Martín Kanenguiser
LA NACION

Nadie sabe si se trata de una maniobra o de la verdad, pero lo cierto es que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ha dejado trascender ante varios empresarios y funcionarios que dejará su cargo el 10 de diciembre, aunque Cristina Kirchner siga en el poder, algo en lo que el oficialismo confía plenamente.

Calificadas fuentes oficiales y del sector privado coincidieron en reflejar en diálogo con La Nacion que el polémico funcionario, encargado del control de precios y acusado en la Justicia Federal de manipular las estadísticas oficiales, ha reiterado que su etapa "está concluida".

Así lo expresó ante empresarios de diversos rubros que regularmente tienen contacto con el funcionario al que Néstor Kirchner definió en 2006 como "más bueno que Lassie".

El secretario de Comercio Interior tiene buena relación con el ministro de Economía, Amado Boudou, pero no con el de Planificación Federal, Julio De Vido. Este, por su parte, estará "donde le pida la Presidenta", según las fuentes.

Sus últimas gestas consistieron en proponer el asesoramiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) al Gobierno para dejar atrás las acusaciones en torno de las estadísticas públicas y en apretar las clavijas sobre las importaciones.

Los empresarios consultados por La Nacion, al tanto de los dichos privados de Moreno, afirmaron que son escépticos respecto de su cumplimiento efectivo. "Ya había dicho algo parecido cuando Cristina ganó en 2007 y sigue ahí", indicó un ejecutivo de una empresa multinacional.

En ese sentido, el empresario consideró que "más allá de que siga o no Moreno, la clave es saber si el Gobierno seguirá controlando los precios y las importaciones o continuará cambiando los datos de inflación".

Otro hombre de negocios de muy buen vínculo con el kirchnerismo fue más cruel: "Moreno dice que se va, pero se queda porque está cumpliendo un rol importante en términos de negocios entre el Estado y las empresas". Hasta ahora, el funcionario logró mantener públicamente su aura de honestidad, pero ciertas versiones hablan de una presunta compra de propiedades que no estaría justificada en su patrimonio.

Las dudas de los hombres de negocios no se terminan en la Secretaría de Comercio, porque la candidatura de Boudou a la vicepresidencia disparó una ola de rumores sobre su posible sucesor. Un importante funcionario aclaró a La Nacion: "Todas son versiones sin fundamento porque nadie sabe lo que quiere la Presidenta para su próximo mandato". De inmediato, recordó el misterio con el que se manejó la jefa del Estado para decidir al candidato para jefe de gobierno porteño y a la vicepresidencia.

"A no sorprenderse si se lo dice al elegido el 9 de diciembre a la noche", agregó el funcionario con una sonrisa que no escondía cierta resignación por el estilo presidencial.

Hasta su designación como primer candidato a diputado por la ciudad de Buenos Aires, el postulante más firme a ocupar el cargo parecía el viceministro Roberto Feletti. Algunos se atreven a pensar que la idea sigue en pie y que su candidatura legislativa podría ser "testimonial".

De inmediato aparece un pelotón muy disímil: el gerente de Aerolíneas Axel Kicillof -que asoma cada vez más su cabeza- el jefe de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Diego Bossio (quien no está en su mejor momento en el poder, según indicaron dos funcionarios) y la ministra de Industria, Débora Giorgi.

Fuentes oficiales indicaron que "no esperan cambios en Industria" y afirmaron que la ministra no recibió señales acerca de que ella podría pasar al Ministerio de Economía.

Otras versiones señalan a la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, si no fuera ratificada en su cargo por el Senado. Al respecto, una fuente oficial admitió que será difícil que el bloque oficialista de la Cámara alta le preste su voto al Ejecutivo para este trámite luego de las heridas abiertas por la conformación de las listas legislativas selladas la semana pasada.

En todo caso, en el BCRA manejan como principal escenario la continuidad de la funcionaria que asumió tras la salida de Martín Redrado.

El ciclo de De Vido también podría culminar en diciembre, luego de permanecer en su cargo desde mayo de 2003. En tanto, el futuro de Ricardo Echegaray al frente de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) a priori parece asegurado hasta el 10 de diciembre de 2012, cuando vence su mandato.

El funcionario comentó en el organismo que está dispuesto a quedarse hasta entonces para avanzar en la revisión de los convenios de doble imposición y en las leyes antievasión frenadas en el Congreso. Pero a su lado reconocen el interés por el puesto del jefe de la Unidad de Información Financiera (UIF), José Sbatella, por lo que no descartan algún movimiento en un eventual segundo mandato de Cristina Kirchner.