El frigorífico santafesino Mattievich obtuvo el oxígeno que pidió a la cartera nacional de Trabajo para evitar suspensiones y despidos, al menos, hasta marzo. Fuentes cercanas a las negociaciones confirmaron que la empresa entró en el Programa de Recuperación Productiva (Repro) que otorga un subsidio mensual de $ 600 por trabajador por el lapso de tres meses que, en el caso de Mattievich, son retroactivos a enero y febrero y caducan en marzo.
La firma, una de las pocas grandes empresas frigoríficas que quedaron en manos nacionales tras un período de extranjerización entre fines de los noventa y mediados de esta década puede volver a presentarse para obtener nuevamente el subsidio en función de la situación en que se encuentre, en poco más de un mes.
A principios de febrero, la firma se había presentado, además, en proceso preventivo de crisis en Santa Fe, un mecanismo dispuesto por la provincia que facilita la obtención del subsidio nacional.
La crisis de la industria cárnica persiste de la mano de los altos precios de la hacienda por el faltante de animales, situación que productores e industriales adjudican a la sequía de 2008 una de las peores de la historia nacional y a la liquidación de rodeos por los controles sobre la exportación que pesan desde 2006 y, hasta diciembre de 2009, abarataron el producto que ellos venden.
Pero desde esa fecha, los precios de la hacienda que ellos compran no paran de subir y acumularon, para enero pasado, un alza interanual de 115% para el caso de los novillos y de 170% para los terneros, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Mientras una parte de los nuevos costos pudo trasladarse a los compradores, el negocio se resintió y, según la Cámara de la Industria, Ciccra, que reúne a los frigoríficos de consumo interno y está fuertemente enemistada con el Gobierno, se perdieron en el último año 4.600 pequeños productores ganaderos y más de 3.500 fuentes de trabajo en la industria frigorífica.
Aspiramos a no tener que volver a presentarnos al Repro, indicó a El Cronista Jorge Torelli, gerente de Mattievich. Sin embargo, tras haber tenido que cerrar dos plantas, una en Carcarañá y otra en Puerto General San Martín, nada es seguro.
En el resto de sus fábricas, Mattievich, que tiene una capacidad de faena superior a las 70.000 cabezas mensuales, trabaja a la mitad de ese volumen.
En la lista de serios damnificados entraron también gigantes de envergadura como JBS-Swift, que cerró y puso en venta tres plantas en el país. y, según informó el secretario de la Federación del Personal de la Industria de la Carne, José Fantini, se está gestionando la obtención de unos 7.000 Repro para la actividad en total.
Éste y el resto de los números de la industria, son alarmantes. Según Ciccra, la producción de carne el año pasado cayó más de 22%, el consumo per cápita bajó 14% y las exportaciones descendieron 54,3%.
En paralelo, algunos especialistas, como Víctor Tonelli, opinan que la industria frigorífica seguirá en crisis hasta, al menos mediados de 2012, cuando, estiman, la recomposición del stock de animales empezará a dar sus resultados para el negocio.
En el último mes, lejos de relajarse, la situación se agravó gracias a las lluvias que hacen crecer las pasturas y tientan a los productores a mantener los animales en los campos, recortando más la oferta.�Hay que tener paciencia hasta entrado el otoño, se ilusiona Torelli.


