En forma oficial la lista interna Celeste y Blanca que conduce formalmente la central fabril ratificó ayer su apoyo y respeto al acuerdo de unidad en la Unión Industrial Argentina (UIA). El trascendente aval a la armonía, implica garantizar el acuerdo de alternancia en la conducción fabril y evitar una ruptura en la Unión Industrial, como quiere el gobierno.
Así se intentó frenar la crisis que precipitó Héctor Méndez con su renuncia y también desbaratar una suerte de “operativo clamor” para que Méndez fuera ratificado al frente de la UIA .
Esta nueva operación política fue fogoneada por Cristiano Rattazzi, pero hasta ahora hay un fuerte consenso para aceptarle el martes la dimisión a Méndez.
Juan Sacco, el propio titular de Celeste y Blanca, — donde milita Méndez — habló ayer con el jefe del agrupamiento Industriales. Sacco notificó en forma oficial a Ricardo Klayat: “nosotros no compartimos la actitud de Méndez y de Cristiano Rattazzi, por eso ratifico plenamente el acuerdo de unidad ”. Y agregó: “Vamos a esperar a que ustedes elijan y propongan el nuevo candidato a Presidente”. Miguel Acevedo, el ahora interino titular de la UIA, también se comunicó con Luis Betnaza para reiterar que su agrupamiento sostendrá la unidad fabril a pesar de los intentos por fracturar a la UIA.
Así lo dijo: “ Yo soy el garante del acuerdo de unidad”. El influyente Federico Nicholsohn — de Ledesma — envió un mensaje similar desde la Patagonia. Nicholsohn tuvo un diálogo telefónico áspero con Héctor Méndez y le reprochó duramente su comportamiento.
Pero los tres referentes del oficialismo fabril, condicionaron el apoyo a una cuestión: que el agrupamiento Industriales defina un candidato a presidente con pleno consenso interno. El plazo que dieron es el próximo 1° de marzo.
El aval a la unidad fabril de los tres máximos referentes, fue en definitiva lo que dejó sin sustento a los planes rupturistas de Méndez y precipitó su renuncia. El ex titular de la central fabril ya tuvo el martes una reunión secreta con el propio Acevedo, Betnaza e Ignacio de Mendiguren. El trío le pidió una aclaración sobre si participaba de la iniciativa de Javier Madanes Quintanilla. El titular de Aluar estaba a favor de romper la unidad fabril y llamar a elecciones internas en la UIA.
Madanes propicia las elecciones, pero también la conformación de un “consejo de notables”, para diagramar la estrategia fabril. Ese “consejo de notables” estaría constituido con empresarios solo de grandes holdings y en definitiva iban a manejar la UIA.
Méndez confirmó que participaba del complot y recibió múltiples reproches. Los tres le exigieron que saliera a ratificar la unidad y Méndez no tuvo otra salida que anunciar su renuncia.
Fracasó así el primer intento de quebrar a la Unión Industrial , proyecto que tiene el apoyo y alienta el propio gobierno . Sus operadores son Guillermo Moreno y Julio de Vido.
En la Casa Rosada no quieren –como puede ocurrir si se mantiene la unidad fabril– que un empresario del Grupo Industriales, que lidera Techint, sea el futuro presidente de la UIA. Temen que la central fabril endurezca sus posiciones y sueñan con tener una Unión Industrial dócil durante el año electoral. La fórmula elegida es quebrar la existente unidad industrial.
La propuesta fue lanzada por el influyente Javier Madanes Quintanilla. El titular de Aluar le dijo a Clarín que nunca habló con ningún funcionario de su iniciativa para obligar a un llamado a elecciones en la UIA. Pero la propuesta –aún si fuera independiente– fue funcional a los deseos de la Casa Rosada . El gobierno ya intentó quebrar a la Asociación Empresaria Argentina y ahora por lo menos quiere debilitar a la UIA, la entidad empresaria políticamente mas importante de Argentina.
La actual obsesión oficial contra el movimiento empresario radica en una realidad: los hombres de negocios lideran las quejas contra los avances del gobierno en el intento de no respetar las inversiones privadas y son quienes advierten insistentemente del problema de la inflación. Hasta ahora, todas las iniciativas terminaron igual: con un rotundo fracaso.
Junto a Madanes, el principal operador de la ofensiva contra la UIA fue Rodolfo Achille, con fácil llegada al oficialismo y al que adhirió con entusiasmo Cristiano Rattazzi. Para que no haya dudas sobre el origen de la ofensiva, ayer un empresario de sólidos vínculos con el kirchnerismo se sumó al cuarteto fabril . Gerardo Ferreyra, titular de ElectroIngeniería, adhirió a la propuesta de hacer elecciones en la UIA, a pesar de que no es socio y milita en la Cámara de la Construcción .
Julio De Vido festejó en privado la crisis fabril. Repitió ante sus colaboradores: “Ahora van a tener que llamar a elecciones”. Méndez se comprometió ante Madanes Quintanilla a llevar adelante la iniciativa, desconociendo los acuerdos de unidad.
Le dijo que iba a proponer las elecciones en Celeste y Blanca e impulsaría la iniciativa en la propia UIA. El propio Méndez lo admitió en la última reunión del influyente Grupo de los 6. Frente a los hombres del establishment, ponderó la iniciativa.
La votación en la UIA, por estatuto, es cerrada y eso podría garantizar su reelección. Por eso, ahora la responsabilidad de mantener la unidad depende de los pasos que lleve adelante el Grupo Industriales . En diciembre se manejó con impericia y abrió la puerta a la ofensiva. Existen tres candidatos: Adrián Kauffman, De Mendiguren y Osvaldo Rial. No tienen tiempo: la semana próxima tendrán que elegir a uno por consenso para evitar un rupturista comicio en la entidad fabril.


