En 2007, el voto agropecuario fue determinante para el triunfo de Cristina Kirchner.

Pero cuando ese sector se levantó contra las retenciones móviles, ella lo denunció diciendo que eran "las mismas organizaciones que realizaron un lock out patronal previo al golpe de 1976". Según la Presidenta, la oligarquía que en aquel entonces utilizó los tanques, 32 años después se sirvió de los medios de comunicación.

Esta semana el Gobierno modificó esa doctrina. De ser tenebrosos manipuladores de la prensa, los chacareros se han convertido en sus inocentes víctimas.

El secretario de Medios, Juan Manuel Abal Medina, lo explicó en Lobos: "En 2008 las corporaciones mediáticas lograban hacerle creer al campo el disparate de que el gobierno estaba en su contra".

En otras palabras: los productores estarían conformes con que el Estado les retenga el 35% de sus ingresos, si no fuera porque el periodismo los hace irritar.

El motivo del cambio es obvio. El kirchnerismo necesita recuperar el voto agropecuario. Por eso, ya no califica a los productores de perversos. Ahora los trata como idiotas.