En la forma como se cultiva actualmente produce una contaminación ambiental que aparentemente no se percibe y no se toma las medidas correctivas. Es el cultivo que más agroquímicos utiliza que gran parte de sus residuos contaminan el ambiente y el agua que por drenaje va a parar en los ríos. También parte de estos contaminantes van a parar en el arroz pilado que consumimos.

De los 400,000 TM de Arroz en Cáscara, se calcula salen en los molinos 80,000 TM de cascarilla de arroz que se queman e inciden en al cambio climático y calentamiento global que ya afecta a la Región San Martín.

Hay formas de utilizar la cascarilla de arroz para evitar que no solo se pierda y contamine, sino que se aproveche. En Europa, existen empresas como la española Vallombrosa que produce silicio (en grado solar) a partir de la cascarilla de arroz, para la fabricación de las llamadas “células fotovoltaicas” de los paneles solares, industria y tecnología que puede promoverse e implementarse en la Región San Martín que la mayor parte del año tiene condiciones solares ideales para aprovechar precisamente la energía solar. Además el silicio también se utiliza en la fabricación de chips de la industria electrónica. Según expertos, la demanda mundial de silicio es creciente, sólo en la industria de paneles solares fue de 25 mil toneladas el año 2006. Y en Ecuador, según el Dr. Rafael Horna Zapata, de la cascarilla de arroz, mediante técnicas sencillas se produce silicio orgánico que es un valioso fertilizante para la agricultura. Según el Dr. Rafael Horna, puede ser aprovechado ese 65% de silicio que contiene la cascarilla y poder devolver al terreno bien como silicio liquido o como silicio sólido que constituye la ceniza, y es apto para todos los cultivos agrícolas.

La cascarilla de arroz en vez de ser un desecho contaminante, debemos aprovecharlo como materia prima que mediante técnicas sencillas y adecuadas transformar en silicio para ser usado como valioso fertilizante en la agricultura, además de tener muchos usos en numerosas industrias como la microelectrónica (chips y componentes que se usan en teléfonos celulares, computadoras y demás dispositivos electrónicos), para la fabricación de células fotovoltaicas que se usan en paneles solares, entre otras aplicaciones. La experiencia y la tecnología sobre este tema existe, toca a nuestras autoridades correspondientes, profesionales y técnicos, y sociedad promover el aprovechamiento de la cascarilla de arroz (80 mil toneladas al año) que puede crear una nueva actividad, industria y desarrollo alrededor de las mismas.