La fuga de capitales no es otra cosa que la compra de dólares, ya sea para
tener en la mesa de luz, en Uruguay o en Nueva York”, comenzó explicando al
auditorio de veterinarios que estaban presentes desde bien temprano en la
jornada de capacitación lechera. “Esto no es necesariamente ni nefasto ni
delincuencial”, agregó. El economista explicó en una serie de cuadros la
coyuntura macroeconómica del país. “Es dramática pero pinta de cuerpo entero
nuestra realidad”, dijo. “Entraron 85 mil millones de dólares a la Argentina en
los 4 años de Cristina. De esos, 52 millones fueron de comercio exterior y 33 de
dólares financieros. De los 85 mil, (que es el doble de las reservas), 25 compró
el Banco Central y 60 de fugaron. Esto es peor que la fuga de Martínez de Hoz y
es tres veces la fuga de capitales de De La Rúa, pero todavía no nos vamos a la
mierda, esto no explota. Porque entran 85, si se hubieran fugado 105 nos
caemos”, graficó. Para Melconian se cumple un ciclo de fuga sin crisis pero a la
vez de oportunidad perdida.
La cifra asusta. Si 60 mil millones se fugaron, basta con saber que todo el
crédito bancario de la Argentina pasado a dólares asciende a 35 mil.
¿Y porqué se fuga tanto dinero?. Según Melconian, Argentina está inmersa en
una tremenda desarticulación. “Esto es inédito. Estamos con récord de cosecha y
precios, y las reservas son siempre 52. Esto le tocó a este período histórico.
No nos vamos a la mierda porque el mercado cambiario está protegido con tamaña
dilapidación, y por eso, dado que dilapidamos, no somos Brasil ni Chile, y dado
que no caemos en crisis tampoco somos Venezuela”, explicó.
Según dijo, la mala noticia es que estamos atravesando el segundo año
consecutivo de déficit (con toda la plata que entra), y la buena noticia es que
el cuadro no se descontrola. “Si a los 4.000 millones de pesos rojos del fisco
le agrego los vencimientos de deuda en pesos, la transferencia a las provincias
y los vencimientos de deuda pública que hay que pagar en dólares, (que se le
sacan al Banco Central pero que el Tesoro no le lleva los pesos para comprar
esos dólares), encuentro la caja de verdulero que hace falta para cerrar el año,
que son 53 mil millones de pesos. Un fisco con récord de recaudación tributaria
y un agujero de 53 mil millones de pesos”. agregó.
Tapar agujeros
Como Argentina carece de crédito internacional, ese agujero lo tapa el BCRA.
“Poner significa emitir y comprarle dólares al sector privado, emitir 65 mil
millones de pesos (una parva) que sale a la calle. Esto es 4 veces más que lo
que emitía en 2009. Esa plata respecto al circulante reinante implica una
emisión al 35 % anual, y dado que la oferta de bienes no crece a esa tasa, la
inflación termina dando 26.8. Más allá de comerciantes inescrupulosos, Argentina
tiene este nivel de precios en alza por su política macroeconómica”, afirmó.
Para el economista, esto genera un fenómeno llamado REAC INFLACION. “Y si
alguien quiere reducir la inflación, tiene que resolver este tema, no parar la
importación o apretar al carnicero o multar a alguien o poner un precio máximo”,
sugirió.
“Como emiten al 35, con la inflación en 27, como el banco te paga 11 si hacés
un plazo fijo, y la devaluación es 5, está encaraginado el modelo. Están
subiendo los costos en dólares, y comprás autos y plasmas. O dólares, donde no
ganás guita pero es una buena precaución, al menos eso piensan los argentinos”,
analizó.
Simultáneamente, en el mundo desarrollado y emergente se usaron políticas de
reactivación, y eso generó un remolino que hizo subir las bolsas, bajar las
tasas de interés y el riesgo emergente. “Se clavó el real en 1,60, subieron los
commodities y significó más gas a la economía argentina. Esto generó dos
variables: la inflación del 27 % (donde el rubro alimentos subió 42 %, por eso
hay demanda salarial. La carne subió el 123 % dentro de ese esquema).
Para Melconian “El círculo es redondo y el cuadrado es cuadrado. Aunque por
momentos nos quisieron hacer creer lo contrario”. La carne es un elemento
emblemático: “confundieron matanza con aumento de la producción, y llegamos a
récord de consumo, y en 4 años tenés menos cabezas, menos consumo, perdiste los
mercados y subieron los precios.
“El círculo es redondo, pero 4 años después mis amigos me dan la razón: con
la carne y el combustible el gobierno se termina abriendo”, diagnosticó.
La segunda variable es el nivel de actividad. “Muy fuerte y heterogéneo, con
récord de ventas de autos y plasmas. El campo y la siderurgia creciendo bien
pero sin llegar al récord y el consumo masivo estancado. Todos facturan 28,5
más, pero se lo come la inflación. El salario va corriendo de atrás dependiendo
de cuán sindicalizado está el empleado”.
Pronóstico
“En esta economía populista, esperen cosas peores. ¿Quién administra la
economía?. Un colegiado: puede ser Giorgi, Boudou, Moreno, Echergaray. Antes era
Néstor con una verticalidad, pero en este esquema político la manija la tomó el
kirchnerismo duro, más ideológico que pragmático”, analizó.
Para Melconián, políticamente esto es un esto es un Boca - River. “Es muy
difícil que si este gobierno gana vaya a cambiar. Un eventual cambio sería una
oxigenación republicana”, dijo. Está en juego en la próxima elección el nivel
cultural, educativo, el nivel de entendimiento y saber si queremos seguir siendo
un país moderado y sin agresiones. O nos sacamos un 10 o tendremos que respetar
el resultado de la elección. Si este gobierno que está yendo al deterioro
permanente, al atraso y al desprogreso gana, será el conjunto de compatriotas
que está conforme con esto. Cuando nos estrolemos nos daremos cuenta”, criticó.
Y puso todo patas para arriba al recordar: “En 1997 Menem y Duhalde eran palabra
santa con la cuota del televisor y le ganó Fernández Meijide. Ojo”.
Finalmente, alertó que en este escenario no viene nada de ayuda para el
campo. Al contrario, “la inercia macroeconómica sigue deteriorando, la inflación
y la demanda salarial crece. El gobierno ayudará a la industria deficitaria y no
a un campo superavitario”.
Los precios y las papas
Toda la producción granaria argentina en 1998 valía U$S 7.000 millones. En
2011 vale U$S 32.000 millones. “Esto es importante para evitar la crisis, porque
esos dólares nutren el esquema. De U$S 173 promedio, ahora el grano vale U$S
470. El gobierno dilapidó la ganancia, y el problema es que si no mantenemos un
precio de 450 entramo en quilombo. Eso es parte de la oportunidad perdida”,
disparó Melconian.


