EVALUACIÓN DEL EFECTO DE ENMIENDAS BÁSICAS SOBRE LA PRODUCCIÓN DE ALFALFA (Medicago sativa L.) Y PROPIEDADES EDÁFICAS EN ÁMBITOS TEMPLADOS ARGENTINOS
MABEL VÁZQUEZ; ANTONINO TERMINIELLO; ANDRÉS CASCIANI; GUILLERMO MILLÁN;
PABLO GELATI; FACUNDO GUILINO; JULIO GARCÍA DÍAZ; JAVIER KOSTIRIA & MIRTA GARCÍA
Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales. Universidad Nacional de La Plata.
CC31. La Plata (CP 1900)
RESUMEN
Causas naturales y antrópicas producen la acidificación de suelos de ámbitos
templados, provocando deficiencias/desbalances de nutrientes básicos,
particularmente Ca y Mg. El tratamiento del problema requiere de experimentación
regional, a los fines de brindar pautas para la elección del corrector, dosis y
forma de aplicación. El objetivo del trabajo fue comparar el rendimiento de
alfalfares de tres ámbitos de la región templada argentina, su contenido en
nutrientes básicos y las modificaciones edáficas causadas por distintas
dosis/tipos de enmiendas. Se realizaron dos ensayos en suelos Argiudol típico y
un en Hapludol éntico de las Prov. de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Los
tratamientos consistieron en la aplicación de 0, 700 ó 1000, 1500 y 2000 kg ha-1
de conchilla/caliza y dolomita, según el sitio. Se evaluó el efecto de la
aplicación conjunta de 200 kg ha-1 de yeso. Se midió rendimiento en materia seca
(5,6 y 10 cortes según ensayo), contenido foliar de Ca y Mg y el efecto sobre
propiedades edáficas. Los correctores carbonáticos (caliza/conchilla, dolomita)
sólos o con yeso produjeron rendimientos variables en los diferentes suelos. Las
menores dosis (700-1000 kg ha-1), solas o con yeso, produjeron los mayores
incrementos de rendimiento. El rendimiento relativo al testigo señala como
mínimo un lapso superior a los 2 años, la potencial residualidad de la práctica
para estos ambientes. Las concentraciones foliares sugieren deficiencia de
calcio y una situación intermedia para el magnesio, sin embargo, los
tratamientos no produjeron mayores diferencias en dichas variables, aunque los
mismos aumentan la oferta de ambos nutrientes por unidad de superficie. Al cabo
de 2 años de encalados, los suelos aún consignan efectos en la reducción de la
acidez tanto actual como potencial superficial, conjuntamente con un aumento de
la capacidad de intercambio catiónica y el Ca intercambiable en los suelos de
tipo Argiudol típico.
Palabras clave: caliza, conchilla, dolomita, yeso, dosis, residualidad
INTRODUCCIÓN
En muchas zonas de la región templada argentina, entre ellas la Pradera Pampeana, la actividad ganadera se realiza sobre pastizales naturales y pasturas cultivadas, con amplia difusión de especies leguminosas. La intensificación de este tipo de producción, con su consecuente alta exportación de nutrientes y la baja reposición de los mismos, particularmente los de naturaleza básica (K+, Ca2+ y Mg2+), caracterizados, además, por carecer de reposición natural, trae como consecuencia la desprovisión y desbalance nutricional para estos cultivos, acelerando el proceso de acidificación edáfica. En zonas de clima templado, la exportación de estos elementos a través de los granos y otros cultivos de cosecha, así como de actividades ganaderas de carne o leche, prolongadas e intensivas, es una de las causas principales de la acidificación (Vázquez et al., 2000; Lemenih et al., 2004; Gelati & Vázquez, 2008). A este proceso antrópico se le adiciona la lixiviación natural de las bases, particularmente alta en suelos de textura gruesa, la aplicación de fertilizantes de alto índice de acidez, como la mayor parte de los nitrogenados, la expansión de la siembra directa, con su acumulación de materia orgánica en superficie (Burle et al., 1997; Tang, 1998), entre otros. Si bien los suelos de textura gruesa fueron los primeros en manifestar esta problemática, debido a su baja reserva de bases, la misma hoy se encuentra difundida en suelos de otras clases texturales, a causa de los antecedentes de uso citados (Vázquez, 2005).
Las plantas presentan diferente tolerancia a la acidez de los suelos, siendo las leguminosas, especialmente la alfalfa (Medicago sativa L), por sus requerimientos nutricionales, una especie particularmente sensible. La implantación, producción y persistencia de los alfalfares se ven afectados, no sólo por sus altos requerimientos de Ca y Mg, sino también por su susceptibilidad a la toxicidad de Al, Fe y Mn. Esta especie puede disminuir su rendimiento hasta un 42% si es cultivada a un pH 5,7 (Romero, 2003).
La disminución de los nutrientes básicos y sus desbalances, son tratados con la aplicación de enmiendas básicas. Esta es una de las primeras prácticas que utilizó el hombre para corregir las propiedades químicas de los suelos (Brady & Weil, 1999). En la producción agropecuaria argentina, particularmente en ámbitos subtropicales, se utilizan productos como la caliza y la dolomita, los que proveen Ca o Ca y Mg, respectivamente. En menor proporción se utiliza yeso, que al comportarse como una base de Lewis, promueve la precipitación del Al, reduciendo la toxicidad característica de este elemento en suelos ácidos. Esta última enmienda también podría ser utilizada en planteos de siembra directa como una fuente rápida de Ca más soluble y con potencial acción solubilizadora de los carbonatos contenidos en calizas y dolomitas (Santos Sbuscio et al., 2009), ya que el movimiento en profundidad de los carbonatos en el mediano a largo plazo ya ha sido demostrado en estas condiciones (Caires et al., 2008). Los cationes básicos cumplen, además de funciones nutricionales para las plantas, acciones positivas sobre las condiciones físicas del suelo, en su calidad de cationes estructurantes. Es así que disminuyen la resistencia a la penetración, facilitando la dinámica del aire y del agua, habitualmente comprometidas en suelos con larga historia productiva (Vázquez, 2009). La corrección de la acidez pone en disponibilidad otros nutrientes, tales como el P, promueve la fijación biológica del N, entre otras razones, por poner en disponibilidad al Mo, elemento que actúa como cofactor de la nitrogenasa, y favorece la mineralización.
El proceso químico que desarrollan los productos carbonáticos en el suelo es una reacción de neutralización, facilitando la precipitación del Al+3 por encima de pH 5,5, a la vez que aportan Ca y/o Mg, con efectos directos e indirectos sobre el crecimiento de estas especies.
En la elección de los productos y dosis a aplicar, deben tenerse en cuenta
factores tales como la acidez actual y potencial de los suelos, el poder buffer
de los mismos, la capacidad de intercambio catiónico y su porcentaje de
saturación básica, las relaciones entre cationes, en un marco de condiciones
climáticas determinadas. A su vez, deben considerarse paralelamente, las
características de los productos correctores, como su poder de neutralización,
velocidad de reacción, pureza y tamaño de partícula, entre otros. En general, se
aplican unos meses antes de la siembra para facilitar su solubilización y poseen
un efecto residual, cuya duración varia y depende de los mismos factores
mencionados anteriormente (Vázquez et al., 2009).
Dada la complejidad de la relación corrector-suelo-planta descripta, es
necesario ajustar la tecnología de la práctica para cada sistema,
particularmente en los ámbitos templados, donde la problemática es reciente y
por lo tanto, se cuenta con menor información.
Se plantea como hipótesis que el agregado de enmiendas cálcicas o
cálcico-magnésicas aumenta la productividad de la alfalfa, su calidad forrajera
y propicia la recuperación de la fertilidad edáfica de naturaleza química. Estos
efectos benéficos son variables de acuerdo a la dosis y tipo de corrector
empleado, según las propiedades edáficas.
El objetivo del presente trabajo fue comparar el rendimiento de materia seca en
alfalfares de diferentes ámbitos de la región templada argentina, su contenido
en nutrientes básicos y las modificaciones edáficas causadas por distintas dosis
y tipos de enmiendas.
MATERIALES Y MÉTODOS
Características generales de las áreas y ensayos experimentales
El trabajo fue realizado en tres localidades ubicadas en la Pcia. de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Las características generales de las áreas de estudio y los ensayos realizados se detallan a continuación:
- Pcia. de Buenos Aires. Pdo. de La Plata, localidad de Los Hornos (34º 50 LS y 57º 45 LO). Se trata de un área de relieve normal, transicional entre la Pampa Ondulada y la zona ribereña. En su conjunto forma suaves lomadas loéssicas, con pendientes inferiores al 1%. Se trata de una zona de clima subhúmedo mesotérmico, con 1000 mm de precipitación anual, con temperatura media de 17ºC (Lanfranco, 1970). El suelo bajo ensayo está clasificado como Argiudol típico Familia arcillosa fina illítica térmica (Lanfranco,1970). Los antecedentes de uso incluyen rotaciones de pasturas y cultivos de cosecha anual. Los datos analíticos del perfil se muestran en la Tabla 1.
El ensayo fue realizado según un diseño completamente al azar con arreglo factorial (tipo y dosis de corrector) con cuatro tratamientos y tres repeticiones. Las parcelas experimentales fueron de 50 m2 de superficie, separadas por calles de 1,3 m. Los tratamientos consistieron en la aplicación de dosis equivalentes a 0, 1.000, 1.500 y 2.000 kg ha-1 de conchilla (CaO2 53,8%) (Símbolos: T, C1000, C1500, C2000) y dolomita (CaO2/MgO2, 24% y 22%, respectivamente) (Símbolos: D1000, D1500, D2000), ambos con granulometría comparable (<75 µm: 27 %, 75-250 µm:40,5 %, >250 µm:32,5 %). Los correctores fueron aplicados al voleo con incorporación mecánica, dos meses antes de la siembra. Se realizó una siembra primaveral de alfalfa var DK 191 (grupo 9), previamente inoculada con Rhizobium meliloti, a razón de 12 kg ha-1, en octubre de 2001. Se evaluó rendimiento de materia seca (60ºC), a través de 4 submuestras/parcela de 0,25m2 c/u, a los largo de cinco cortes por sobre la corona, a partir de la primavera del año siguiente hasta otoño de 2003, al estado de 10% de floración, descartando un efecto de bordura de 1 m.
Al cabo de 2 años de la aplicación de los productos correctores se tomaron
muestras de suelo a intervalos de 20 cm y hasta los 60 cm de profundidad,
mediante muestra compuesta de tres submuestras (una por parcela y repetición).
- Provincia de Córdoba. Partido de Laboulaye, localidad de Adelia María (33°38
LS y 63° 49 LO). Se trata de una planicie de relieve suavemente ondulado del
sur de la provincia, constituida por sedimentos eólicos franco arenosos finos.
El ensayo se realizó sobre un Hapludol éntico, cuyas características se detallan
en la Tabla 2. Se trata de un establecimiento de actividad tambera con
rotaciones de pasturas a base de alfalfa y verdeos. El clima es templado
continental, la temperatura media de enero es de 23°C (serie 1961-1990) y la de
julio de 9°C (INTA, 2003). La precipitación media anual es de 805,4 mm (series
1993-2006) (INTA, 2008), con abundantes lluvias desde mediados de primavera
hasta mediados del otoño y escasas precipitaciones en invierno.
Se realizó un ensayo con diseño en bloques completos aleatorizados con arreglo factorial (tipo y dosis de corrector), con parcelas divididas de 63 m2 (con y sin yeso) y tres repeticiones. Los correctores utilizados fueron caliza (CaO 33,6%), dolomita (CaO/MgO, 24% y 22%, respectivamente), ambos con la siguiente proporción granulométrica (<75 µm: 27 %, 75-250 µm:40,5 %, >250 µm:32,5 %). Las dosis utilizadas fueron equivalentes a 0, 700, 1.500 y 2.000 kg ha-1 de producto. Mitad de cada parcela fue tratada adicionalmente con el equivalente a 200 kg ha-1 de yeso (CaSO4.2H2O) (Símbolos: T, C700, C700y, C1500, C1500y, C2000, C2000y, D700, D700y, D1500, D1500y, D2000, D2000y). Todos los productos se aplicaron a fines de noviembre de 2006 al voleo, incorporándolos mediante riego, dada la modalidad de siembra directa a la que se hallaba sometido el lote.
En marzo de 2007 se sembró una pastura de alfalfa, a razón de 13 kg ha-1, variedad Albert 90 peleteada (grupo 9). Junto con la siembra, debido a la deficiencia de P, se incorporó Superfosfato Triple y Superfosfato Simple, a razón de 134 kg ha-1 y 66 kg ha-1, respectivamente.
Se evaluó materia seca (60ºC) de alfalfa al estado de 10 % de floración, a través de cuatro submuestras de 0,5 m2, dejando 1 m de bordura, a lo largo de diez cortes entre octubre de 2007 y junio de 2009. En junio de 2009 se muestreó el suelo de 0-20 y 20-40 cm, mediante muestreo compuesto de 4 submuestras/muestra, en cada parcela del ensayo experimental.
- Provincia de Santa Fe. Partido de Suardi, localidad de Villa Trinidad (30°29 LS y 62° 02 LO), en la zona Centro-O de la provincia de Santa Fe. Se trata de una planicie muy suavemente ondulada. El clima es subhúmedo seco y con un ligero déficit en el balance hídrico. La temperatura media anual es de 19°C y las isotermas del mes de julio es de 12°C y del mes de enero: 26°C. Las precipitaciones medias anuales son de 800-900 mm, cuyos valores pluviométricos mínimos se registran en invierno, incrementándose en primavera, para hacerse máximos en verano y otoño (INTA, 1981). Cabe destacar que el año de implantación de la pastura se caracterizó por un marcado déficit hídrico, con pluviometría considerablemente inferior al promedio local.
El suelo utilizado es un Argiudol típico, con actividad tambera y planteos de rotación desarrollados en los últimos diez años con la modalidad de cuatro años de pradera de base de alfalfa y 1 año de verdeo (avena, maíz), implantados bajo labranza convencional. Los datos analíticos se presentan en la Tabla 3.
El ensayo se realizó en parcelas de 400 m2 distribuidas en un diseño en bloques completos al azar con arreglo factorial (tipo y dosis de corrector), con tres repeticiones. Los correctores utilizados fueron caliza (CaO 33,6 %), dolomita (CaO MgO, 24% y 22 %, respectivamente), ambos con granulometría comparable (<75 µm: 27 %, 75-250 µm: 40,5 %, >250 µm: 32,5 %). Las dosis fueron de 0, 1.000 y 1.500 para cada producto (Símbolos: T, C1000, C1500, D1000, D1500). Los mismos se aplicaron manualmente al voleo incorporándolos mecánicamente a mediados de noviembre de 2005. La alfalfa var. Pionner 58N59, fue sembrada a fines de marzo de 2006, bajo siembra directa. Se realizaron seis cortes entre los meses de febrero de 2007 y marzo de 2008. Las intensas sequías sufridas en la zona, impidieron efectuar más cortes en el ensayo. Se evaluó rendimiento de materia seca (60°C), a través de cuatro submuestras de 0,5 m2/parcela, cortadas por sobre el nivel de la corona, al 10% de floración, dejando 1 m de bordura.
En marzo de 2008 se muestreó el suelo de 0-20 y 20-40 cm, mediante muestreo compuesto de cuatro submuestras/muestra, en cada parcela del ensayo experimental.
Análisis de suelo y vegetal
Los análisis químicos de suelo se realizaron mediante:
- MO: digestión húmeda y valoración por volumetría redox con Sal de Mohr
- N: digestión húmeda y determinación por destilación Kjeldahl
- Textura: densimetría de Boyoucos
- pH actual: método potenciométrico, relación suelo:agua de 1:2,5
- pH potencial: método potenciométrico, relación suelo: KCl 1M de 1:2,5
- CIC y cationes intercambiables: método del acetato de NH4+ pH 7 1N,
determinación de CIC por destilación Kjeldahl, Ca y Mg complejometría con EDTA,
K y Na fotometría de llama
Las determinaciones precedentes se llevaron a cabo mediante metodología desarrollada en SAMLA (SAGPyA, 2004):
- Al intercambiable (Bertsch & Bloom, 1996)
En el ensayo realizado en Córdoba se analizó el contenido vegetal de Ca y Mg en el material recogido en el 4º corte, a través de muestras compuestas de cuatro submuestras/parcela, mediante acenización a 600ºC y determinación por complejometría con EDTA (Malavolta et al., 1997).
Análisis estadístico
Se realizó análisis paramétrico de la varianza de las variables medidas y comparación de medias por el Test de Diferencias Mínimas Significativas (p< 0,05), previo análisis de cumplimiento de supuestos básicos.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Acidez y naturaleza de los complejos de cambio de los suelos ensayados
Como se desprende de las Tablas 1, 2 y 3, el pH actual es de moderadamente a fuertemente ácido en los tres suelos en el horizonte superficial, atendiendo la escala calificatoria de Schoeneberger et al. (2000). A pesar de poseer porcentajes de saturación de moderados a elevados, el nivel del pH potencial sugiere que los tres suelos tienen alta posibilidad de incrementar su acidez actual por pérdida de bases en el futuro, a la vez que presentar eventual toxicidad de Al, dado que el pH potencial es generalizadamente inferior a 5,5, condición de solubilidad de este elemento.
Los rangos de suficiencia relativa de las bases, ampliamente aceptados, son de 65-85% para el Ca, 6-12% para Mg y 2-5% para K, lo que indicaría que los suelos poseen una saturación cálcica normal o cercana al límite inferior del rango, lo que deriva en valores superiores a la normalidad para Mg y, particularmente, K (Fassbender, 1980; Mora & Demanet, 1999; Vázquez, 2005). La limitante citada, en el suelo de Laboulaye, se da en un marco de contenido absoluto de Ca mucho menor, asociada a una textura mas gruesa con menor capacidad de retener bases en su complejo de cambio, señalando potenciales perjuicios para el desarrollo de la especie en análisis.
Efecto de las enmiendas básicas sobre el rendimiento de alfalfa
En las Tablas 4, 5 y 6 se ilustran los rendimientos de materia seca obtenidos a través de los sucesivos cortes, consignando en ellas los resultados del análisis estadístico del efecto de los tratamientos. En las Figuras 1, 2 y 3 se observan los resultados de materia seca para la totalidad de los cortes en cada caso y el análisis estadístico respectivo.
Si bien la evolución del rendimiento, independientemente del tratamiento, sigue una tendencia característica de pasturas primavero-estivales, debe señalarse que los valores reducidos en algunos cortes de Laboulaye y Suardi, pueden atribuirse a intensas sequías ocurridas entre otoño e invierno de 2008 y otoño de 2009 en Laboulaye (5º, 6º y 10º corte), verano-otoño de 2007 y 2008 en Suardi (2º y 6º corte).
En cada corte se verificaron diferencias estadísticas características del mismo (Tablas 4 a 6). A pesar de ello, puede visualizarse para el total de los cortes (Figuras 1, 2 y 3) que los tratamientos produjeron aumentos de rendimiento particulares para cada uno de los sitios ensayados. Sin embargo, puede generalizarse que las dosis menores (700 y 1000 kg ha-1) en todos los casos, produjeron los mayores aumentos de rendimiento, para ambos correctores. Vázquez et al. (2009), encontraron que en el suelo Argiudol típico de la provincia de Buenos Aires ensayado, la resistencia a la penetración disminuía hasta la profundidad de 300 mm, con dosis de 1000 kg ha-1 de los productos aplicados, mientras que a dosis superiores, esta variable alcanzaba valores que serían limitantes para el crecimiento de diversas especies. Los mismos autores confirmaron que otras variables físicas y microbiológicas, siguen este patrón de comportamiento. La razón aparente podría residir en mecanismos de reprecipitación de los carbonatos, con obturaciones parciales del espacio poroso en aplicaciones de altas dosis. Este último aspecto es puesto de manifiesto por cambios en la dinámica del agua y de la propia porosidad, de acuerdo a los mencionados autores.
El análisis estadístico de los resultados totales no permitió comprobar diferencias estadísticamente significativas entre correctores carbonáticos en forma generalizada, ni de la adición de yeso a los mismos. En el ensayo realizado en Laboulaye, sin embargo, existiría una tendencia a que el agregado de yeso mejore los rendimientos en algunos tratamientos, aunque no siempre comprobado por diferencias estadísticas significativas. Diversas razones podrían explicar este aparente comportamiento. Hernández et al. (2006) evaluaron la dinámica del movimiento descendente de las bases en el horizonte superficial de un suelo Hapludol thaptoárgico, tratado con caliza, dolomita y yeso. Los autores argumentaron que el yeso, en su calidad de sal de ácido fuerte, podría favorecer la solubilización de los carbonatos agregados y con ello, el movimiento descendente de las bases aportadas al ambiente de mayor actividad radical. Dada la insolubilidad de los carbonatos, esto resultaría una alternativa viable para la corrección de suelos ácidos bajo planteos de siembra directa, donde los productos no son incorporados mecánicamente, situación acontecida en el ensayo de Laboulaye. Otra razón de esta aparente incidencia positiva, podría ser una disminución del Al intercambiable, ya que el yeso se comporta como “base de Lewis”, promoviendo la precipitación del Al y reduciendo, por ende, las posibilidades de su toxicidad (Zapata Hernández, 2004). La evaluación a la profundidad de 0-20 cm del Al intercambiable, a los dos años de la aplicación de los productos, permitió confirmar que el mismo se redujo entre el 50 y 76% respecto del valor original, según el tratamiento, confirmando la acción de los correctores sobre este elemento (Santos Sbuscio, 2009). Adicionalmente, el pH actual se elevó de la situación inicial de 5,1 a valores entre 5,8 y 6,2; justificando por esta vía la reducción del Al, que precipita por encima de pH 5,5. Sin embargo, debe destacarse que el pH alcanzado, por debajo de valores considerados óptimos para la alfalfa (6,5-7,5), se contrapone al hecho de que los mayores rendimientos se registran con las menores dosis empleadas. Esto apoyaría la existencia de fenómenos secundarios de los correctores de naturaleza física, en la determinación del rendimiento y permitiría afirmar que el diagnóstico de la cantidad de corrector a aplicar, sobre la base de medidas químicas exclusivamente, puede conducir a la elección de tecnologías poco apropiadas, particularmente en suelos moderadamente ácidos de ambientes templados. Otra razón de la ventaja del yeso podría radicar en el aporte de azufre, elemento gravitante en la nutrición de las leguminosas. Un incremento de 1157 kg ha-1 del tratamiento testigo mas yeso (Ty) por sobre el testigo sin esta enmienda, al cabo de los diez cortes, podría sustentar esta explicación.
La evolución en el tiempo de la respuesta en materia seca vegetal al agregado de correctores fue analizada particularmente en el ensayo de Laboulaye, debido al mayor número de cortes evaluados en él. Para efectuar dicho análisis fueron omitidos los cortes efectuados en períodos de sequía (5,6 y 10) a los fines de evitar situaciones anómalas. La evolución del rendimiento relativo al testigo para los tratamientos de mayor respuesta vegetal en este ensayo, se ilustra en la Figura 4. Los análisis estadísticos realizados mediante regresiones de dicho rendimiento respecto del tiempo transcurrido desde la aplicación de los correctores, muestran dif. est. no significativas a lo largo del tiempo. Este hecho señala la residualidad de los productos hasta veintisiete meses posteriores a la aplicación. Sin embargo, de acuerdo a la mencionada Figura, existiría una tendencia general al decremento del rendimiento relativo, y este sería variable de acuerdo al producto y su dosis. La dolomita (D700y), en su condición de carbonato de mayor solubilidad, en combinación con yeso, fuente soluble de calcio y con posible acción disolutoria del mencionado carbonato, posee una pendiente negativa casi tres veces más elevada en valor absoluto que su dosis equivalente de caliza (C700y). Puede comprobarse que este hecho no se revierte con dosis superiores (C2000y), razón que se suma a los argumentos ya citados, en el sentido de lo inconveniente del empleo de dosis elevadas.
Efecto del encalado sobre el contenido de Ca y Mg en el forraje
En la Tabla 7 se consignan los resultados del análisis de la concentración de Ca y Mg en el vegetal, en el ensayo realizado en Laboulaye. En dicha Tabla se utilizan dos expresiones, la concentración porcentual sobre materia seca foliar, y los contenidos totales de ambos elementos, multiplicando la concentración por el rendimiento en materia seca del 4º corte. Si se toman como referencia los umbrales establecidos para esta especie, puede afirmarse que la concentración de Ca (< 1%) es generalizadamente deficiente en esta situación experimental, aún con las mayores dosis de encalado (Junta de Extremadura, 1992), mientras que la de Mg puede considerarse normal (0,2-0,3%) en el suelo sin tratamiento, y algo superior a esta condición en las parcelas encaladas. Estos resultados concuerdan con la evaluación de la fertilidad cálcico/magnésica realizada a través del análisis del complejo de cambio del suelo, comentada párrafos atrás.
Si bien los tratamientos aplicados produjeron algunas diferencias estadísticas significativas en las concentraciones foliares de estos elementos (Tabla 7), las mismas son reducidas y poco asociadas con el tipo de corrector o su dosis, no pudiendo establecerse generalizaciones en este sentido. Sin embargo, la expresión absoluta del contenido de estos nutrientes en el forraje por unidad de superficie, permite verificar que prácticamente la totalidad de los tratamientos producen aumentos de la oferta de estos nutrientes en el forraje. Es decir el mayor consumo de Ca y Mg es destinado a mayor producción de forraje y no al aumento de la concentración foliar de los mismos. Es dable apreciar, paralelamente, que las dosis superiores de ambos correctores, tampoco muestran ventajas comparativas en estas variables.
Si bien, los resultados obtenidos permiten comprobar otro beneficio de la práctica para este sistema productivo, también señalan la complejidad de los procesos reguladores de la respuesta vegetal, sugiriendo la necesidad de profundizar en el conocimiento de la dinámica de los correctores en este tipo de suelos en el ámbito templado.
Efecto del encalado sobre propiedades edáficas
Los resultados de la Tabla 8, donde se ilustran las propiedades químicas del suelo Argiudol típico bonaerense, dos años a posteriori de la aplicación de los productos, permiten apreciar que el agregado de las diferentes dosis de estos correctores elevaría, en términos generales, el pH, tanto actual como potencial de la capa de 0-20 cm, manteniéndose estos incrementos después de dos años de efectuada la aplicación. Los cambios subsuperficiales serían variables. Cabe consignar que por tratarse se muestra compuesta no fue posible realizar comprobaciones estadísticas de las tendencias comentadas. Un efecto adicional producido por el agregado efectuado, fue el incremento de la CIC, particularmente para la capa superficial, no mostrando beneficios adicionales del incremento de la dosis, o el tipo de producto aplicado sobre la mencionada variable.
Como se sabe, la CIC está constituida tanto por cargas permanentes como variables, estas últimas dependientes del grado de acidez. El aumento de pH consignado podría haber incrementado las cargas negativas, y de esta manera, indirectamente, modificar la posibilidad de retener más bases, tendencia que se aprecia en los resultados de la Tabla 8 y constituiría un beneficio adicional al propio aporte de Ca y Mg. Este fenómeno ya ha sido citado en la literatura como una consecuencia de la corrección de la acidez (Blake et al., 1999). Los resultados obtenidos en el suelo Argiudol típico de Santa Fe, son en términos generales comparables (Tabla 10).
En la Tabla 9 se ilustran los resultados de la evaluación química de las parcelas ensayadas para las capas de 0-20 y 20-40 cm de espesor, tres años a posteriori de iniciado el ensayo sobre el suelo Hapludol éntico de Córdoba. Si bien la modificación de los valores de pH actual y potencial en la capa de 0-20 cm aún persiste en el suelo, mostrando la residualidad de la práctica, cabe destacar que las modificaciones del complejo de cambio son relativamente menores en este suelo. Esto podría estar explicado por la condición textural mas gruesa y el menor contenido de materia orgánica, es decir componentes coloidales pasibles de aumentar la carga variable.
CONCLUSIONES
Los correctores carbonáticos (caliza/conchilla, dolomita) solos o en adición
de yeso, produjeron rendimientos variables de la alfalfa en los diferentes
suelos, de acuerdo al tipo de corrector, su combinación y dosis
Las menores dosis (700-1000 kg ha-1) de caliza/conchilla y de dolomita, solas o
con yeso, produjeron los mayores incrementos de rendimientos totales
La evolución temporal del rendimiento relativo es variable, sin embargo, señala
como mínimo un lapso de tiempo superior a los dos años, la potencial
residualidad de la práctica para estos ambientes y sistemas productivos
Si bien las concentraciones medidas en el vegetal en Laboulaye sugieren
deficiencia de calcio y una situación intermedia para el magnesio, los
tratamientos correctores no modificaron esa situación, aunque los mismos
aumentan la oferta de ambos nutrientes por unidad de superficie
Al cabo de dos años de encalados, los suelos aún consignan efectos en la reducción de la acidez tanto actual como potencial en la capa superficial, conjuntamente con un aumento de la capacidad de intercambio catiónica y el Ca intercambiable en los suelos texturalemente más finos
AGRADECIMIENTOS
A la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), a Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA), a los ingenieros D. Blangeti, J. Merlo y G. Ardanáz, A. Dorronzoro, al firma Rasafértil S.A., a la alumna M. Mur.
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Zapata Hernández, R. 2004. Química de la acidez del suelo. Cali, Colombia. ISBN
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Tabla 1. Características generales del suelo bonaerense (Argiudol típico)
|
Horizonte |
Ap |
A |
2 Bt1 |
2Bt2 |
3BC1 |
3BC2 |
3BC3 |
3C |
|
prof. (cm) |
0-14 |
14-25 |
25-40 |
40-70 |
70-110 |
110-165 |
165-190 |
190-+200 |
|
Ct (mg g-1) |
13,9 |
|
|
|
|
|
|
|
|
Nt (mg g-1) |
1,68 |
|
|
|
|
|
|
|
|
Arcilla (%) |
20,7 |
20,7 |
48,9 |
49 |
48,6 |
31 |
20,5 |
22,34 |
|
Limo (%) |
50,4 |
51,9 |
39,4 |
37 |
31,3 |
49 |
52,8 |
53,4 |
|
Arena (%) |
28,9 |
27,4 |
11,5 |
13,2 |
19,8 |
20,1 |
21 |
24,2 |
|
Clase textural (1) |
frL-fr |
frL-fr |
a-aL |
a |
a |
fra-fraL |
frL |
frL |
|
pH actual |
5,1 |
5,1 |
5,5 |
6,2 |
6,5 |
6,5 |
6,2 |
6,4 |
|
pH potencial |
5,0 |
5,0 |
5,1 |
5,4 |
|
|
|
|
|
Cationes intercambio |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Ca (cmolc kg-1) |
12,1 |
11,3 |
14,2 |
19,6 |
22 |
19,3 |
17,3 |
12,1 |
|
Mg (cmolc kg-1) |
1,1 |
2,1 |
3,5 |
4,7 |
4,2 |
5,1 |
4,9 |
1,1 |
|
Na (cmolc kg-1) |
0,1 |
0,1 |
1 |
0,9 |
1 |
0,4 |
0,4 |
0,1 |
|
K (cmolc kg-1) |
1,2 |
1,2 |
0,9 |
1 |
2 |
1,6 |
1,6 |
1,2 |
|
Suma de bases (cmolc kg-1) |
14,5 |
14,7 |
14,2 |
19,6 |
29,2 |
26,4 |
24,2 |
14,5 |
|
CIC (cmolc kg-1) |
14,3 |
14,3 |
19,7 |
28,3 |
30,3 |
28 |
25 |
14,3 |
|
Al int (mg kg-1) |
0,11 |
|
|
|
|
|
|
|
|
Saturación de las bases (%) |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Ca2+ |
83,4 |
76,9 |
72,4 |
74,8 |
75,3 |
73,1 |
71,5 |
83,4 |
|
Mg2+ |
7,6 |
14,3 |
17,9 |
17,9 |
14,4 |
19,3 |
20,2 |
7,6 |
|
K+ |
8,3 |
8,2 |
4,6 |
3,8 |
6,8 |
6,1 |
6,6 |
8,3 |
|
Saturación Básica Total (V) (%) |
100 |
100 |
99,5 |
92,6 |
96,4 |
94,3 |
96,8 |
101,4 |
Referencias: (1) f: franco, a: arcilloso, L: limoso
Tabla 2. Características generales del suelo cordobés (Hapludol éntico)
|
Horizonte |
Ap |
A |
AC1 |
AC2 |
AC3 |
|
prof. (cm) |
0-23 |
23-31 |
31-50 |
50-78 |
78-107 |
|
Ct (mg g-1) |
12 |
|
|
|
|
|
Nt (mg g-1) |
0,12 |
|
|
|
|
|
Arena (%) |
49,3 |
52,8 |
54,8 |
56,8 |
56,8 |
|
Limo (%) |
40,0 |
40,0 |
38,0 |
38,0 |
37,0 |
|
Arcilla (%) |
10,7 |
7,2 |
7,2 |
5,2 |
6,2 |
|
Clase textural (1) |
fr-frA |
frA-fr |
frA-fr |
frA |
frA |
|
pH actual (1:2,5) |
5,1 |
6,4 |
6,5 |
6,6 |
7,9 |
|
pH potencial (1:2,5) |
4,4 |
5,3 |
5,6 |
5,7 |
7,1 |
|
Cationes intercambio |
|
|
|
|
|
|
Ca2+ (cmolc.kg-1) |
6,3 |
6,9 |
7,0 |
6,3 |
- |
|
Mg2+ (cmolc.kg-1) |
1,0 |
2,2 |
2,0 |
2,3 |
3,5 |
|
Na+ (cmolc.kg-1) |
0,2 |
0,2 |
0,3 |
0,4 |
2,5 |
|
K+ (cmolc.kg-1) |
2,3 |
1,8 |
2,3 |
1,8 |
3,2 |
|
Suma de bases (cmolc.kg-1) |
9,8 |
11,1 |
11,6 |
10,8 |
- |
|
Al3+ (mg kg-1) |
1,12 |
|
|
|
|
|
CIC (cmolc.kg-1) |
11,5 |
13,0 |
12,8 |
9,1 |
10,1 |
|
Saturación de las bases (%) |
|
|
|
|
|
|
Ca2+ |
64,3 |
62,2 |
60,3 |
58,3 |
- |
|
Mg2+ |
10,2 |
19,8 |
17,2 |
21,3 |
- |
|
K+ |
23,5 |
16,2 |
19,8 |
16,7 |
- |
|
Saturación Básica Total (V) (%) |
85,2 |
85,4 |
90,6 |
- |
- |
Referencias: (1) f: franco, A: arenoso
Tabla 3. Características generales del suelo santafesino (Argiudol típico)
|
Horizonte |
A |
B |
Bt1 |
Bt2 |
B3 |
C |
Cca |
|
prof. (cm) |
0-27 |
27-37 |
37-82 |
82-116 |
116-147 |
147-210- |
210-240 |
|
Ct (mg g-1) |
1,7 |
|
|
|
|
|
|
|
Nt (mg g-1) |
0,15 |
|
|
|
|
|
|
|
Arena (%) |
2,2 |
2,2 |
2 |
1,9 |
3,5 |
3,1 |
17,8 |
|
Limo (%) |
63,1 |
55,3 |
51,5 |
53,1 |
62 |
61,3 |
63,3 |
|
Arcilla (%) |
34,7 |
42,5 |
46,5 |
45 |
34,5 |
35,6 |
18,9 |
|
Clase textural (1) |
Fr-a-L |
a-L |
a-L |
a-L |
Fr-a-L |
Fr-a-L |
Fr-L |
|
pH actual (1:2,5) |
5,5 |
5,9 |
6,8 |
7,2 |
7,2 |
7,2 |
8,5 |
|
pH potencial (1:2,5) |
4,8 |
5,1 |
5,1 |
5,4 |
5,4 |
5,4 |
7,2 |
|
Cationes intercambio |
|
|
|
|
|
|
|
|
Ca2+ (cmolc.kg-1) |
10,9 |
9,9 |
16,5 |
18,6 |
17,4 |
19,2 |
20,9 |
|
Mg2+ (cmolc.kg-1) |
2,3 |
4,0 |
5,3 |
5,4 |
5,4 |
2,8 |
3,6 |
|
Na+ (cmolc.kg-1) |
0,2 |
0,20 |
0,7 |
0,6 |
0,6 |
0,6 |
1,2 |
|
K+ (cmolc.kg-1) |
2,6 |
1,6 |
1,6 |
2,5 |
2,5 |
2,3 |
2,4 |
|
Suma de bases (cmolc.kg-1) |
16 |
15,7 |
24,1 |
27,1 |
25,9 |
24,9 |
28,1 |
|
Al3+ (mgc.kg-1) |
0,14 |
|
|
|
|
|
|
|
CIC (cmolc.kg-1) |
17,3 |
17,5 |
26,6 |
28,4 |
26,9 |
26,3 |
26,7 |
|
Saturación de las bases (%) |
|
|
|
|
|
|
|
|
Ca2+ |
68,1 |
63,1 |
68,5 |
68,6 |
67,2 |
77,1 |
74,4 |
|
Mg2+ |
14,4 |
25,5 |
22,0 |
19,9 |
20,8 |
11,2 |
12,8 |
|
K+ |
16,3 |
10,2 |
6,6 |
9,2 |
9,7 |
9,2 |
8,5 |
|
Saturación Básica Total (V) (%) |
92,5 |
89,7 |
90,6 |
95,4 |
96,3 |
94,7 |
105,2 |
Referencias: (1) f: franco, a: arcilloso, L: limoso
Tabla 4. Materia seca de alfalfa a lo largo de cinco cortes en el ensayo de Buenos Aires (Letras distintas indican dif. est. sign. (p<0,05) entre tratamientos/corte (sentido de columna)).
|
|
Materia seca (kg ha-1) |
||||
|
|
Corte |
||||
|
Tratamientos |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
|
T |
1641 ab |
1336 a |
2558 a |
1892 ab |
3367 a |
|
C1000 |
1605 ab |
1799 cd |
3358 ab |
1857 ab |
3961 a |
|
C1500 |
1693 ab |
2256 d |
2383 a |
1586 a |
3386 a |
|
C2000 |
1418 a |
2297 d |
2800 ab |
2063 b |
3444 a |
|
D1000 |
1462 a |
1643 b |
3915 b |
1952 ab |
3377 a |
|
D1500 |
1716 ab |
1671 b |
2843 ab |
1753 ab |
3453 a |
|
D2000 |
1814 b |
2008 cd |
2873 ab |
1970 ab |
2627 a |
Referencia: T: testigo; C: conchilla; D: dolomita; 1000, 1500 y 2000: dosis en kg ha-1
Tabla 5. Materia seca de alfalfa a lo largo de seis cortes en el ensayo de Santa Fe (Letras distintas indican dif. est. sign. (p<0,05) entre tratamientos/corte (sentido de columna)).
|
|
Materia seca (kg ha-1) |
|||||
|
|
Corte |
|||||
|
Tratamientos |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
|
T |
1935 a |
1888 a |
2089 a |
2458 b |
2819 a |
1700 a |
|
C1000 |
2148 a |
1990 a |
2602 b |
2184 ab |
3109 a |
2013 b |
|
C1500 |
2249 a |
1779 a |
1963 a |
2140 a |
3088 a |
1913 ab |
|
D1000 |
2172 a |
1954 a |
2610 b |
2438 b |
3248 a |
1973 b |
|
D1500 |
2585 b |
1705 a |
2120 ab |
2324 ab |
3101 a |
1987 b |
Referencia: T: testigo; C: caliza; D: dolomita; 1000 y 1500: dosis en kg ha-1
Tabla 6. Materia seca de alfalfa a lo largo de diez cortes en el ensayo de Córdoba (Letras distintas indican dif. est. sign. (p<0,05) entre tratamientos/corte (sentido de columna))
|
|
Materia seca (kg ha-1) |
|||||||||
|
Tratamiento |
Corte |
|||||||||
|
|
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
7 |
8 |
9 |
10 |
|
T |
2023 a |
2137 a |
2451 abc |
2477 a |
1349 abc |
1105 ab |
2577 ab |
2619 ab |
1846 abc |
383 ab |
|
Ty |
2044 a |
2535 abcd |
2439 abc |
2693 abc |
1462 bc |
1196 abc |
2492 ab |
2861 ab |
1791 ab |
611 bcde |
|
C 700 |
2432 de |
2664 bcd |
2972 d |
3018 c |
1201 a |
1496 bc |
3012 b |
2621 ab |
2245 c |
822 def |
|
C 700y |
2286 bcd |
2590 abcd |
2730 cd |
2952 bc |
1199 a |
1331 abc |
2937 b |
2765 ab |
2099 abc |
1031 fg |
|
C1500 |
2034 a |
2233 ab |
2164 a |
2828 abc |
1250 ab |
1331 a |
2320 ab |
2356 a |
1989 abc |
511 abc |
|
C1500y |
2306 bcd |
2376 abc |
2587 bc |
2520 a |
1320 abc |
1148 abc |
1947 a |
3062 b |
1889 abc |
348 ab |
|
C2000 |
2408 de |
2459 abc |
2122 a |
2586 ab |
1309 abc |
1182 abc |
1856 a |
2299 a |
1697 a |
1136 g |
|
C2000y |
2080 ab |
2811 cd |
2438 abc |
2760 abc |
1285 abc |
1410 abc |
2461 ab |
2891 ab |
2134 bc |
960 fg |
|
D700 |
2389 de |
2415 abc |
2218 ab |
2.979 c |
1177 a |
1279 abc |
2472 ab |
2728 ab |
1949 abc |
846 ef |
|
D700y |
2577 e |
2956 d |
2485 abc |
2784 abc |
1275 ab |
1549 c |
2620 ab |
2560 ab |
2207 bc |
690 cde |
|
D1500 |
2298 bcd |
2343 ab |
2265 ab |
2904 bc |
1355 abc |
1226 abc |
1850 a |
2549 ab |
1816 abc |
683 cde |
|
D1500y |
2457 de |
2401 abc |
2460 abc |
2821 abc |
1235 a |
1238 abc |
2584 ab |
2725 ab |
2005 abc |
564 abcd |
|
D2000 |
2126 abc |
2627 bcd |
2185 a |
2907 bc |
1367 abc |
1219 abc |
2496 ab |
2583 ab |
2241 c |
361 ab |
|
D2000y |
2319 cd |
2157 a |
2369 abc |
2801 abc |
1503 c |
1211 abc |
2371 ab |
2886 ab |
2010 abc |
323 a |
Referencia: T: testigo; C: caliza; D: dolomita; y: yeso; 700, 1500 y 2000:
dosis en kg ha-1
Tabla 7. Concentración foliar de Ca y Mg en los diferentes tratamientos aplicados al suelo Hapludol éntico de la Pcia. de Córdoba (4º corte). Expresión porcentual sobre peso seco y contenido total por hectárea. (Letras diferentes indican dif. est. sig. (p<0,05) para cada forma de expresión)
|
|
Dosis (kg ha-1) |
|||||||
|
|
0 |
700 |
1500 |
2000 |
0 |
700 |
1500 |
2000 |
|
|
(%) |
(kg ha-1) |
||||||
|
Ca |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Caliza |
0,92ab |
1,05ab |
0,89ab |
0,98ab |
22,8a |
31,7d |
25,2abc |
25,4abcd |
|
Caliza + yeso |
0,92ab |
0,89ab |
0,96ab |
0,88ab |
22,8a |
26,4abcd |
23,7a |
24,4ab |
|
Dolomita |
0,92ab |
0,92ab |
1,11ab |
0,90ab |
22,8a |
27,5abcd |
32,2cd |
26,3abcd |
|
Dolomita + yeso |
0,92ab |
1,05b |
0,86a |
1,06b |
22,8a |
29,2abcd |
24,2ab |
29,7bcd |
|
Mg |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Caliza |
0,30a |
0,43abc |
0,41abc |
0,39abc |
7,9a |
13,0cde |
12,0abcde |
10,1abc |
|
Caliza + yeso |
0,30a |
0,46bc |
0,41abc |
0,46bc |
7,9a |
14,2de |
11,0abcd |
12,8bcde |
|
Dolomita |
0,30a |
0,51c |
0,3ab |
0,48bc |
7,9a |
15,5e |
9,4abc |
13,9cde |
|
Dolomita + yeso |
0,30a |
0,37abc |
0,48c |
0,41abc |
7,9a |
10,4abcd |
13,9cde |
11,6abcde |
Tabla 8. Datos analíticos del suelo muestreado dos años a posteriori del agregado de los productos correctores en el suelo Argiudol típico de la Prov. de Buenos Aires
|
|
pH actual |
pH pot. |
CIC |
Ca |
Mg |
K |
CIC |
Ca |
Mg |
K |
CIC |
Ca |
Mg |
K |
||||
|
|
|
|
|
|
|
|
cmolc kg-1 |
|||||||||||
|
Prof. (cm) |
0-20 |
20-40 |
40-60 |
0-20 |
20-40 |
40-60 |
0-20 |
20-40 |
40-60 |
|||||||||
|
T |
5,1 |
5,5 |
5,6 |
5 |
5,1 |
5,4 |
14,3 |
12,1 |
1,1 |
1,2 |
19,7 |
14,2 |
3,5 |
0,9 |
28,3 |
19,6 |
4,7 |
1 |
|
C1000 |
5,4 |
5,6 |
5,8 |
5,1 |
5,1 |
5,3 |
19,4 |
12,1 |
0,5 |
1,2 |
22,5 |
14,6 |
2,9 |
0,9 |
28,3 |
18,9 |
5,6 |
1 |
|
C1500 |
5,6 |
5,9 |
6,2 |
5,3 |
5,3 |
5,6 |
18,6 |
13,4 |
1,3 |
1,2 |
27,6 |
18,9 |
4,2 |
1,4 |
31,5 |
20,5 |
4,8 |
1,3 |
|
D1000 |
5,5 |
5,3 |
5,5 |
5,4 |
5,1 |
5,2 |
19,6 |
14,1 |
3,2 |
1,5 |
24,7 |
17 |
2,7 |
1,3 |
29,4 |
22,3 |
3,5 |
1,2 |
|
D1500 |
5,4 |
5,3 |
5,7 |
5,2 |
5 |
5,3 |
18,1 |
14,7 |
2,7 |
1,2 |
24,7 |
18,9 |
2,5 |
1,1 |
28,3 |
18,9 |
6,8 |
1,2 |
Referencia: T: testigo; C: conchilla; D: dolomita; 1000 y 1500: dosis en kg ha-1
Tabla 9. Datos analíticos del suelo muestreado tres años a posteriori del agregado de los productos correctores en el Hapludol éntico de la Prov. de Córdoba (Letras distintas indican dif. est. sign. (p<0,05) entre tratamientos (sentido de columna))
|
|
pH actual |
pH pot. |
CIC |
Ca |
Mg |
K |
||
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Prof. (cm) |
0-20 |
20-40 |
0-20 |
20-40 |
0-20 |
|||
|
T |
5,1a |
6,2 |
4,4a |
5,2 |
12,0a |
6,0a |
1,0a |
2,3ab |
|
Ty |
5,8b |
6,3 |
5,0bc |
5,4 |
12,5abc |
6,4ab |
1,5a |
2,3ab |
|
C 700 |
6,2c |
6,2 |
5,4c |
5,3 |
13,1bc |
7,2b |
1,2a |
2,4abc |
|
C 700 y |
5,7b |
6,4 |
4,9bc |
5,5 |
12,8abc |
6,4ab |
1,7a |
2,3ab |
|
C 1500 |
5,9bc |
6,3 |
5,3bc |
5,4 |
12,9abc |
6,2ab |
1,2a |
2,1a |
|
C 1500 y |
5,9bc |
6,2 |
5,0bc |
5,2 |
12,4abc |
6,3ab |
1,0a |
2,3ab |
|
C2000 |
5,8bc |
6,5 |
5,0bc |
5,5 |
13,3bc |
6,2ab |
1,5a |
2,6c |
|
C2000y |
5,9bc |
6,2 |
5,0bc |
5,3 |
12,8abc |
7,2b |
1,4a |
2,5bc |
|
D 700 |
5,7b |
6,3 |
4,9bc |
5,3 |
13,3c |
6,6ab |
1,5a |
2,5bc |
|
D 700 y |
5,9bc |
6,2 |
5,1bc |
5,2 |
13,0abc |
6,5ab |
1,5a |
2,4abc |
|
D 1500 |
5,8bc |
6,1 |
5,1bc |
5,2 |
13,3c |
6,6ab |
1,3a |
2,3ab |
|
D 1500 y |
5,6b |
6,2 |
4,9b |
5,3 |
13,1abc |
6,5ab |
1,0a |
2,3ab |
|
D 2000 |
5,7b |
6,1 |
5,0bc |
5,3 |
12,2abc |
7,0ab |
1,5a |
2,2b |
|
D 2000 y |
6,0bc |
6,2 |
5,3bc |
5,2 |
12,5abc |
7,0ab |
1,2a |
2,2b |
Referencia: T: testigo; C: caliza; D: dolomita; y: yeso; 700, 1500 y 2000: dosis en kg ha-1
Tabla 10. Datos analíticos del suelo muestreado de 0-20 cm de profundidad dos años a posteriori del agregado de los productos correctores en el suelo Argiudol típico de la Prov. de Santa Fe (Letras distintas indican dif. est. sign. (p<0,05) entre tratamientos (sentido de columna)).
|
|
pH actual |
pH pot. |
CIC |
Ca |
Mg |
K |
CIC |
Ca |
Mg |
K |
||
|
|
|
|
|
|
cmolc kg-1 |
|||||||
|
Prof. (cm) |
0-20 |
20-40 |
0-20 |
20-40 |
0-20 |
20-40 |
||||||
|
T |
5,5a |
5,9 |
4,8a |
5,1 |
17,3a |
10,9a |
2,3a |
2,6a |
17,4 |
9,9 |
4,1 |
1,6 |
|
C1000 |
5,7b |
5,9 |
5,1a |
5,1 |
19,6b |
11,9a |
2,3a |
2,8a |
21,1 |
14,9 |
3,2 |
2,6 |
|
C1500 |
5,7b |
5,9 |
5,0a |
5,1 |
19,0b |
11,4a |
2,7a |
2,6a |
21,5 |
14,5 |
2,8 |
2,4 |
|
D1000 |
5,6b |
5,9 |
4,9a |
5,1 |
19,0b |
11,4a |
2,4a |
2,5a |
20,2 |
13,6 |
3,0 |
2,2 |
|
D1500 |
5,7b |
5,9 |
5,0a |
5,1 |
18,9b |
11,5a |
2,4a |
2,5a |
20,7 |
14,0 |
3,0 |
2,4 |
Referencia: T: testigo; C: caliza; D: dolomita; 1000 y 1500: dosis en kg ha-1

Referencia: T: testigo; C: conchilla; D: dolomita; 1000, 1500 y 2000: dosis
en kg ha-1
(Letras distintas indican dif. est. sign. (p<0,05) entre tratamientos)
Figura 1. Rendimiento total de cinco cortes de un alfalfar ubicado en La Plata, Buenos Aires.

Referencia: T: testigo; C: caliza; D: dolomita; y: yeso; 700, 1500 y 2000:
dosis en kg ha-1
(Letras distintas indican dif. est. sign. (p<0,05) entre tratamientos)
Figura 2. Rendimiento total de diez cortes de un alfalfar ubicado en Laboulaye, Córdoba.

Referencia: T: testigo; C: caliza; D: dolomita; 1000 y 1500: dosis en kg ha-1
(Letras distintas indican dif. est. sign. (p<0,05) entre tratamientos)
Figura 3. Rendimiento total de seis cortes de un alfalfar ubicado en Suardi, Santa Fe

Referencia: C: caliza; D: dolomita; y:yeso; 700, 1500 y 2000: dosis en kg ha-1


