sojeras; incrementar la fertilización de fósforo, azufre y otros nutrientes para sostener rendimientos crecientes y, por último, modificar la actual ley de arrendamientos".
Al cierre de la jornada el Ing. Agr. Francisco Farras, productor agropecuario y asesor técnico en la Cooperativa Agrícola Ganadera de Ascensión (Prov. De Buenos Aires), explicó cómo logró ser exitoso en base a un sistema mixto de producción, donde la ganadería supo complementarse con la producción secuenciada de maíz, trigo y soja. Señaló que la rotación con gramíneas es la gran faltante en los campos argentinos y que no se puede dudar del beneficio de esta práctica. También aseguró que los productores de su zona, seguramente del resto del país, reconocen tener una deuda pendiente con el sistema para que la explotación agropecuaria sea sustentable, y él entiende que si las condiciones de comercialización se reordenan el productor no dudaría en incorporar el maíz en la secuencia de cultivos. En lo que refiere a su estrategia para maíz, posee un techo de 12000 kilos – con siembra temprana- y en cuanto a la fertilización, aplica fósforo y azufre y N en 4 hojas. Además señaló que sus suelos poseen 15 partes por millón de fósforo, un nivel muy por encima del promedio de la zona, que es 7 ppm. "Con esta tecnología y un esquema de rotación, la estabilidad del maíz es excelente, en cambio la soja no tiene tanta estabilidad a causa de las enfermedades", aseguró.
Además concluyó: “Cuando se aplica la totalidad del paquete tecnológico que los productores tenemos a nuestra disposición, es absolutamente factible lograr buenos resultados y fomentar rendimientos sustentables en el tiempo”.


