Fernando Bertello
Enviado especial
BARADERO.- Al margen de la historia reciente de las peleas entre el Gobierno
y el campo, si hay una síntesis perfecta de lo que ha sido, es y puede ser la
agricultura argentina puede encontrarse en Expoagro, la muestra que empieza hoy.
En 15 años, el país duplicó su producción de granos, pasando de menos de 45
millones de toneladas a casi 100 millones, e incorporó más de diez millones de
hectáreas que antes estaban sólo con ganadería o no tenían un destino agrícola.
La soja fue la protagonista indiscutida. Su superficie se multiplicó por tres y
hoy, con casi 19 millones de hectáreas sembradas, ocupa más del 60% de la
superficie con cultivos. Pero también crecieron el maíz y, con idas y venidas
climáticas y políticas, el trigo se subió al tren.
Todo eso fue con tecnología. En la soja, por ejemplo, la combinación del modelo de la siembra directa, donde se dejó de arar y remover la tierra para sembrar directamente, y las variedades transgénicas resistentes al herbicida glifosato, que llegaron en 1996, simplificó el manejo a campo de una agricultura antes más cara y menos amigable con el ambiente (se quemaba más combustible con más máquinas, por ejemplo) y expandió la frontera productiva.
No es de ciencia ficción encontrar hoy un tractor o una cosechadora conducirse automáticamente con piloto automático para trabajar en un lote. Hoy hasta hay programas y computadoras agrícolas que, montados sobre un equipo, permiten tener una especie de radiografía on line, ya sea una PC o un celular del trabajo de una máquina.
Expoagro es como un shopping a cielo abierto donde los productores vienen a ver esas tecnologías y las nuevas máquinas. En las demostraciones a campo abierto se pueden apreciar las virtudes de los nuevos equipos. Pero no sólo eso. También pueden apreciar la revolución de las semillas. Lejos de ser algo simple, en una semilla se incorporan cada vez más tecnologías como resistencia a insectos y protección frente a enfermedades que permiten una mejora de la productividad.
El campo es hoy un fuerte demandante de tecnologías y dinamizador de la economía, con plata que los productores invierten en el interior. Genera mercados millonarios: 1380 millones de dólares en maquinaria agrícola en 2010; 1600 millones en fertilizantes este año (una proyección de US$ 400 millones más que en 2009) y otros 700 millones por semillas que, si en el caso de la soja y el trigo tuviera un mercado productos legales y fiscalizados, podría ser US$ 1400 millones.
¿Y qué se puede esperar en 2011?
Por la sequía que golpeó fuerte en diciembre y principios de febrero al maíz y la soja, la cosecha de todos los granos quedaría este año un 5% por debajo de la de 2010, con poco más de 92 millones de toneladas. Sin embargo, hubo lluvias que llegaron a tiempo para la soja y, según dicen en el sector, hay expectativas de que, por ejemplo, en el caso de la maquinaria agrícola las ventas podrían superar a las del año pasado. Además, versus 2010 hoy la soja vale casi un 35 por ciento más.
"Hasta ahora vienen bien las ventas de equipos", comentó Mario Bragachini, referente en maquinaria agrícola del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). "El año terminará en igual cifra que el anterior o un 5 por ciento superior dolarizado", añadió.


