El trigo volvió a subir fuerte ayer en el mundo y en la Argentina, luego de que las autoridades rusas decretaran el cierre transitorio de las exportaciones de cereal, ante la cruenta sequía que afectó los cultivos del principal productor triguero y uno de los mayores vendedores del mundo. En ese contexto, los futuros en Chicago ganaron casi 4% y el trigo nuevo en Rosario avanzó 11% para la entrega en diciembre, hasta u$s 200 la tonelada.

De esta forma, tanto en los mercados externos como en los argentinos, el trigo marcó ayer nuevos valores máximos para los últimos 2 años. Y si bien se constituye en una buena noticia porque se valoriza más la cosecha nueva, no despierta euforia entre productores y operadores del mercado granario local. Es que las trabas exportadoras siguen estando vigentes. Además, consideran que con un trigo a u$s 260 la tonelada FOB, difícilmente haya cambios en el esquema de derechos de exportación. El grano tributa 23% de alícuota.

Más allá de las lecturas locales, las subas en Chicago obedecieron al interés de inversores y fondos especulativos por asegurarse posiciones en trigo, apenas conocido el cepo exportador ruso. Así, el trigo se disparó hasta los límites diarios permitidos: escaló u$s 22 por tonelada, o 3,7%. Así el contrato a diciembre en Chicago llegó hasta u$s 288 la tonelada. En un mes, ese futuro creció 56%. Si se lo compara contra principios de junio, el alza llega a 83%.

Los u$s 200 que los exportadores pagaron en Rosario por el trigo nuevo también representan un fuerte avance para el cereal, relegado en los últimos años por las intervenciones oficiales a los mercados granarios. No se pagaba ese precio por cereal a entregar en diciembre, desde principios de agosto de 2008, cuando todos los commodities cotizaban en máximos históricos y en Buenos Aires se retomaban las ventas tras el conflicto entre el campo y el Gobierno de cuatro meses por las retenciones móviles.

El repunte del trigo arrastró también a los otros granos, en especial a la soja, que terminó en los mayores valores en 7 meses. Así, el contrato a noviembre terminó en u$s 382 la tonelada, 1,6% por encima del cierre previo. Similar recorrido tuvo el maíz, que se ubicó en los precios más altos de los últimos 7 meses, aunque con subas por debajo del punto porcentual. El contrato a diciembre terminó en u$s 158 la tonelada.

Poca alegría local

La suspensión temporal de exportaciones rusas encuentra a varios compradores habituales, entre ellos Egipto, buscando nuevos vendedores del cereal. Y los analistas consideran que el primer candidato es Estados Unidos. Si bien la situación podría favorecer a la Argentina, en otros tiempos el quinto exportador global de trigo, el escenario actual dista de ser ideal para aprovechar la oportunidad histórica, afirman desde la mesa de enlace. Y vuelven a mencionar a las trabas oficiales como el principal impedimento para lograr un mayor caudal de negocios con el mundo.

Este año, los productores sembraron unas 4,2 millones de hectáreas con trigo, aunque con la poca tecnología incorporada y las futuras condiciones climáticas pueden perjudicar a los rindes. Por eso, en el mercado prevén que la producción se acerque a 8 o, como mucho, 10 millones de toneladas. El Gobierno estima que habrá una producción final de hasta 13 millones de toneladas,con lo que el saldo para vender al mundo llegaría a 8 millones. Hasta ahora, solo está autorizados los registros para exportar 3 millones de toneladas, de las cuales los traders declararon apenas 800.000.