La segunda edición de las TEG, jornada de Tecnología de Excelencia en Girasol que organiza Syngenta, arrancó el martes 8 de febrero en Balcarce. Más de cien productores y asesores se acercaron al establecimiento La Blanquita, en el km. 71,5 de la ruta 226, para conocer la evolución de los ensayos de diversas tecnologías aplicadas a girasol.
A lo largo de las seis postas, y bajo la coordinación académica de Jorge González Montaner, los asistentes pudieron conocer los últimos avances en materia de tratamiento de semillas, nutrición, manejo de enfermedades y de malezas.
Archibaldo Salvador, responsable de marketing de girasol de la compañía, contó que a través de iniciativas como las TEG se proponen probar las tecnologías disponibles en girasol con los productos nuevos, de manera de conocer el impacto económico y de rendimiento de cada una de ellas, y mejorar la competitividad del cultivo en su totalidad.
“En las TEG 2011 hemos incorporado el manejo de la agricultura por ambientes. Estamos trabajando en incrementar la potencialidad del girasol en función del ambiente en el cual vamos a sembrar”, dijo. Y agregó: “Al productor le decimos que el girasol es un cultivo que tiene valor en el esquema de rotación, porque tiene muy buen valor, demanda internacional sostenida, podemos esperar una muy buena rentabilidad y le aporta estabilidad al sistema de producción”.
Analizar el suelo: factor clave para el manejo por ambientes
Uno de los elementos que se pusieron en consideración fue la sensibilidad de los distintos cultivos a la profundidad de suelo. Al respecto, el coordinador académico explicó que el maíz es el cultivo más sensible, seguido por el girasol, luego la soja y finalmente la cebada.
Por esta razón, ante la posibilidad de aprovechar un ambiente profundo, el girasol compite con el maíz. Por otra parte, los ensayos en Balcarce muestran que el rendimiento de los híbridos Alto Oleico se asemejan mucho a los de los convencionales, lo que permite aprovechar la diferencia de precios. No sucede lo mismo en zonas como Tres Arroyos, donde los materiales más largos son los que mejor se comportan.
Entre los ejes que atravesaron la jornada, el manejo por ambientes estuvo en primer lugar. “Es importante insistir con la idea de la detección precisa de lo que tenemos en el campo. La presencia de tosca genera una heterogeneidad importante. No alcanza con decir ‘hay tosca’: hay que saber dónde está, si tiene conexión con la napa… Aquí había conexión con la napa, y eso permitió un aporte de agua significativa”, sostuvo González Montaner.
“Hay muchos lugares del sudeste en los que los productores ni siquiera saben que tiene napa, y de saberlo les permitiría diseñar cultivos completamente distintos, con un manejo aplicación de tecnología por ambientes”, profundizó.
Enfermedades y fungicidas
Respecto de los promedios de rinde en la región, González Montaner expresó que en los últimos años en la zona Mar y Sierras se lograron 2500 kilos de soja y 2129 en girasol. “Esperábamos un año Niña y sin embargo se produjeron 180 mm. de precipitaciones, que con las de febrero superan los 200 mm”, acotó.
“Ese escenario de aguas al girasol no es el que más le divierte y hace que el cultivo empiece a mostrar problemas sanitarios como roya blanca hacia los estratos superiores, y phoma. Esa combinación puede bajar significativamente la intersección de radiación entre floración y madurez, que es la que define en definitiva el peso del grano y la materia grasa”, expresó.
En esa línea, González Montaner consideró que la tecnología de aplicación de fungicidas muestra respuestas. Actualmente, el objetivo de su utilización consiste en lograr que el área foliar sea sana, funcione como tal y que dure lo que más se pueda en el período crítico. “Hoy tenemos tratamientos con fungicidas. Esperemos, de todos modos, que febrero nos dé un respiro. Si bien la soja va a agradecer las lluvias, el girasol no; por esa razón es importante trabajar con un mix de cultivos, para equilibrar la balanza en el conjunto ambiental”, sostuvo.
La respuesta de los híbridos
Archibaldo Salvador comentó que para esta campaña ya se están lanzando híbridos CL bajo la marca Syngenta que están casi a la par de los convencionales. En la zona, casi un 40 por ciento del girasol es CL, como producto de la presión que ejercen las malezas. “Esta tecnología está muy arraigada, es una solución para el control de malezas y rápidamente se convirtió en un standard de la región”.
En el mismo sentido, anticipó que bajo la marca Dekasol se lanzarán dos híbridos CL que ya fueron testeados con excelentes resultados. “Se trata del DK3910CL, de ciclo medio, con buena sanidad y alto contenido de grasa, recomendado para lotes enmalezados, y el DK3948CL, de ciclo largo, con excelente contenido de materia grasa y rendimientos, y buena sanidad. A estos dos se agrega el SYN3930CL, lanzado este año. Son híbridos verdaderamente fantásticos”, añadió. Entre los Alto Oleico, se destacó el DKOP3845, el más precoz de todos, con altísimo contenido de aceite y materia grasa.
Asimismo, a lo largo de la jornada los asistentes pudieron ver la respuesta de materiales convencionales nuevos y conocidos, como el DK3940, que es el que se adapta mejor a la zona en la mayoría de los ambientes gracias a su estabilidad. Jorge González Montaner destaca además el DK 3820, con muy alto porcentaje de materia grasa y excelente comportamiento sanitario y propone prestar atención al DK4065, que fue presentado durante la jornada, porque podría generar algún aumento en el rendimiento, y está a medio camino entre el 3940 y el 4200, que resultaba demasiado largo.
Nuevas tecnologías
Durante la jornada también fue presentada la tecnología del peleteado, mediante la cual se le aplican a la semilla distintas capas de microorganismos, fitosanitarios y nutrientes que permiten homogeneizar el calibre. Mary Capalbo indicó que “la técnica no entorpece la germinación ni ocasiona retardos, e incluso se notó una germinación mucho más pareja y uniforme, ya que la semilla brota cuando está óptima. Asimismo, vemos un arranque más vigoroso, más verde y plantas con mayor altura”.
Respecto de la nutrición, González Montaner indicó que los ensayos muestran que a medida que se incrementa la densidad, se nota más la influencia de los nutrientes en el suelo. Asimismo, indicó que los híbridos Clearfield y Alto Oleico responden mejor que los convencionales a la nutrición, y agregó un dato que relaciona los rindes con el clima: “si las temperaturas de noviembre son bajas, los rendimientos aumentan, y si son altas, disminuyen, por la mineralización”.
En cuanto a los avances en micronutrientes, Syngenta trabajó junto con Yara en el análisis de materias activas nuevas. González Montaner cuenta que “en los dos ensayos que hicimos el año pasado con MaxiBor, tanto en Tres Arroyos como en La Morocha, los resultados fueron muy buenos, en particular en los Oleicos. Hasta ahora hemos logrado combinaciones entre magnesio, cinc, boro, por ejemplo, muy interesantes, y diagnósticos muy precisos.
En todos los análisis encontramos deficiencia de molibdeno. Encontramos también que el boro, si bien en esta zona no hay muchas respuestas porque los niveles en suelo son altos, sí es importante en suelos más arenosos. Aquí sí hubo respuestas cuando incrementamos la dosis de nitrógeno a niveles de 120 o 130 kilos de urea. Con todos estos ensayos se apunta a lograr un producto complejo, con sumatoria de micronutrientes, para poder abordar la problemática de cada lote”.
Las próximas jornadas TEG de Syngenta
Las jornadas TEG continúan su recorrido el martes 15 de febrero en el establecimiento Gastón Pedersen, ruta 3, km 512, Tres Arroyos, y el 17 en Bonifacio: ruta 65, a 5 km. del acceso a Bonifacio.


