La escalada alcista que la soja ensayó a finales de la semana pasada, se consolidó ayer en los mercados internacionales y ubicó a los futuros de la oleaginosa en los máximos precios en 15 meses, al superar los u$s 400 la tonelada en Chicago para entrega en noviembre. Los precios de la nueva cosecha (mayo a julio de 2011), de referencia obligada para las operaciones locales, incluso llegaron más arriba y se posicionaron en casi u$s 409 la tonelada.

La debilidad del dólar, las bajas tasas de interés y los temores a que desastres climáticos diezmen la cosecha global en un contexto con demanda creciente volvieron a combinar ayer un escenario que a nivel local garantiza la continuidad de ingreso de dólares baratos, utilizado como anclaje de precios, lo que permitirá al Ejecutivo transitar el último trimestre del año preelectoral sin sobresaltos cambiarios.

En coincidencia con el repunte internacional, en Rosario, la oleaginosa disponible se pagó a $ 1.080 la tonelada, el mayor valor desde marzo de 2008, apenas antes de que el Gobierno puso en marcha la resolución 125 que imponía las retenciones móviles y que motivó el prolongado conflicto entre el campo y el Ejecutivo.

No obstante ese precio, la Bolsa de Comercio rosarina relevó negocios por 15.000 toneladas. Por fuera del recinto se llegó a pagar $ 1.100 la tonelada de soja disponible, dijeron analistas.

Con las alzas de ayer en Chicago, que a media jornada llevaron a la soja hasta u$s 404 la tonelada –el mayor valor desde junio de 2009– aunque al cierre se posicionó en u$s 398,5 por la misma cantidad, la oleaginosa que los productores argentinos todavía guardan en silobolsas se apreció más de u$s 500 millones en menos de un mes. Se trata de 11 millones de toneladas, de acuerdo con las últimas estadísticas oficiales de compras de la exportación e industria, que los productores retienen a la espera de mejores precios.

Y, aunque recién se está empezando a definir cuál será el área destinada a la soja en la inminente campaña 2010/11, al precio de cierre de ayer, la próxima cosecha podría valer casi u$s 21.000 millones, si se llegan a producir las estimadas 52 millones de toneladas.

Entre el grano que todavía queda por vender y el que comenzará a sembrarse, el Fisco embolsará más de u$s 8.500 millones en concepto de retenciones, si no prosperan los proyectos opositores en el Congreso que buscan reducir desde el año próximo la actual alícuota de 35%.

De esta forma, se configura un nuevo frente externo favorable a la Argentina, a pesar de que los especialistas alertan que “La Niña” (sequía), que ya afecta a Brasil, puede ocasionar daños severos a los cultivos locales de verano, entre ellos la soja y el maíz, que la semana pasada ganó en Chicago casi 8% y se ubica en u$s 200 la tonelada, el máximo valor de los últimos 2 años.

El analista Ricardo Baccarin, de Panagrícola, remarcó que el nuevo impulso alcista de las materias primas se asemeja a lo que ocurría en 2008, cuando la soja, el maíz y el trigo alcanzaron sus valores récords de todos los tiempos, previo a la crisis financiera en EE.UU.

“Hoy inversores y bancos vuelven a pensar a los granos como refugio de valor, ante las tasa mundial muy bajas y un dólar más débil”, comentó a El Cronista.

En cuanto a las preocupaciones climáticas, Baccarin sostiene que “después de los problemas en Rusia (que cerró su exportación por una severa sequía), el mercado quedó muy sensible y cuando aparece el mínimo temor de una fallita productiva, se convierte en un elemento alcista”, aunque no pase de una especulación.

Para la inminente siembra gruesa local, el analista puntualiza que “lo interesante será la disputa soja versus maíz, aunque difícilmente resignen hectáreas, habrá que ver qué otra actividad agropecuaria será la perjudicada”.