Fernando Rojas Moreno
La sequía comenzó a secar los atajados y está limitando el forraje en varias comunidades situadas a casi 50 kilómetros de la carretera a Camiri y que corresponden al municipio de La Guardia, según se verificó en un recorrido que se hizo por la zona.
“Día que pasa la situación es más compleja porque los aljibes, el pasto y las plantas que sirven de alimento natural están secos, estos factores están afectando al ganado que ha comenzado a adelgazar y perder productividad”, señaló José Chavarría, pequeño ganadero que vive en la comunidad Cañaveral I.
Según el productor, lo más preocupante es la falta de forraje para alimentar al ganado. Expuso que una buena parte de las vacas que tiene alcanzaban una producción de cinco litros de leche por día y que, en el presente, no llegan ni a dos litros.
No menos complicada es la situación que enfrenta Nely Cortez, que vive en Basilio. Aseguró que frente a la falta de pasto se vio obligada a comprar sorgo para mezclar con otros suplementos para nutrir a su ganado. “Como el aljibe que hice construir en la propiedad está seco estamos dando agua de grifo y en pequeños recipientes al ganado”, afirmó Cortez.
Durante el recorrido que se hizo se verificó que en Pedro Lorenzo, Peji, San Miguel de Montegrande y otros ranchos se comprobó que los aljibes están secos y que frente a la falta de forraje para alimentar al ganado vacuno los productores están apelando a comprar bagazo de caña hidrolizado, pasto en rollo a los menonitas y sorgo para mezclar con otros nutrientes.
Los pobladores se abastecen de agua de grifo y noria.
Según Nicolás Correa, responsable de la dirección de Desarrollo Productivo y Económico Local de la Alcaldía guardieña, son 30 las comunidades que corresponden a Basilio y Pedro Lorenzo, distritos 5 y 6, respectivamente, que están afectadas.
En varias comunidades, según Correa, falta agua para el consumo humano y animal y forraje para el ganado. No obstante, señaló que el municipio brinda apoyo logístico a los ganaderos transportando el bagazo de caña hidrolizado desde los ingenios azucareros hasta sus predios.
Datos preliminares, según Correa, dan cuenta de que en las 30 comunidades hay unas 1.000 familias impactadas por la sequía y que se estima que son 12.000 bovinos en riesgo.
Los afectados perdieron sus cultivos de sésamo y maíz.


