Los frigoríficos exportadores ya tienen que pedir varios permisos antes de concretar un embarque: tramitan un Pre-ROE (permiso de exportación) ante la Secretaría de Comercio Interior y luego el ROE definitivo ante la ONCCA. Como si fuera poco ese cepo, ahora Guillermo Moreno les salió con otro requisito insólito : desde ahora deberán informarle además los datos del comprador en el extranjero , quien deberá acreditar la veracidad del negocio.
La novedad causó revuelo en el sector y sirvió de excusa al Gobierno para volver a paralizar algunos embarques de carne en las últimas horas. Y es que apelando a la excusa de evitar la “triangulación” de exportaciones, Moreno informó por correo electrónico este nuevo requisito a los operadores del mercado de la carne. La obligatoriedad de informar quién es el comprador de cada contenedor rige así, de facto , desde el pasado jueves 14.
¿Qué datos comerciales sensibles pasarán a estar en poder de Moreno y sus funcionarios? Según se desprende de la planilla anexa a la disposición, cada frigorífico deberá identificar la empresa importadora, el nombre del contacto, su correo electrónico y su número de teléfono. Con esa información, Comercio Interior “ enviará un e-mail al cliente , quien deberá responder inmediatamente sobre la veracidad o no de la venta”, se informó oficialmente. Recién cuando el comprador de la carne conteste positivamente, el frigorífico podrá iniciar la larga y azarosa cadena de trámites que comienzan con el Pre-ROE.
Algunos empresarios estallaron de furia frente al nuevo planteo de Moreno. No solo la clientela de cada empresa es considerada información secreta que ni siquiera la AFIP está en condiciones de revelar. También porque sospechan que el verdadero objetivo del funcionario kirchnerista no sería controlar que no haya triangulación sino “obtener un listado de todos los compradores de carne argentina” en el extranjero. En estricto off the record, dicen que Moreno podría facilitar esos datos a algunos frigoríficos “amigos” a los que históricamente ha favorecido la política oficial.
Según esas fuentes, en momentos en que las exportaciones de carne están en sus mínimos históricos (incluso por debajo de las registradas en la crisis de la aftosa), llamativamente habría dos o tres grandes empresas exportadoras que obtienen mayor cantidad de ROE que el resto. Son las mismas firmas que se han beneficiado incluso con millonarios subsidios de la ONCCA por los animales que engordaron en feedlots.
Es imposible saberlo con precisión. Porque mientras las autoridades exigen a los privados que informen hasta el teléfono de sus clientes, la ONCCA nunca ha hecho públicos los ROE adjudicados a cada empresa, incluso desoyendo una orden judicial que oportunamente tramitó el ex diputado del GEN, Francisco Ferro.
Lo cierto es que la nueva exigencia de Comercio Interior volvió a trabar el negocio de exportación de carne en momentos en que hay una decena de plantas frigoríficas que corren riesgo de cerrar y podrían dejar en la calle a miles de trabajadores.
Las restricciones exportadoras más la caída en el stock de cabezas de ganado son un fiel reflejo del impacto de la política oficial sobre este sector.


