Quien vea por primera vez a Jorge Simmermatcher no dudará un segundo que porta el ADN ario a flor de piel. Blanco –de piel, cabellos y bigote– y con ojos celestes exactos y meridianos. Sin embargo, se le atraviesa el criollo de la mixtura inmigratoria cuando habla y se mueve: rápido, con algo de ansiedad y fruición en sus definiciones. Quizá sea por el día, que no es uno más en la vida de la Aceitera del Litoral, la planta ubicada en Bajada Grande de Paraná –que compró hace cuatro años al Grupo Glencore– y a la que visita cuando puede.

La entrevista con EL DIARIO se yuxtapone con la visita a la fábrica de un grupo de personas que representa a más de 100 productores sojeros del país y a los que interesó para sumarlos al esquema que está pensando para el futuro.
Es el presidente de Tierra Gaucha y hace más de 25 años que se mueve en el negocio de los granos, el aceite y el biodiesel, aunque el grupo tenga algunas otras empresas para complementarse, como metalúrgica y centros de distribución.
Su preocupación –dice– no difiere mucho de la gran mayoría de los empresarios, y no es otra que agregar valor a la producción primaria. “El tema es cómo y en qué tiempo”, reflexiona.

Lo cierto es que ha logrado construir una empresa a nivel nacional, con plantas en Villa Mercedes, San Luis; Buenos Aires y la de Paraná, y dice que las ubicaciones no son aleatorias, colocándolas en provincias que ocupan los extremos del territorio nacional; unas mirando más allá de la Cordillera de los Andes, y otras mirando el océano en busca del mundo.

Ahora está sentado frente al grabador y junto a Alejandro Díaz, el director comercial de la planta, con quien discute de viva voz acerca de la mejor estrategia. Es que Tierra Gaucha decidió apostar al mundo en su etapa inicial como forma de consolidar el funcionamiento inicial de la aceitera de Paraná, la que adquirió hace dos años, y ahora ingresa en la tercera campaña.

En rigor, recién cumple un año funcionando a pleno, luego de algunos meses de puesta a punto. El año pasado molió más de 60 mil toneladas de granos, y casi todo fue a parar al negocio de la exportación. El aceite y los subproductos logrados en Paraná viajaron hasta San Luis, donde existe otra planta que muele unas 300 toneladas de soja por día, y produce unas 1.200 toneladas de biodiesel por mes y es vendido a Repsol YPF en sus estaciones de Luján de Cuyo y Plaza Huincul. Con los subproductos la estrategia es externa: una parte se destina a alimentar los pollos chilenos “a partir de una relación comercial interpersonal que ellos piden y nosotros brindamos”, y otra parte se destina a Malasia, que “demanda muchos subproductos y esperamos profundizar relaciones comerciales con este país en los próximos años, ya que funciona como un centro de distribución para el sudeste asiático y otros países”, dice el titular de la firma, con oficinas comerciales en Mendoza.

“La colocación del aceite lo tenemos muy atomizado con el tema del biodiesel, con la necesidad propia y con un mercado que está sobredemandado. Aceitera del Litoral está pegada al puerto de donde nace la ciudad de Paraná, estamos en el umbral de la ciudad, con una capacidad de 450 toneladas diarias hoy de molienda, y que con algunos cambios se puede llegar a duplicar y es parte de nuestro proyecto”, afirma.

No es aleatorio que Jorge Simmermatcher ponga en una sola frase palabras como puerto, ciudad, molienda, proyecto y duplicar. Allí se expresa el corazón de la estrategia y lo que tiene en mente este particular empresario de 55 años, 7 hijos, y “con una gran responsabilidad de sostener la casa Tierra Gaucha”, como él mismo lo expresa.

NORTE. “Nuestro objetivo es establecer una alianza y acercar productores al mercado. Los clientes son gente que conoce cómo producimos el producto, que conoce nuestras plantas. En el caso de los clientes de Entre Ríos quizá estemos un tanto alejados hoy porque cuando se construye el enlace Rosario-Victoria las multinacionales buscaron más acá la harina de alta proteína y mucha soja, y quizá muchos productores no sepan que aquí mismo se hace el crushing, y que esto pone mucho más competitiva la plaza”.

La estrategia reside en que crezca el mercado de proteínas, se potencie la avicultura, la cría de ganado y nuevas alternativas como el cerdo para que no sólo compren “sino que se integren a nuestro negocio potenciando la región, de manera que gente de la provincia pueda contarnos como un instrumento para sus necesidades, y que no tengan que cruzar a Rosario cuando nosotros podríamos abastecer esa demanda”, define el presidente de la empresa.

La necesidad principal del grupo hoy está vinculada, mayormente, a generar un flujo de materias primas para garantizar una producción sostenida, y de allí llegar a duplicarla en esta campaña. “Nosotros tenemos una apuesta y es que a través de inversores vamos a lograr mayor nivel de materias primas, en la escala que necesita esta fábrica. Tener soja en cantidad te permite una continuidad que la verdad que el año que pasó no lo teníamos como queríamos. Cuando nos pusimos a trabajar con Chile dejamos de atender el mercado interno, entonces no es tan fácil salir y entrar en un negocio, necesitás mantener. Hay varias cosas, una de ellas es la posibilidad de tener el sustento del capital, para producir harina. La fábrica tiene la ventaja de tener la gente capacitada para hacer cualquier producto en cualquier momento que lo necesités”, reseña Alejandro Díaz.

Aceitera del Litoral quiere llevar su producción por encima de las 100 mil toneladas de molienda, como forma de estabilizar costos y poder conformar un mix de comercialización con cinco o seis alternativas, tanto en el mercado interno como en la exportación.

Para esto entienden que es tan importante el cliente de Malasia como el productor avícola que paga largo, pero es fiel y constante, generando un beneficio económico y financiero.

Pero no es tan fácil, y el presidente lo sabe. “Hemos capitalizado la empresa desde que llegamos, por eso necesitamos inyectar capital para materia prima e infraestructura para poder tener mayor cantidad de productos. El proceso de capitalización ha sido continuo en cuanto a la infraestructura. Pero sucede que los clientes piden calidad y financiamiento, y los proveedores piden pagar ya. Nosotros apostamos a que un médico con una renta excedente nos pueda acompañar en este proyecto y ganar dinero. Me resisto a creer que un proyecto industrial nacional deba pasar por creer que el único camino sea estar al lado de una multinacional para cobrar rápido”, profundiza Simmermatcher.

Apuesta. El esquema que propone Aceitera del Litoral, si tiene algo de innovador, es que quiere poner dentro del negocio del aceite a los eslabones de la cadena. A los productores que “venden su soja a las multinacionales y a nosotros a veces nos castigan en plazos y tiempos”, a los productores avícolas y cárnicos, que pueden obtener subproductos necesarios para la alimentación de sus animales y los inversores que vean en la producción de aceite y el creciente negocio del biodiesel un atractivo para colocar sus recursos. “Un esquema de mayor integración entre todos los actores de la cadena. El desarrollo avícola de esta zona, el desarrollo de feet lot del productor artesanal. Pero también todo aquel que esté interesado en desarrollar la zona, el puerto. Y no decimos esto por altruismo, sino porque entendemos que hay un buen negocio detrás”, asegura el empresario.

Algo de esto entienden los inversores que anduvieron el jueves conociendo la planta. Se trata de una cooperativa de productores, muchos de ellos del Noroeste argentino cuyo nombre prefieren mantener en el anonimato por el momento, pero cuyo titular, que tampoco reveló su identidad, se animó a realizar un comentario a la entrevista. “Nuestra intención es ver si podemos hacer un aporte en granos y en todo lo que podemos ayudar, arrimando gente que quiera comprar y viendo un flujo de futuro. Pensamos en una especie de pool cooperativo para garantizar un flujo de granos constante para mantener un mix de negocios interno-externo”, confió.

Finalmente Simmermatcher cierra con una síntesis: “Queremos subir un escalón, y sumar voluntades, y no pasa todo por la plata. Llevate un camión de harina y dejame uno de soja. No sé, lo vemos en cada caso. En una primera instancia comercial consolidamos la actividad del año pasado en 60 mil toneladas de crushing, que en un 90 % fueron exportadas para darle de comer a los pollos chilenos y a los malayos. Y lo que estamos diciendo ahora es vamos a seguir potenciando, y nos piden 50 mil toneladas los chilenos, los malayos nos piden otras 50 mil. Somos una empresa nacional que exporta, y ahora lo que queremos es promover las alianzas con productores, empresas agropecuarias y productores avícolas para potenciarnos entre todos”, concluye.

El punto de inflexión del puerto

Cuando Tierra Gaucha presentó su proyecto para Aceitera del Litoral en el Club Social de Paraná, el 28 de octubre de 2009, un punto sobresalió sobre el resto de la estrategia: un puerto propio para Bajada Grande con ductos que llevaran y trajeran producción y materias primas por un sistema de desplazamiento desde las barcazas.
Dicen que el proyecto está en carpeta, que no murió, pero que se ha hecho cuesta arriba.

Alejadas ya, en principio, las intenciones de algunos funcionarios de la Comuna local de trasladar la aceitera hacia el Parque Industrial General Belgrano, Jorge Simmermatcher cree que es necesaria una sinergia público-privada para dar un impulso a esta iniciativa, para la cual asegura que adquirió un remolcador con capacidad de transportar tres barcazas con 150 contenedores. “Entiendo que el Gobierno debería interesar a las otras empresas que sacan contenedores desde Paraná o la zona, y entre todos deberíamos hacer un puerto en Bajada Grande, como lo hubo siempre, con un centro de distribución arriba y el ferrocarril para no dañar los caminos y cuidar las rutas. Muchas empresas sacan su producción en contenedores, hasta microempresas como muebles o miel venden al mundo en contenedores”, asegura.

“Creemos en una alianza para poder sacar la producción por este puerto, con factibilidad comercial. Hoy el flete es un componente muy importante del costo empresario, y como se requiere una inversión importante, el proyecto necesita ser encaminado por más de una empresa si va a ser algo que utilizarán varios, sobre todo porque en Paraná no hay un puerto habilitado. Lo decimos con una mirada estratégica porque vemos que debería ser un proyecto multipropósito. Hay que empezar por cosas simples y efectivas, y no avanzar en proyectos faraónicos. Un empresario toma un riesgo y tenés que tener una espalda muy grande para abarcar obras y demás, cuando en definitiva es un beneficio para la ciudad y muchos empresarios”, describe Alejandro Díaz.

Finalmente, Simmermatcher dice que tampoco pasa por volver a un esquema de subsidios ni un puerto del Estado. En Chaco el Estado está haciendo un puerto en Barranqueras, y hay empresas que no podemos llegar a tener uno para hacer más rápida, económica y segura la salida de productos, y no hablo sólo de nosotros. O los puertos los tienen las multinacionales, o los arman los estados”, precisa el presidente de Tierra Gaucha.

Los números del grupoAceitera del Litoral:

- 20 toneladas de acopio de grano
- 5 mil de aceite
-12 mil en celdas
- ubicada sobre 20 hectáreas sobre el río Paraná.
- 60 mil toneladas de granos procesadas durante 2010
- 50 empleos directos en Paraná.

El Grupo:

- Tres plantas: Villa Mercedes; Buenos Aires; Paraná.
- Saborido, una empresa metalúrgica y centros distribución en varias provincias.
- Oficinas comerciales en Mendoza
- 150 mil toneladas de molienda anual.
- 2.700 toneladas de aceite por mes
- El 40 % es del aceite, de la soja, que se transforma en biodiesel para YPF
- El 60 % harina, que en gran parte va a Chile para alimentos de pollos y Malasia.

Gustavo Sánchez Romero